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Reportaje:

La ruta vikinga de la esclerosis múltiple

Un equipo francés presenta 80 genes relacionados con la enfermedad y anuncia el resto para 2006

Por primera vez, investigadores del Instituto Serono Genetics han presentado en su sede de París (Francia) un registro de 80 genes relacionados con la esclerosis múltiple, enfermedad crónica del sistema nervioso central que constituye la primera causa de invalidez en los adultos jóvenes. Los científicos franceses estiman que los 80 genes identificados representan aproximadamente la mitad de los genes implicados en esta dolencia, y afirman que en 2006 se conocerá la totalidad de los genes implicados, hecho que permitirá individualizar y optimizar los tratamientos.

La esclerosis múltiple es una enfermedad compleja y multifactorial en la que el riesgo genético explica hasta el 30% de los casos, seguido por los factores ambientales y el azar. Se manifiesta con síntomas muy variables, entre los que destacan la fatiga constante, visión borrosa, pérdida de fuerza, hormigueo en las extremidades o dificultades en la concentración. Afecta a alrededor de dos millones de personas en todo el mundo y a unos 30.000 españoles. Es el doble de frecuente en las mujeres que en los hombres.

Los 80 genes conocidos son aproximadamente la mitad de los implicados en la dolencia neuronal
En España hay 60 casos de esclerosis por 100.000 habitantes. En los países nórdicos la proporción sube a 125

Para elaborar el registro de los 80 genes involucrados en la esclerosis múltiple, los científicos del Serono Genetics, dirigidos por el prestigioso profesor Daniel Cohen, han realizado un novedoso estudio de asociación genética en el que rompen con el modo tradicional de acercarse a la genética médica (confirmar que los genes que se creen importantes en una enfermedad se expresan con más frecuencia en los pacientes), y utilizan una nueva estrategia: el mapeo del genoma entero (Whole Genoma Scan, en sus siglas en inglés). Cohen es director de Genética del grupo Serono y cofundador del Centro de Estudios del Poliformismo Humano (el primer laboratorio que propuso el Proyecto del Genoma Humano) junto con el profesor Jean Dausset, premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1980 por descubrir el primer antígeno contra los glóbulos blancos.

En este nuevo enfoque se compara el genoma humano completo de una población sana con el de una enferma, y mediante técnicas de bioinformática y bioestadística muy sofisticadas se comparan y analizan las variaciones de secuencia genética, o poliformismos de nucleótido único (SNP, en inglés), existentes entre ambas poblaciones.

El por qué la esclerosis múltiple es el doble de frecuente en los países escandinavos que en España (125 casos frente a 60 por 100.000 habitantes) o apenas afecta a gitanos húngaros o a los maoríes de Nueva Zelanda es una incógnita para la que existen varias teorías y se entremezclan factores étnicos, genéticos o mediombientales. "Los estudios de prevalencia revelan que esta patología es más frecuente en los países que se encuentran entre los 40º y 60º de latitud, tanto en el hemisferio Norte como en el Sur", indica Óscar Fernández, jefe del servicio de Neurología del hospital Carlos Haya de Málaga.

Este experto recuerda que existe una hipótesis publicada en 1995 por el científico norteamericano Charles Poser, en el Acta Neurologica Scandinavica: 'Los viajes de los vikingos: ¿Son el origen de la esclerosis múltiple?', que se basa en que esta enfermedad aparece en poblaciones con antecedentes escandinavos y que, de acuerdo con esta hipótesis, se habría extendido, a través de las invasiones vikingas y posteriores migraciones, desde los países escandinavos a todo el planeta. Primero por Europa, Inglaterra, Francia o España y luego a Italia, Grecia e incluso a parte de Asia y a EE UU. La alta prevalencia en EE UU estaría justificada, según Poser, por las posteriores migraciones europeas, que trasladarían los genes escandinavos a este país", añade el neurólogo malagueño.

En el genoma humano hay 30.000 genes y 3.000 millones de pares de bases o nucleótidos. Los seres humanos comparten el 99,9% del código genético y este pequeño porcentaje que les hace diferentes es el resultado de varios millones de variaciones de las secuencias genéticas. La variación de una sola base o SNP puede cambiar la función de la proteína que codifica el gen y, de este modo, la susceptibilidad a padecer o no una enfermedad o la respuesta a un determinado tratamiento.

El trabajo de investigación dirigido por el profesor Cohen ha incluido a 1.800 personas, 900 sanas (grupo control) y 900 pacientes de esclerosis múltiple (grupo de casos), procedentes de Francia, Suecia y EE UU. Este trabajo ha permitido mapear las secuencias de 100.000 marcadores genéticos (SNP) con una técnica conocida como Affymetrix GeneChip. En el próximo paso se utilizará la última generación de dicha tecnología, lo que permitirá leer más de 500.000 variaciones genéticas y conocer todas las variaciones genéticas de la esclerosis múltiple el próximo año.

"La tecnología utilizada en la identificación de los genes de esta enfermedad está disponible ya para otras patologías, pero el problema no radica en la técnica, sino en la interpretación de los datos. Es un objetivo muy difícil, que hemos conseguido gracias al trabajo de muchos años. Esta es la primera vez que se dan resultados con esta técnica y en esta dolencia", insiste Daniel Cohen.

El profesor Cohen, con formación multidisciplinar en matemáticas, medicina, inmunología, genética y música, añade que, "cuando sugerimos hacer el Proyecto del Genoma Humano, lo que pretendíamos en realidad tanto el profesor Dausset como yo, era desarrollar esta experiencia y, para ello, teníamos que conocer el mapa genético". "Hasta ahora se han analizado alrededor del 40% del genoma humano y los 80 genes identificados en esta primera fase constituyen aproximadamente la mitad de los implicados en la esclerosis múltiple. Todos los genes registrados ya han sido descritos en la literatura científica. En este registro hemos asociado por primera vez, el gen de la Neuregulina 1 (NRG1) y el de la Presenilina 2 con la esclerosis múltiple. El primero ya se asociaba a la esquizofrenia y a la enfermedad de Alzheimer, y el segundo al Alzheimer", explica Cohen.

En el congreso madrileño también se presentó un consenso de algoritmos canadiense, especie de árbol de toma de decisiones, que permite mejorar el tratamiento de esta enfermedad. "El consenso canadiense, uno de los pocos que hay en el mundo, facilitará que los facultativos traten de manera uniforme esta patología y adopten decisiones basadas en los conocimientos científicos existentes", apunta Óscar Fernández, también coordinador del congreso.

Factores de protección

Entre los genes identificados destacan los relacionados con el complejo mayor de histocompatibilidad (Human Leukocyte Antigen, ó HLA, en abreviado), localizados en el brazo corto del cromosoma 6 y relacionados con todas las enfermedades inmunológicas. También figuran

el IL7-R alfa o

el CTLA-4. "Los resultados del estudio se publicarán cuando se hayan registrado

y se hayan equilibrado correctamente los derechos de la empresa, los de los pacientes y la comunicación de los resultados", indica Daniel Cohen.

Los genes de la región HLA figuran entre los primeros asociados a la esclerosis múltiple y los trabajos realizados revelan que con este grupo de genes el riesgo de enfermedad aumenta o disminuye dependiendo del alelo (una de las dos o más formas que puede adoptar un gen) que exprese el paciente. Así, un estudio realizado por el equipo del profesor Jan Hillert, uno de los mayores expertos en las raíces genéticas de esta enfermedad, revela que el gen HLA-DR2 es más frecuente en el grupo control (60%) que en el de los pacientes (30%). Otro estudio posterior concluye que el HLA-A2 era más prevalente en el grupo de personas sanas que en el de las enfermas, siendo, por tanto, un factor protector contra la enfermedad.

"Después de

haber transcurrido

30 años desde que descubriéramos el papel de la región HLA en la esclerosis múltiple, todavía desconocemos el mecanismo por el que su alelo DR2 aumenta el riesgo de padecer esta dolencia y el A2 lo disminuye", advierte Hillert, director de la división de Neurología del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, que viajó a España a primeros de marzo para participar en un congreso internacional sobre esta patología.

El científico sueco también avanzó los datos de otro estudio, que se publicará en la revista Genes and Immunity del próximo mes de junio, en el que se sugiere que el gen LAG3, situado en el cromosoma 12, y el IL7R, localizado en el cromosoma 5, codifican proteínas involucradas en la activación y maduración de los linfocitos y pueden influir en esta enfermedad.

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