_
_
_
_
_
Entrevista:KATHERINE A. HIGH | Investigadora del Children's Hospital de Filadelfia

"La terapia génica va a ser la solución contra la hemofilia"

Trabaja en hemofilia desde la década de 1980. Hace más de 10 decidió centrarse en la terapia génica y realizar ensayos clínicos con pacientes con esta enfermedad. Gracias a su trabajo, Katherine A. High está considerada una autoridad mundial en esta materia. Es, además, profesora de pediatría y directora de investigación de la División de Hematología del Children's Hospital de Filadelfia (EE UU), uno de los mejores hospitales pediátricos de ese país.

Hasta hace pocos días ha sido la presidenta de la Sociedad Americana de Terapia Génica, la mayor asociación profesional de científicos e investigadores dedicados a esta nueva disciplina. Ahora, tras años de estudio, ha demostrado que la terapia génica puede llegar a ser efectiva en pacientes con hemofilia B. Ésa es la conclusión que se desprende de dos ensayos clínicos que ha dirigido, en los que han participado 15 pacientes.

"Los pacientes producen factor IX durante 3,5 años, pero todavía es insuficiente"

La semana pasada expuso sus últimos hallazgos en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona, invitada por el Instituto de Investigación de este centro y la Fundación BBVA: "Empezamos a investigar hace años con ratones y perros. Las conclusiones nos animaron a dar el siguiente paso: probarlo en humanos". Y los resultados han acompañado porque, aunque estos primeros ensayos no buscan eficacia clínica, sino saber si el tratamiento es bien tolerado y qué dosis se deben aplicar, indican que pronto será posible tratar la hemofilia B con terapia génica". Uno de los ensayos ha utilizado el músculo como tejido diana y el otro, el hígado, que es el órgano que de forma natural produce el factor IX de la coagulación sanguínea, del que carecen los hemofílicos.

Los resultados de ambos ensayos han sido diferentes. "En los ocho pacientes a quienes hemos aplicado terapia génica en el músculo, hemos logrado que produjeran factor IX durante 3,5 años, aunque los niveles alcanzados no son terapéuticos. En cambio, en los siete enfermos en los que hemos inducido producción de factor IX en el hígado, hemos conseguido niveles más altos, pero sólo se han mantenido un mes. El reto es ahora aumentar los niveles de producción en el músculo o prolongar durante más tiempo los alcanzados en el hígado".

Uno de los inconvenientes observados es la aparición de respuestas inmunitarias frente a los vectores empleados, es decir, frente a los vehículos que se utilizan para introducir los genes en el interior de las células. En este caso se ha utilizado un virus llamado adenoasociado, cuyos genes han sido sustituidos por el gen terapéutico -en este caso el que codifica el factor IX- de forma que ha perdido su capacidad de replicación".

La hemofilia es una enfermedad hereditaria que se caracteriza por un elevado riesgo de hemorragias, tanto espontáneas como provocadas por traumatismos mínimos, "especialmente en las articulaciones, aunque pueden afectar al cerebro", aclara High. La sufren los hombres, pero la transmiten las mujeres, porque es fruto de una anomalía hereditaria de un defecto en los genes de los factores VIII o IX de la coagulación, ambos situados en el cromosoma X, uno de los dos que determina el sexo.

Cada célula tiene 46 cromosomas, que proceden la mitad de cada progenitor, por lo que tenemos dos copias de cada gen. Si falla uno, el otro asume la función. En hemofilia, la alteración está localizada en el cromosoma X. Como los hombres son XY, si han heredado el cromosoma alterado, no tienen posible recambio. Las mujeres, en cambio, al ser XX y disponer de una copia, no sufren la enfermedad aunque pueden transmitirla.

Hay dos tipos de hemofilia. En la que que falla el factor VIII de coagulación es la hemofilia A y es la más frecuente. Si la alteración afecta a la producción de factor IX, se habla de hemofilia B. Hasta ahora estos pacientes se tratan mediante infusiones del factor del que carecen.

La terapia génica consiste en introducir información genética -una copia normal del gen defectuoso- en las células para que vuelvan a producir por sí mismas esos factores. Esto es precisamente lo que persigue el grupo de High con sus ensayos: "Introducimos unos vectores basados en virus adenoasociados, que han sido modificados en el laboratorio para que no puedan replicarse por sí mismos en el interior de la célula. Estos virus contienen los genes que permiten sintetizar el factor IX. De momento nos hemos centrado en la hemofilia B y su factor IX de coagulación porque es más sencilla de tratar, pero estamos convencidos de que con el tiempo, aunque sea más complicado, este tratamiento será aplicable también a la hemofilia A". "Hasta ahora el único tratamiento de que disponemos contra la hemofilia se basa en infusiones de factores VIII o IX producidos por técnicas de ADN recombinante, es decir, fabricados en laboratorio mediante técnicas de biotecnología, pero resultan muy caros y además hay que administrarlos de por vida".

Katherine A. High, en el hospital Vall d'Hebron.
Katherine A. High, en el hospital Vall d'Hebron.JORDI BARRERAS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_