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La toxina botulínica puede ser útil contra el mal olor corporal

Un estudio preliminar realizado en Alemania indica que la toxina botulínica A, propuesta recientemente para reducir la aparición de arrugas faciales, entre otras aplicaciones, podría ayudar también a reducir el olor corporal, según un artículo publicado en el número de enero de The Archives of Dermatology, una de las revistas editadas por la Asociación Médica Americana (AMA).

Tras demostrarse recientemente, en otro estudio, que la toxina botulínica A es eficaz contra la hiperhidrosis, o sudor excesivo, en las axilas, Marc Heckmann, de la Universidad Ludwig-Maximilian, de Munich, Alemania, se decidió a estudiar el efecto que provocan unas inyecciones de toxina botulínica A sobre el olor axilar en 16 voluntarios sanos (con una media de 27 años). A los voluntarios se les inyectaba toxina botulínica A en una axila y una solución de cloruro de sodio en la otra, en un estudio aleatorio, doble ciego.

Recientemente se había demostrado que la sustancia combate el sudor excesivo

Antes del tratamiento, a los voluntarios se les pidió que llevasen camisetas de algodón desde el mediodía de un día hasta el mediodía del siguiente, y no se les permitía comer espárragos, cebollas ni ajos, ni mantener contacto personal con su pareja dos días antes de usar la camiseta. Después, se recortaba la parte de las camisetas correspondientes a la axila y se sellaba en tarros de cristal. Los voluntarios olían las muestras, incluida la propia, y se les pedía que numerasen la intensidad del olor (de cero cuando no había nada de olor, a seis, cuando el olor era muy intenso), y que calificasen las muestras con "agradables" o "desagradables"(de -3, cuando era menos desagradable, a +3, si era más desagradable).

A continuación, a cada voluntario se le inyectaba toxina botulínica A en una de las axilas, y cloruro de sodio en la otra, y siete días después se repetía la prueba de la camiseta.

Los investigadores han descubierto que, antes del tratamiento, la calificación media de intensidad del olor corporal era de 2,69. Siete días después del tratamiento, la axila en la que se había inyectado la toxina botulínica estaba notablemente seca, según los voluntarios. El olor de esta axila recibió calificaciones significativamente más bajas para la intensidad del olor (1,83 frente a 2,9) y calificaciones más elevadas para su "agradabilidad" (1,46 frente a 1,14), en comparación con la axila a la que le habían inyectado cloruro de sodio.

"Llegamos a la conclusión de que la inyección axilar de toxina botulínica A puede mejorar significativamente la intensidad y la calidad del olor corporal", escriben los autores.

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