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Reportaje:

Argentina incentiva el regreso de capitales

Cristina Fernández trata de fomentar la competitividad de las empresas

Soledad Gallego-Díaz

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, anunció esta semana un nuevo paquete de medidas para reactivar la economía. Entre ellas figura la creación de un nuevo Ministerio de Producción, destinado a fomentar la competitividad de las empresas, un plan para repatriar capitales y beneficios fiscales para los empresarios que den de alta a trabajadores no declarados. "Quienes declaren sus capitales sin traerlos al país pagarán un 8% de impuestos; quienes los traigan, el 6%; quienes los inviertan en títulos de la deuda, un 3%, y quienes los inviertan en infraestructura, inmobiliario o actividad agroganadera, un 1%", dijo la presidenta en un acto de la Unión Industrial Argentina (UIA).

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La salida de capitales se ha convertido en uno de los problemas más serios del Gobierno, que ha intentado diversas soluciones previas, sin gran éxito. El Banco Central reconoce que 14.380 millones de dólares salieron del sistema financiero sólo en los nueve primeros meses del año como consecuencia de la llamada crisis del campo, y la cifra se ha ampliado posteriormente con la desconfianza creada por la renacionalización del sistema privado de pensiones y jubilaciones.

Quedarán excluidos del esquema "todos los que hayan estado en la función pública durante cualquier época en cualquiera de los tres poderes del Estado", dijo Fernández. La nueva ley, que supone prácticamente amnistiar a quienes sacaron esos capitales y primarlos incluso con unos impuestos bajos, es la última solución para atajar la sangría.

La presidenta dedicó una buena parte de su discurso a anunciar medidas para crear y conservar empleo, sobre todo en las pymes. "Vamos a condonar la totalidad de la deuda impositiva a los empleadores que tengan menos de 10 trabajadores y que los tengan a todos en blanco" (es decir, declarados legalmente). Para las empresas más grandes se aprobará una nueva regulación de aportaciones patronales, de manera que por cada nuevo puesto de trabajo que se cree, sólo se abonará el 50% de lo reglamentado durante el primer año y el 75% durante el segundo. "Ésta es la manera de contribuir al alivio de lo que ustedes llaman la mochila fiscal", precisó en una especie de guiño a los empresarios argentinos, que se han mostrado indignados ante las presiones de los sindicatos para que se prohíban, lisa y llanamente, los despidos.

Fernández ha dado a entender que la situación no es tan grave como algunos analistas sugieren, aun reconociendo la importancia de un marco internacional cada día más difícil. En el caso argentino, anunció la presidenta, el superávit fiscal acumulado en el mes de octubre es de 34.000 millones de pesos (unos 8.500 millones de euros), una cifra satisfactoria. Las últimas encuestas indican, sin embargo, que el clima económico en Argentina es uno de los más pesimistas de América Latina. -

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