Memez seudocientífica
Una de las lacras de Internet es la proliferación de basura seudocientífica que contribuye a difundir. Para combatirla se necesitan anticuerpos, cuanto más poderosos mejor, dispuestos a desenmascarar supercherías y fraudes. Ésta es, entre otras, una de las virtudes de las píldoras, en forma de comentarios, que nos dispensa El Blog de Centinel, un veterano de la Red que primero tuvo formato de web clásica y que, en 2006, en vista de que el formato bitácora generaba una comunicación mucho más fluida, decidió pasarse a él.
"Engaños naturales", "Ignorancia científica", "Estafa en la farmacia"... Los títulos de sus entradas no engañan, van al grano, a extirparlo. Los abusos de la industria de lo "sano", lo "bio", los complementos dietéticos y otras hierbas, a veces más comerciales que curativas, son uno de sus blancos preferidos, como el propio Centinel declaraba en Blog de Blogs. Sus intenciones las resume así en su escueta introducción a su bitácora: "Aportar conocimientos básicos, noticias y enlaces relacionados con la ciencia, la tecnología y el escepticismo, con un enfoque sencillo y ameno, así como curiosidades diversas coherentes con estos contenidos".
"Su documental es, en mi opinión, tan espectacular y sensiblero como poco riguroso", escribe acerca del famoso filme de Al Gore Una verdad incómoda. Y desgrana los porqués de esta interpretación, como también los que le llevan a arremeter contra quienes a su entender exageran el cambio climático. "Me hierve la sangre si se traspasan ciertos límites", redacta cuando llega a sus ojos una delictiva entrevista con un individuo que dice que el sida no ha existido, que ha sido sólo un montaje. Un blog necesario. Por desgracia.
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