_
_
_
_
_
Reportaje:EL ESPAÑOL, UNA LENGUA DIVERSA

Topografía esencial del español

El uso correcto de la lengua requiere una serie de fuentes de consulta. Tanto el estudiante como el escritor, el periodista, el traductor o cualquier persona con una duda tiene a su alcance manuales de gramática, ortografía, dudas y errores, diccionarios, libros de estilo y recursos electrónicos donde resolverlas. Aquí ofrecemos una guía sucinta de estos recursos.

Las diferentes cuestiones tratadas incluyen autoridades literarias del siglo XX, españolas e hispanoameri- canas

Muchas metáforas de la lingüística tradicional y de las teorías de la comunicación atribuyen a las lenguas categoría de seres vivos; este hecho, fundamental para el desarrollo de la conciencia lingüística, sitúa nuestro conocimiento siempre a un paso (a veces más de uno) por delante de la capacidad de descripción de la lengua, por no hablar de la distancia que se da entre el hecho lingüístico y su prescripción. El hablante (u oyente), el escritor (o lector) de una lengua, se constituye en primera línea de un campo de decisiva importancia: el uso; de ahí que quizá sea preciso que revisemos una sucinta selección de recursos a su alcance, recursos, todo sea dicho, que tanto pueden servir ante una duda académica a los estudiantes, de escritura a periodistas, traductores y escritores en general, o ante cualquier consulta acerca de la corrección de nuestra expresión que queramos resolver sin necesidad de prolongada investigación. Dejando, pues, a un lado los anuarios que bajo el título El español en el mundo edita el Instituto Cervantes -acaba de aparecer su cuarta entrega (Círculo de Lectores/Plaza & Janés, 2001)-, he agrupado la citada selección de recursos en los siguientes apartados: gramática, ortografía, dudas y errores, diccionarios, libros de estilo y recursos electrónicos.

Gramáticas

A falta, a día de hoy, de una gramática prescriptiva firmada por la RAE que actualice los contenidos de la última (de 1931) publicada por la institución, en cualquier breve recuento de gramáticas manuales debe empezarse por citar el Curso superior de sintaxis española (Bibliograf, 1961), que sigue reeditándose. Obra debida a Samuel Gili Gaya, presenta tres apartados: la oración simple, uso de las partes de la oración y la oración compuesta. No se trata de un 'libro de texto', aun cuando éste haya sido uno de sus usos; el índice alfabético de materias permite la consulta dirigida de cuestiones relativas a perífrasis, formas verbales, orden de colocación de los elementos oracionales, etcétera.

En 1973, la RAE publicó el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española (Espasa Calpe), obra encargada a Samuel Gili Gaya, quien trasladó gran parte de los materiales presentados en su Curso superior de sintaxis española, y a Salvador Fernández Ramírez. El libro se estructura en tres partes (fonología, morfología y sintaxis) e incluye un índice alfabético de materias. Desde su 'advertencia' se dejó claro que esta obra era 'simple proyecto' y que, en consecuencia, 'carece de toda validez normativa'. Las diferentes cuestiones tratadas incluyen autoridades literarias del siglo XX, españolas e hispanoamericanas.

Un año antes, Manuel Seco, autor de un Diccionario de dudas y de otro general, publicó su Gramática esencial del español (Espasa Calpe), revisada y aumentada en 1989. Además de introducir una primera parte titulada 'La lengua', en la que se incluyen capítulos sobre la comunicación, el individuo y la lengua española y su pasado, el libro se estructura como sigue: sonidos, frases y palabras y, por último, el uso de la lengua. Es una gramática descriptiva del 'español actual', como reconoce su autor, 'una visión general de la lengua, por fuera y por dentro'.

Juan Alcina Franch, para las partes de morfología y sintaxis, y José Manuel Blecua, para la fonética y fonología, son los autores de una voluminosa Gramática española (Ariel, 1975), dividida en 10 capítulos y que incluye bibliografía e índice a materias y autores. Los ejemplos ilustrativos están tomados, preferentemente, de autores teatrales y prosistas, españoles e hispanoamericanos, de los siglos XIX y XX; es obra, también, de carácter descriptivo, que sigue un criterio 'formalista y funcional' y con vocación de servir como manual para estudiantes y profesores.

Por último, debe citarse la Gramática de la lengua española (Espasa Calpe, 1994) que en su día encargara, siendo director de la RAE, Dámaso Alonso a Emilio Alarcos Llorach y que, aunque auspiciada su publicación por la Academia, se editó con un prólogo de Alarcos en el que se explicaba cuáles eran las 'áreas respectivas' de la institución y del autor. Según éste, su propósito 'consistía en exponer los rasgos de la gramática del español que se descubren en los actos orales y escritos de los usuarios de la lengua en el siglo XX'. Las discusiones teóricas pasadas, y la adscripción de Alarcos a las teorías funcionalistas, dejaron en discretas tablas diplomáticas un texto con clara 'intención normativa', pues, como sostuviera el lingüista salmantino, 'toda gramática termina, o empieza, por ser normativa'. Ahí queda, no obstante, este esfuerzo individual; y para muestra del valor de sus descripciones basta echar un vistazo a las fuentes textuales, que llegan, por ejemplo, hasta Corazón tan blanco, de Javier Marías, publicada sólo dos años antes de esta gramática.

En el plano más estrictamente universitario, cabría sumar a esta relación la Gramática descriptiva de la lengua española (Espasa Calpe, 1999), en tres volúmenes, dirigida por Ignacio Bosque y Violeta Demonte y que, estructurada en cinco partes encargadas a diferentes especialistas, escapa del modelo de obras de consulta para el hablante general que aquí se glosan.

Ortografía

Sólo se citará aquí una, aun cuando contuviera errores en su primera y célebre edición y no pocas contradicciones prescriptivas respecto de la vigésima primera edición del Diccionario de la lengua española (1992), editado por la Real Academia Española y conocido como DRAE: se trata de la Ortografía de la lengua española (Espasa-Calpe, 1999), de la Academia, y que se presentó y presenta como una 'ortografía verdaderamente panhispánica'. La obra incluye Elementos y principios de la ortografía, Uso de letras, Uso de mayúsculas, Acentuación, Puntuación y Abreviaturas, así como tres apéndices de abreviaturas, siglas y símbolos, nombres geográficos y gentilicios, y topónimos 'cuya versión tradicional en castellano difiere de la original'.

Manuales y diccionarios de dudas

La dificultad que el uso de la lengua española entraña ha generado la necesidad de manuales, diccionarios y prontuarios que ayuden al hablante o al escritor a resolver cuestiones de uso, ambigüedades y otros problemas expresivos. Pionero en este sentido, entre las obras modernas, fue el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española (Espasa Calpe, 1961) de Manuel Seco, profundamente revisado y puesto al día en 1986. El libro tiene dos partes: por un lado, la disposición alfabética de todos aquellos elementos lingüísticos que presentan dificultad en su uso y, por otro, unos apéndices que comprenden un 'resumen de gramática', un apartado sobre la conjugación de los verbos, vocabulario ortográfico, abreviaturas y 'empleo de los signos ortográficos'. Es un manual de consulta en su sentido clásico. A esta misma categoría pertenecen las obras de José Martínez de Sousa,Dudas y errores de lenguaje (1973; 4ª edición, corregida, Paraninfo, 1987) y Diccionario de usos y dudas del español actual (Bibliograf, 1996); la primera trata los diversos temas (acentuación, barbarismos, mayúsculas y minúsculas, signos de puntuación, verbos irregulares, etcétera), hasta un total de 19, mediante la organización de un índice general y alfabético que complementa otro de materias. También bajo organización temática, mucha exhaustividad y riqueza de ejemplos, en dos volúmenes, se presenta el Manual de español correcto (Arco Libros, 1989) de Leonardo Gómez Torrego. Su autor presta especial atención a los rasgos de estilo (rimas internas, cacofonías, redundancias, etcétera) e incorrecciones sintácticas. El Diccionario de dudas e irregularidades de la lengua española (Teide, 1991) de David Fernández, concebido con 'intención didáctica' y dirigido al 'público escolar', excede dichos objetivos y es un buen complemento de las obras anteriores.

Quedaría por incluir aquí, aunque por su carácter de reunión de artículos y su prosa ensayística se separe bastante de los manuales ya referidos, El dardo en la palabra (Círculo de Lectores, 1997), de Fernando Lázaro Carreter, un vivo ejemplo de isocronismo entre los fenómenos lingüísticos detectados y la respuesta, a modo de sucinto análisis, de su autor. Puesto que el libro incluye un detallado índice de términos y expresiones, su consulta se acerca, en este sentido, a la del manual; pero no son estas dos lecturas (la isocrónica y la consulta) las dos únicas que pueden realizarse, puesto que al estar organizado según la cronología de los artículos (de 1975 a 1996), la lectura ofrece, también, una diacronía inmediata de modos, modas, incorrecciones y neologismos del último cuarto de siglo.

Diccionarios

En cuanto a diccionarios, y a la espera de la vigésima segunda edición del DRAE, cabría distinguir cuatro ámbitos: diccionarios históricos, generales, ideológicos y etimológicos. De entre los diccionarios antiguos, que remite a los usos del español de los siglos pasados, son útiles de consulta obligada el Tesoro de la lengua castellana o española (1611), de Sebastián de Covarrubias, del que existen dos ediciones: una facsímil (Altafulla, 1987) y otra moderna (Castalia, 1994; 2ª edición: 1995); al Tesoro se ha añadido recientemente la edición del Suplemento (Polifemo, 2001), que reúne las adiciones y correcciones realizadas por el humanista toledano. El otro diccionario, el primero que editó la RAE, entre 1726 y 1739, es el Diccionario de Autoridades publicado facsímil (Gredos, 1984, fecha de una de las reimpresiones), que debe su nombre a los autores (de la Edad Media a 1700) cuyas obras fueron tenidas como ejemplos de corrección idiomática.

Entre los diccionarios generales cabría citar el Diccionario de uso del español (Gredos, 1966) de María Moliner, posteriormente corregido, dispuesto de forma totalmente alfabética, modificada su presentación y situados en apéndice los 'desarrollos gramaticales' que, a modo de breves artículos, había escrito la autora original en algunas entradas en su 'segunda edición' (Gredos, 1998). El DRAE (21ª edición, de 1992) dispone de una versión en un volumen y otra en dos de menor tamaño; este diccionario es anterior a las incorporaciones que presumiblemente atesorarán las ediciones que le sigan y que deberían beneficiarse de las bases de datos en curso, el Corde (Corpus Diacrónico del Español) y el CREA (Corpus de Referencia del Español Actual), el primero sobre el léxico español hasta 1975, y el segundo, del léxico posterior a dicha fecha. A partir de un corpus propio, primero en fichas manuales y luego informatizado, se constituye el Diccionario del español actual (Aguilar, 1999), en dos volúmenes, de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos. Como sus autores afirman en el Preámbulo de este proyecto que nació hace treinta años, 'para redactar un diccionario es indispensable una base documental'. Todos los términos van ilustrados con ejemplos de dicha base textual moderna. Es uno de los más recomendables.

El Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (Gredos, 1980, 6 volúmenes) es la revisión, corrección y actualización de la obra publicada por Joan Corominas en 1955. Dicha revisión fue llevada a cabo por José A. Pascual, y el conjunto es una de las bases léxicas más exhaustivas y sólidas acerca del origen de las palabras españolas y de sus primeros testimonios literarios, antiguos o modernos, que fijan su 'nacimiento'.

El Diccionario ideológico de la lengua española (Gustavo Gili, 1959; 18ª edición: 1994) de Julio Casares es un recorrido útil y apasionante 'de la idea a la palabra' y 'de la palabra a la idea'. Estructurado según una 'parte sinóptica' (38 cuadros ideológicos), la obra se presenta en forma 'analógica' y en forma 'alfabética'. En la primera, una idea o concepto nos conduce a otros asociados, sinónimos, antónimos, de su mismo campo semántico o de la misma o distinta categoría gramatical; la segunda es un diccionario general de la lengua: cada término va acompañado de su definición. De algunos de estos diccionarios (DRAE, María Moliner) existe edición en CD-ROM, y de otros, incluso, en la red.

Libros de estilo

Concebidos originalmente como manuales de uso interno de las redacciones periodísticas o de algunas instancias administrativas y educativas, la mayoría ha pasado a ser de consulta y uso general. A diferencia de las obras específicamente lingüísticas, su organización no es el resultado de un prescriptivo índice de materias de obligatorio análisis, sino que sus diferentes editores conceden mayor o menor espacio a otros términos profesionales como códigos deontológicos, presentación de originales, etcétera. Dentro de esta categoría, sin pretender citarlos todos y sí al menos los más accesibles en librerías, deben mencionarse los libros de estilo de EL PAÍS (Ediciones EL PAÍS, 1977); Abc (Ariel, 1993); TVE (Labor, 1993); El Mundo (Temas de Hoy, 1996), así como el Manual de español urgente (Cátedra, 1995, 11ª edición) de la agencia Efe y el Manual de estilo de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de 1994. Todos incluyen un diccionario o léxico breve con las dudas más frecuentes, normas ortográficas, de redacción y gramaticales, abreviaturas y apéndices sobre pesos, medidas, toponimia, etcétera.

Recursos electrónicos

Si difícil resulta, en el corto espacio de estas páginas, seleccionar una serie de recursos básicos de consulta acerca de la lengua española, penetrar en la selva de páginas de la red, dada su proliferación y diversidad (desde páginas de instituciones, universidades y publicaciones hasta páginas personales), resulta cuanto menos arriesgado en lo que hace a su utilidad. De modo que, sin que se pretenda aquí cubrir dicho campo, son de consulta recomendable las siguientes direcciones o lugares: 1. www.rae.es: ofrece acceso a la Biblioteca virtual de diccionarios académicos (desde el de autoridades hasta las diferentes ediciones del DRAE, consulta limitada del Corde y del CREA y un Servicio de Consultas Lingüísticas). 2. www.cervantes.es: el Instituto Cervantes, organismo encargado de la difusión y del estudio del español, proporciona referencia de materiales para la enseñanza del español como lengua extranjera, materiales de formación, el Centro Virtual Cervantes (con foros especializados y posibilidad de consultas) y, como herramienta de gran utilidad, su oteador (http:// cvc.cervantes.es/oteador), con enlaces a bibliotecas, cultura española e hispanoamericana, diccionarios, librerías, Internet (enlaces), lengua (uso y enseñanza), literatura y textos electrónicos, medios de comunicación, mundo académico e instituciones de promoción del español y administraciones públicas. 3. Otras páginas de interés: la página del idioma español (www.el-castellano.com), con enlaces a diccionarios, etimología, foros de debate, gramática, literatura o prensa, y Comunica, programa informativo sobre la lengua española (www.comunica.es/lengua). La página personal de José Antonio Millán (www.jamillan.com) incluye enlaces, un 'vocabulario de ordenadores e Internet' (inglés y español) con 850 entradas. 4. Herramientas para traductores: diccionarios multilingües (más de cien), en www.foreignword.com; y bases de datos terminológicas multilingües, en Eurodicautom (http://eurodic.ip.lu).

EL ATRIL DEL ESCRITOR

Aun cuando todos los libros referidos en este artículo constituyen una ajustada selección de materiales de apoyo para el escritor, de tener que reservar una esquina de la mesa de trabajo para los de más inmediata y frecuente consulta, dicho espacio debería estar ocupado, a nuestro juicio, por: Gramática de la lengua española. Emilio Alarcos Llorach (Espasa Calpe, 1994). Manual de español correcto. Leonardo Gómez Torrego (Arco Libros, 1989). Diccionario del español actual. Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos (dos volúmenes, Aguilar, 1999). Diccionario ideológico de la lengua española. Julio Casares (Gustavo Gili, 1959; 18ª edición, 1994).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_