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OPINIÓN | Desde el Pacífico
Columna
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Las dificultades de Obama

En su esfuerzo para promover una mayor democracia electrónica y un gobierno más transparente y participativo gracias a Internet el equipo de Obama está encontrando más dificultades de las que suponía. Faltan recursos. De los casi cien colaboradores que trabajaban en New Media en los momentos más álgidos de la campaña apenas quedan una decena para concebir y alimentar WhiteHouse.gov, el sitio piloto de la Casa Blanca encargado de mostrarles el camino a los más de 20.000 sitios del gobierno federal. En el mismo tiempo la escala ha cambiado. Ya no se trata de comunicar con 13 millones de simpatizantes pero con 300 millones de ciudadanos.

La tecnología es anticuada. WhiteHouse.gov no tenía la capacidad de lanzar correos electrónicos masivos (ni SMS) a todos los que dieron su nombre para esto. El primer correo fue lanzado el 12 de abril para la campaña de reforma del sistema de salud.

La cultura es necia. No resulta tán fácil convencer a burócratas formados en la veneración del secreto que pueden abrirse sin poner su país en peligro. Tampoco resulta inmediata la confianza de los ciudadanos. Hablando del equipo de Obama, Kahtleen Hall Jamieson de la Universidad de Pensilvania explicó al Washington Post que "están tratando de dominar el proceso de conexión entre los individuos y su gobierno. No se logrará de la noche en la mañana pero, al final, transformará la comunicación presidencial".

La ley no resulta muy flexible. Ignora las lógicas de la web 2.0. Requiere autorizaciones claras para publicar ciertas informaciones como lo recuerda Peter Swire, profesor de derecho de la Universidad estatal de Ohio. "Puede resultar muy difícil para quienes trabajan online conseguir informaciones de otros en el gobierno con el derecho de publicarlas", escribe.

Muchas veces, las leyes tardan en adaptarse. "Muchos de mis amigos en los nuevos medios se pasan más tiempo hablando con abogados que con geeks", declaró Alec Ross, consejero de Hillary Clinton.

Sin esperar que todas las piezas operen en conjunto, la joven administración lanzó iniciativas totalmente nuevas que parecen no sufrir tantas limitaciones. Es el caso de la Iniciativa de Gobierno Abierto en la cual los ciudadanos fueron invitados a proponer ideas de posibles acciones políticas y a votar en el espíritu de Digg.com. 900 ideas fueron propuestas y 30.000 votos fueron emitidos. Lanzó sitios como FiscalStability.gov para dar cuenta del plan de estabilización fiscal y Recovery.gov para que los ciudadanos puedan verificar "donde va el dinero" del plan de recuperación y reinversión.

Los ministerios (secretarías) deciden qué cantidad de dinero dar a que institución federal, estatal o local y avisa el sitio que pública la información. Un esfuerzo notable y prometedor pero, obviamente más lento de lo que muchos quisieran.

Más interesante que Recovery.gov es el sitio privado Recovery.org lanzado por la empresa Onvia para contribuir a la transparencia y para "cerciorarse que cada negocio, independientemente de su tamaño, tenga acceso parejo a los proyectos asociados con los esfuerzos de recuperación". Tiene información más precisa que el sitio oficial y más fácil de consultar. El objetivo del sitio Data.gov es permitir que el público tenga acceso a los datos generados por el Ejecutivo. Comenzó con un número muy limitado de conjuntos de datos (45) pero ya agregó más. También tiene un pendiente privado, Socrata.com, una red social abierta que ya tiene el doble de conjuntos de datos que el sitio oficial.

Las actividades de vigilancia de las iniciativas gubernamentales no faltan. La Fundación Sunlight sigue de muy cerca todo lo que hace el gobierno en su política de transparencia y participación. Probublica.com, un sitio de periodismo ciudadano de investigación, ha lanzado por su parte una red ciudadana para analizar los progresos en la construcción y reparación de puentes y carreteras.

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