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Reportaje:ARCO 2007

La máquina de Paik

Nam June Paik, nacido en Corea pero residente en Estados Unidos durante buena parte de su vida, fue uno de los padres del videoarte. Fue un artista irónico y crítico, capaz de unir en sus piezas tecnología, espiritualidad oriental y crítica con la sociedad de la información. Una retrospectiva en la Fundación Telefónica, de Madrid, recorre su obra.

Paik creía que el videoarte era una manifestación del cambio radical que se estaba dando en la estructura de poder

Nam June Paik, artista estadounidense nacido en Seúl en 1932, reconocido como figura precursora en la historia del videoarte, en realidad fue mucho más que un pionero en el mundo artístico. Cierto que fue un artista distinguido, performer y compositor de primer orden, y también un señalado intelectual, un pensador visionario que hace 30 años predijo y dio nombre a la "autopista de la información", que ahora conocemos como internet.

Pero Nam June Paik, que murió el 29 de enero de 2006, también era un complejo animal político, un insurrecto listo que se consideraba a sí mismo un "terrorista estético". Al crecer bajo la represiva dictadura militar que se asoció con las fuerzas estadounidenses ocupantes en la Corea del Sur de la posguerra, Paik aprendió que los gobiernos de todo tipo (socialistas o capitalistas) podían crear las condiciones que defraudasen las supuestas libertades propugnadas por los generales, los diplomáticos y los políticos. Como miembro de una familia cuyas posesiones fueron expropiadas en su totalidad por el gobierno, y que se vio obligada a huir al exilio en el vecino Japón, Paik estaba muy al tanto de la relación entre la corrupción y el abuso del poder, aunque éste sea legítimo. Entendía a la perfección que esta relación podía prosperar en cualquier sistema económico si tuviese una base autoritaria y una prensa complaciente.

Su interés por la intersección

entre el vídeo y las imágenes sintetizadas por ordenador no surgió en respuesta a la necesidad de elementos visuales psicodélicos para la industria del vídeo (aunque inventó el formato del vídeo musical, optó por no dedicarse a ello). Más bien, como me dijo a mediados de los setenta, estaba convencido de que algún día sería posible crear imágenes falsas de televisión, "fabricadas" pero creíbles, que proporcionarían la base de la manipulación política de poblaciones enteras. Decía que sólo pretendía identificar esas evoluciones para estar preparado. (En el periodo previo a la invasión estadounidense de Irak vimos un primer uso de "armas de engaño masivo").

Como pionero en la defensa de la televisión interactiva, fue de los primeros artistas en llamar la atención sobre la Teoría de la radio de Bertolt Brecht, en la cual el dramaturgo alemán discutía la relación entre la radio unidireccional (del emisor al receptor) y el auge del fascismo en Alemania. Paik sabía que el tema no era sólo el contenido, sino también la estructura de los medios de comunicación de masas, y sus producciones artísticas y literarias abordaron este concepto básico una y otra vez.

Paik creía que su arte tenía ramificaciones más amplias que aquellas que se extraían simplemente de la historia del arte en evolución, incluso dentro de la historia relativamente corta del vídeo, la performance y la desmaterialización del arte en general. Creía firmemente que el videoarte era una manifestación del cambio radical que se estaba dando en la estructura de poder predominante en el mundo, no el que se mide de modo tradicional, sino más bien el cambio que conlleva la miniaturización de los sistemas de circuitos complejos, la ubicuidad de las redes de comunicación basadas en los satélites, la inversión de la relación que tenían los individuos con los medios de comunicación y la transición de una economía basada en la escasez a otra basada en la abundancia.

Paik señaló en sus escritos y

en sus frecuentes conferencias que la combinación de estos elementos sería una revolución pacífica que daría poder al individuo y reduciría el potencial negativo del control por parte del gobierno y de las empresas. Pero como la mayoría de la gente veía la obra de Paik como una crítica endemoniadamente juguetona, colorista y deliciosa de la tecnología y de la sociología que comporta, fue capaz de insinuar en un discurso público ideas que hoy en día siguen siendo tan radicales como cuando las introdujo por primera vez a mediados de los años sesenta. En la obra de Paik, la brillantez de las composiciones -desde la elección del contenido "encontrado" a los modos en que era editado y presentado dentro de entornos esculturales- permitía que su trabajo transmitiese una crítica de la vida contemporánea y trascendiese cualquier intento de propaganda simplista con tal de llegar a un público lo más amplio posible.

Paik era un artista, un intérpre

te que exploraba y parodiaba el "espectáculo" de la vida moderna, con el claro propósito de proporcionar un antídoto a su efecto paralizante para la mente. En una ocasión comentó, con su estilo característico: "Como la televisión es tan interesante, yo hago arte aburrido". Pienso que la mayoría de los que contemplaban su arte tenían claro que el interés de Paik por entretener a su observador siempre debía verse como una respuesta irónica a la profunda vacuidad de lo que solía recibir el nombre de "medios de comunicación".

Creo que la llamada muerte del gran público fue algo provocado en parte por las ideas popularizadas por la insistencia de Paik en permanecer fiel a su propio impulso poético y su apoyo a la importancia cada vez mayor del individuo frente a la voz empresarial.

Porque siempre me ha parecido que Paik, a su manera, ocupaba una posición en el mundo del arte en cierto modo análoga a la del gran cantante de folk estadounidense Woody Guthrie en la industria musical. Ambos eran hombres amables, pero que no tenían ningún miedo de hablar con sinceridad al poder, y a lo largo de sus vidas creativas se mostraron muy preocupados por conectar tanto con la gente de la calle como con la élite intelectual de su tiempo.

Guthrie viajaba con un letrero pegado en su guitarra que funciona igual de bien para las máquinas de vídeo de Paik. En un pequeño papel blanco estaba impreso claramente: "Esta Máquina Mata a los Fascistas".

Nam June Paik y Corea: de lo fantástico a lo hiperreal. Fundación Telefónica. Gran Vía, 28. Madrid. Del 14 de febrero al 20 de mayo.

Nam June Paik, delante de su obra 'Global Groove 2004', en el Museo Guggenheim de Berlín.
Nam June Paik, delante de su obra 'Global Groove 2004', en el Museo Guggenheim de Berlín.AP

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