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Desde el Pacífico
Columna
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Los retos de una prensa sin Gutenberg

INTERNET ES FUENTE de trastornos. Ya no se puede negar. Lo urgente ahora es entender cómo se dan en diversos campos. Ninguno es más simbólico que el de los medios de comunicación, de lo que seguimos llamando "la prensa". La última revolución de comparable magnitud se remonta a la invención de la imprenta, la cual dio lugar a la primera forma de producción en cadena elevada por Ford al estatus de paradigma. Cambios a ese nivel cuestionan toda la historia de nuestra modernidad.

El libro La prensa sin Gutenberg, escrito por Bruno Patiño, director de Le Monde Interactif, y por Jean-François Fogel, hombre clave del éxito de LeMonde.fr, explica que "Internet no es un soporte más; es el fin del periodismo tal como ha sido vivido hasta hoy".

Internet "es el medio sin masas, instantáneo, la red en la cual cada uno se desplaza muy rápido para ser testigo, aunque fuese furtivo, de su propia soledad".
"Producir información cuenta muy poco. Está disponible por doquier. Sin embargo, dominar su búsqueda y su transferencia se vuelven actividades esenciales".

Ambos han aceptado los retos de los nuevos medios, pero ambos vienen del mundo de la prensa tradicional. Invocan en su búsqueda a Cervantes (padre de los geeks, incapaces de salir de su universo virtual), Borges (inventor de la copia perfecta, cuyo sentido cambia con el contexto) y Conan Doyle, a quien ven el inventor del blogs. Una delicia.

Basada en una intensa práctica (buena parte de ella con publicaciones iberoamericanas: El País, El Nacional, Clarín y Reforma, entre otros), La prensa sin Gutenberg es una explicación concreta y detallada del impacto de Internet sobre todas las formas de periodismo. "Las tecnologías que permiten el avance del nuevo medio intervendrán en el proceso de trabajo de los demás," escriben Fogel y Patiño. Se expresan a favor de los pioneros del periodismo en red, arte desconocido y despreciado a pesar de su éxito.

La tesis central del libro es que la prensa se ve obligada a cambiar bajo la doble presión de la audiencia y de los algoritmos. Estos últimos explican el papel de los motores de búsqueda, principal fuente de acceso a los sitios de información. Permiten que Google News, Yahoo News y sus semejantes nos presenten clasificaciones aceptables de la información publicada por miles de sitios. Varias veces por hora vuelven a desplegar de manera diferente el contenido de ciertos sitios en función de la actualidad, el tráfico y los temas que atraen a los lectores.

"Producir la información cuenta muy poco", afirman Fogel y Patiño. "Está disponible por doquier. Sin embargo, dominar su búsqueda y su transferencia se vuelven actividades esenciales. Cualquier medio que se instale en línea se sujeta a esa jerarquía en un nuevo juego en el cual los hombres rivalizan con los sistemas".

La audiencia es más presente, más participativa y más agresiva que nunca. Tiene la capacidad de expresarse y hace gala de ello. Buena parte de su importancia se debe que sobre Internet "la referencia de la prensa es el tráfico".

Pero la audiencia, según Fogel y Patiño, está doblemente fragmentada. Por una parte, los contenidos pierden la coherencia de la tradicional jerarquización propuesta por las redacciones: cada uno llega desde múltiples puntos y teje su propio itinerario. El público, por otra parte, revienta en nichos aislados. Internet es el medio último, siempre presente, pero "es el medio sin masas, instantáneo, la red en la cual cada uno se desplaza demasiado rápido para ser testigo, aunque fuese furtivo, de su propia soledad".

Vista por los medios tradicionales, la fragmentación de la audiencia es indiscutible; pero en Internet, la audiencia se estructura a sí misma en redes sociales que crean sus propias comunidades. Los nuevos medios serán "sin masas", pero no son "sin redes". Ahí radica lo más novedoso.

Fogel nos contestó sobre este punto. Se limitaron adrede a una "mención calurosa" de Wikipedia, el sitio coreano OhMyNews y las innovaciones sociales. "Esta reserva proviene del punto de vista del libro: escrito por gente de prensa que trata de los efectos de Internet y de la digitalización sobre toda la prensa. Pueden testimoniar de lo que pasa para los medios de masas; pero desde el momento en que las masas se fragmentan en nichos y redes, se encuentran en pie de igualdad con todos los que se conectan: constatan que la audiencia tiene la ventaja, alimenta los contenidos y decide los flujos".

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