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Reportaje:EMPLEO Y FORMACIÓN

Cada vez menos negocios y más 'business'

Los extranjeros crean empresas a un ritmo cuatro veces superior al de los españoles

Esto son un español, un italiano, un inglés y un alemán. ¿Cuál de los cuatro se decidirá antes a abrir un pequeño negocio en Cataluña o Madrid? Según los datos oficiales más recientes, el español sería el último en hacerlo. El número de trabajadores extranjeros que se dieron de alta en la Seguridad Social como autónomos ha aumentado un 17,29% en 12 meses. En el caso de los españoles, la cifra no llega al 4%.

El número de inmigrantes que trabajan por cuenta propia aumentó un 17,29% entre octubre de 2003 y el mismo mes de este año

Los inmigrantes que llegan a España no sólo trabajan en el sector doméstico. Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, entre octubre de 2003 y octubre de 2004, el número de extranjeros que se dieron de alta en la Seguridad Social como trabajadores por cuenta propia, es decir, como empresarios, aumentó un 17,29%, pasando de los 103.969 a los 121.949.

La mayor progresión la han experimentado los no comunitarios (aumentaron un 20,98%), que son los que tienen una imagen más asociada a las penurias económicas. Tres datos desmienten que los autónomos extranjeros se ajusten del todo a este perfil. En primer lugar, quienes se dedican a los servicios menos valorados -limpieza doméstica o cuidado de personas dependientes- cuentan con su propio régimen en la Seguridad Social, diferente del de autónomos. Además, los autónomos procedentes de otros países de la Unión Europea (UE) han aumentado bastante más que los españoles (14,4%). Y por último, las nacionalidades predominantes no encajan con la idea de inmigración vinculada a la pobreza.

El grupo más numeroso (19.077) es el de ingleses. Les siguen a distancia los alemanes (13.166), chinos (10.885), italianos (9.343) y marroquíes (9.320). Lorenzo Cachón, profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid especializado en inmigración y mercado laboral, cree que estas nacionalidades han sabido aprovechar los nichos profesionales vinculados a sus compatriotas: "La mayoría de las pequeñas empresas que generan son negocios étnicos. En la costa están vinculados a sus turistas o jubilados; en Madrid son frecuentes los negocios de marroquíes para los propios marroquíes". Hay excepciones a esta tendencia, como la de los chinos, cuyos negocios, ya sean restaurantes, tiendas de precios reducidos o almacenes textiles, tienden a dirigirse a una clientela amplia sin distinción de origen.

En cifras absolutas, los extranjeros están todavía muy lejos de los autónomos españoles, que superan los 2,8 millones. Pero llama la atención que frente a ese 17,29% que crecen los extranjeros empresarios, los españoles sólo aumentaron un 3,92% en el periodo.

Según Chacón, esa diferencia debe leerse con tranquilidad, como "un reflejo lógico de la mayor presencia de los inmigrantes en el régimen general de la Seguridad Social". Para José Luis Mejías, socio de la cooperativa Transformando, que asesora a inmigrantes para crear empresas, la respuesta puede estar también en su mayor espíritu emprendedor: "En su cultura está más desarrollada la idea de la microempresa y llegan a España asumiendo un gran riesgo e iniciativa, demostrando esfuerzo y tenacidad".

El sector hostelero y turístico parece estar tras buena parte del aumento de inmigrantes empresarios. Las zonas que concentran a un mayor número de emprendedores extranjeros son Cataluña (22. 300), Andalucía (19.666), Valencia (19.141), Madrid (17.616), Canarias (13.359) y Baleares (10.379). Ya sea una cervecería inglesa o una tasca alemana, las pequeñas tiendas y bares de ciudadanos de estas nacionalidades aumentan, sobre todo en la costa. En la revista Expatica.com, dirigida al público anglosajón, el presidente de la Asociación de Empresarios Extranjeros en España, Rodrigo Basco, asegura que a un inmigrante le puede llevar de tres a cuatro meses obtener todos los permisos. "Aquí pagan por todo", dice.

Mejías cree que los extranjeros lo tienen difícil. Consiguen habitualmente trabajos por debajo de su cualificación y eso también se nota en los negocios que crean: "Se da la paradoja de que una traductora experimentada de ruso y francés quiera montar una papelería, o una ingeniera, una pollería". Para Mejías, el aumento del número de empresarios tiene mucho que ver con la explotación de los extranjeros, que "operan en un entorno desconocido y hostil, en ocasiones hasta xenófobo".

Uno de cada tres trabajadores chinos en España es autónomo. Con inmigrantes de este país se han producido recientemente conflictos en Elche, por su fuerte presencia en el sector de la zapatería. "Las tensiones se debieron más a la difícil situación de los trabajadores españoles del sector que a la entrada en él de inmigrantes. En realidad los chinos compiten contra sí mismos", dice Cachón. Un experto en negocios en China que prefiere no ofrecer su nombre asegura que la situación no es preocupante. Las colonias chinas son un factor enriquecedor y "no causan nunca problemas ni de integración ni de orden público", afirma. Una opinión que comparte Mejías, para quien las personas que vienen a crear empleo y riqueza no pueden ser rechazadas: "Merecen todo el apoyo de la sociedad como consumidora y de la Administración. En este caso, urgente".

Tienda de productos colombianos en el centro de Madrid.
Tienda de productos colombianos en el centro de Madrid.BERNARDO PÉREZ

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