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Absueltos los acusados de la muerte de 119 niños por recetar hormona del crecimiento en Francia

La justicia considera que en los 90 no se tenían los conocimientos científicos suficientes como para calcular los riesgos del producto

El tribunal de apelación de París absolvió ayer a los dos principales acusados en el caso de las hormonas de crecimiento contaminadas, uno de los mayores escándalos de salud pública en Francia. Al menos 119 jóvenes han muerto desde 1991, víctimas de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, transmitida por las hormonas. Un total de casi 1.700 niños con problemas de crecimiento han sometidos al tratamiento en los años ochenta, por lo que no se descartan nuevos casos. Con esta decisión, se confirma la absolución pronunciada en primera instancia a favor de los científicos, acusados de negligencia e imprudencia.

El tribunal de apelación estimó que los dos acusados, el bioquímico Fernand Dray, de 88 años, director del Institut Pastor en el momento de los hechos, y la pediatra jubilada Elisabeth Mugnier, de 62 años, no habían cometido "ninguna falta". Estaban acusados de engaño agravado y de homicidio involuntario por la elaboración en los años ochenta de esta hormona a partir de una glándula retirada del cerebro de un paciente fallecido, método utilizado hasta 1988. Según la justici desconocían el riesgo de contaminación de algunas de estas glándulas con la enfermedad de degenerativa e incurable de Creutzfeldt-Jakob, dada la falta de información sobre la patología en aquella época.

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"Es una página negra de la justicia", reaccionó Jeanne Goerrian, presidenta de la asociación de víctimas de la hormona de crecimiento y madre de una de las víctimas, tras conocerse la sentencia. "Esperábamos al menos un reconocimiento de culpabilidad, que se dijera que este drama sanitario ha sido creado por disfunciones enormes", añadió. "Tales dramas sanitarios no podrán ser evitados si la justicia no cumple con su papel de sancionar".

Con esta decisión, el tribunal de apelación confirma la absolución penal declarada en un primer juicio abierto en 2008. Entonces, los dos científicos comparecieron junto a otros cinco responsables, dos de los cuales han muerto desde entonces. La fiscalía había recurrido la sentencia en el caso de Dray y Mugnier y de los fallecidos. En el caso del ex director del Institut Pastor, la fiscalía pedía tres años de cárcel, y en el caso de la pediatra, entre seis y doce meses, ambos con excepción de pena. El Estado ya ha desembolsado unos 31 millones de euros en indemnizaciones a las víctimas.

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