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La Agencia de la Energía critica el plan español de ayudas al carbón

El economista jefe de la AIE: "Va contra Kioto y distorsiona el mercado" - La secretaria de Cambio Climático: "Ambientalmente no es la mejor opción"

Al economista jefe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, no le molesta que le comparen con un ecologista. "El cambio climático es tan serio que no es un asunto de ONG y gente joven. Es una amenaza seria y yo creo en ella. No me sienta mal que me comparen con un miembro de una ONG porque estoy plenamente convencido de que hace falta una revolución energética y económica", explicó ayer en un encuentro con EL PAÍS y Financial Times tras presentar en Madrid su informe sobre qué modelo energético hace falta para evitar una catástrofe climática. El texto prevé cambios tan drásticos como que en 2020 más del 40% de los vehículos que se vendan sean híbridos o eléctricos.

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En un diálogo con la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, Birol no eludió el plan de ayudas que acaba de diseñar el Ministerio de Industria para impulsar el consumo de carbón nacional, que ha caído a la mitad de lo previsto por el hundimiento de la demanda eléctrica, el aumento de las renovables y el alto precio del CO2. Birol se mostró diplomático pero a la vez firme: "Entiendo la seguridad de suministro pero dar ayudas al carbón en un país de la OCDE puede llevar a distorsiones en el mercado y aumentar las emisiones de CO2, que va contra Kioto y es lo contrario de lo que dice la UE".

El borrador de real decreto que ha presentado el Ministerio de Industria fija un sistema de ayudas para volver a cumplir el plan de carbón que contemplaba reducciones anuales entre 2006 y 2012. El decreto justifica la ayuda por el "carácter estratégico de la producción con carbón autóctono". Aunque la cuantía de las primas dependerá del precio del mercado eléctrico -que varía a diario- al nivel actual supondrían 480 millones de euros en tres años, según fuentes de la patronal del sector, Carbunión. El sector minimiza el aumento de emisiones, ya que la mayor parte del carbón nacional sustituirá al de importación.

Ribera defendió el plan: "Por supuesto que ésta no es la opción favorita desde el punto de vista ambiental. Pero hay algo relevante: la palabra dada. En 2004, el Gobierno pactó un plan de reducción para hacer posible el cambio de modelo energético. Entonces estábamos muy contentos desde el punto de vista ambiental, porque pactamos reducir la contribución del carbón nacional. Este año estábamos mucho más contentos, porque el éxito del contexto regulatorio, de apoyo a las renovables y de poner precio al carbono, hizo que ese recorte ocurriera mucho más rápido. Es mucho más eficiente generar con viento que con carbón. Pero tenemos un problema social, el sector minero pide que se cumpla lo pactado y el Gobierno intentará mantenerlo".

La discrepancia por el carbón fue la única entre Ribera y Birol, que comparten su visión sobre la gravedad del calentamiento global a no ser que el mundo consiga estabilizar la concentración de CO2 en la atmósfera en 450 partes por millón (actualmente está en 387, el nivel más alto en 650.000 años). "Con el ritmo actual vamos a 1.000 partes por millón y una subida de la temperatura de seis grados. Algo parecido al fin del mundo", alertó Birol.

Ambos apoyaron las primas a las renovables. La secretaria de Estado puso como ejemplo la eólica en España: "En 2007 recibió 991 millones en primas y ahorró 1.000 millones en importación de combustibles fósiles, contribuyó al PIB en 3.300 millones, a la balanza comercial en 2.500 millones y ahorró 360 millones en compra de derechos de CO2, más la inversión en I+D". También coincidieron en que el acuerdo en la Cumbre del Clima de Copenhague para sustituir al Protoclo de Kioto es imprescindible. Como resumió el economista jefe de la AIE, "si hay un fracaso será difícil volver a la atmósfera actual. Hay muchas inversiones esperando. Sin acuerdo se construirá sin tener en cuenta el cambio climático y una térmica de carbón se construye para 60 años. Cada año sin un pacto cuesta mucho más conseguir el objetivo de 450 partes por millón". Birol considera que sí se puede alcanzar que, en sólo 10 años, el 40% de coches nuevos sean eléctricos: "Sí se puede hacer. Pero el coche eléctrico será atractivo cuando el petróleo llegue a 90 dólares (61 euros)".

El acto estuvo presidido por el presidente de la Repsol, Antonio Brufau, que escuchó atento la hora y media de defensa de las renovables. Al cerrar el acto, el presidente de la petrolera tomó la palabra y advirtió de que no habría posibilidad de réplica. Entonces, alzó la voz "a favor del carbón y el petróleo" y pidió "pragmatismo" para que "las energías compitan sin subvenciones", en una alusión a las primas a las renovables.

Preguntado sobre esas palabras, Birol replicó: "La industria energética tiene que entender que la era del petróleo barato se ha acabado. El cambio climático será fundamental en las inversiones y las compañías que lo entiendan antes serán las mejores". Lo mismo que podría haber dicho un ecologista.

Teresa Ribera y Fatih Birol, ayer en Madrid.
Teresa Ribera y Fatih Birol, ayer en Madrid.ULY MARTÍN

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