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Alarma en Brasil: mueren 19 recién nacidos en una maternidad de Alagoas

El presidente del sindicato de médicos apunta a la falta de profesionales como la causa de las muertes

En Maceió, capital del estado de Alagoas, en el noreste pobre del país, ha saltado la alarma: en la maternidad Santa Mónica llevan muertos, en lo que va de mes, 19 recién nacidos, la mayoría por infección hospitalaria, según la dirección del hospital público. El presidente del sindicato de médicos, Welington Galvão, que ha visitado la maternidad ha dicho que allí "reina el caos. El hospital está superpoblado de recién nacidos, uno contagia al otro, no hay médicos especializados suficientes. Es un desastre. Habría que cerrar la maternidad, aunque sería peor pues aumentarían aún más las muertes de los recién nacidos".

Según Galvão "los médicos allí luchan para irse. No aguantan aquel infierno. Sólo el Ministerio de Sanidad puede resolver dicho caos". Según la dirección de la maternidad Santa Mónica hace ya seis años que han solicitado el aumento de personal para 26 de las actuales18 unidades de terapía intensiva, ya que allí llegan los casos más graves. La Secretaría Estatal de Sanidad descarga la culpa sobre las madres de los bebés muertos, alegando que no siguen médicamente la gravidez. Lo cierto es que Alagoas, que posee las playas más paradisíacas del país, también tiene el mayor índice de mortalidad infantil de Brasil.

La directora de Santa Mónica, Sirlene Patriota, la oveja negra de las madres desconsoladas que han perdido a sus recién nacidos, apunta que la causa de la tragedia es la falta de profesionales, pero el coordinador de Vigilancia Sanitaria, Paulo Bezerra, asegura que "la situación de la maternidad es desesperadora" y ha anunciado una inversión de 2 millones de reales para la ampliación de la maternidad, pero sólo para finales de este año.

En 2007, la muerte de recién nacidos por encima del índice normal del país en Santa Mónica llevó al Ministerio Público a pedir dos años de cárcel para dos secretarios de Sanidad, pero todo siguió igual. "Falta allí de todo, desde jabón a guantes para los médicos", afirma Galvão.

Según los analistas de sanidad, el caso de Santa Mónica es una de esas anomalías de un país que está entrando en el primer mundo por muchos aspectos, con una medicina privada que no tienen que envidiar ni a Estados Unidos y con casos dramáticos de cuarto mundo como esos 19 ataúdes de recién nacidos, fruto de la incuria de las autoridades públicas.

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