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Alerta por el repunte de la violencia contra gitanos

Los gitanos se han convertido en "chivo expiatorio" de la crisis económica. Un informe de la Asamblea del Consejo de Europa presentado con motivo del día del pueblo roma denuncia la discriminación que sufren entre 10 y 12 millones de europeos por pertenecer a esta etnia.

"Los gitanos siguen enfrentándose a prejuicios profundamente asentados en muchos países europeos", señala Josef Berényi, autor del documento. La recuperación del discurso político racista es el mayor peligro. Lo advirtió la misma organización el año pasado tras la quema y el desmantelamiento de varios campamentos gitanos en Nápoles en 2008.

"Ese planteamiento de enfrentar a los pobres es bastante cercano al fascismo", teme Diego Fernández Jiménez, director del Instituto de Cultura Gitana, dependiente del Ministerio de Cultura. Para este romaní, abogado desde hace 25 años, se ha caminado mucho en la lucha contra la marginación de su pueblo: "Estamos muy lejos de donde deberíamos estar".

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Segregación

La Comisión Europea coincide. En la segunda cumbre sobre el pueblo romaní (que se celebra hoy y mañana en Córdoba), los miembros de la UE intentan llegar a un consenso sobre políticas de inclusión social de la minoría étnica más numerosa en Europa.

"Los resultados hasta ahora han sido muy insatisfactorios", asegura Fernández, que prefiere destacar lo positivo: "Si hablamos siempre de la venta ambulante, del chabolismo y de la marginación, acaba quedando una imagen distorsionada de la cuestión".

La segregación, sin embargo, persiste, especialmente en cuatro ámbitos: educación, sanidad, trabajo y vivienda, lo que exige políticas transversales que se discutirán estos dos días y para las que la Comisión quiere movilizar los fondos estructurales de la Unión. Los datos hablan por sí solos. Berényi recoge casos como el de República Checa, donde es habitual que los gitanos asistan a escuelas para discapacitados, o los de los municipios de Beja (Portugal) o Brasov (Rumania), que han separado con un muro a payos y calés.

El Consejo Europeo propone recoger datos sobre la etnia de la población y fijar cuotas en las instituciones para contrarrestar la falta de representación y el fracaso de los planes de inclusión. "El protagonismo tiene que estar en manos gitanas", concluye Diego Fernández.

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