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El asesino de Laura Alonso sembró el monte de pistas falsas

La Guardia Civil halla el cadáver de la joven desaparecida el lunes en Ourense

Seis días después de la desaparición de Laura Alonso, se cumplieron todos los temores. Sobre las 18.30 horas de ayer, un grupo de voluntarios de entre el centenar de vecinos que buscaba a la chica de 19 años en una zona rural de Toén (Ourense), acompañado de un guardia civil, notó un fuerte hedor en medio del monte. Allí se encontró el cadáver, difícil de ver a simple vista pero sin cubrir con tierra. Estaba al lado de un cortafuegos y muy cerca de la pista donde se halló su coche, el pasado lunes, aunque a unos tres kilómetros de distancia. El monte había sido rastreado varias veces infructuosamente en los días previos hasta que el paso del tiempo hizo que el cuerpo entrase en descomposición. Poco después del hallazgo, un familiar de Laura identificó el cadáver. El cuerpo de la joven tenía la ropa puesta y, aparentemente, no presentaba signos externos de violencia, pero no se sabrá nada con certeza hasta que se realice la autopsia debido al avanzado estado de descomposición.

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Poco antes del hallazgo del cuerpo sin vida de Laura, los agentes de instituto armado vieron salir de la zona un coche conducido por un hombre que les despertó ciertas sospechas. Con todo, fuentes de la investigación apuntaron que se cree que el cadáver fue abandonado allí la misma madrugada del lunes, cuando desapareció la joven.

Por el lugar donde estaba el cuerpo, los investigadores dedujeron de inmediato que el teléfono móvil y la chaqueta que llevaba Laura la madrugada en que desapareció, encontrados en los rastreos a lo largo de la semana, eran pistas falsas sembradas premeditadamente. El teléfono fue hallado el pasado martes, alejado de donde estaba el coche. Le faltaban la batería y la tarjeta de memoria. Dos días después, una vecina se topó con la chaqueta, a unos dos kilómetros del lugar donde estaba el teléfono. Toén es un municipio rural, con la población muy desperdigada, a unos siete kilómetros de la ciudad de Ourense.

Un portavoz de la Guardia Civil anunció que confían en detener "en pocas horas" al "presunto asesino". Desde la desaparición de Laura, los investigadores del instituto armado han interrogado al novio de la chica, un joven de 21 años, y en dos ocasiones a su anterior pareja, un hombre de 32 con el que Laura había mantenido una relación tormentosa. En 2008, la joven llegó a presentar una denuncia contra él por supuestos malos tratos. Pese a ello, seguían hablando y el hombre la asediaba con mensajes telefónicos. Sin embargo, durante los dos interrogatorios a los que fue sometido, primero el martes y luego el jueves, ni incurrió en contradicciones ni se derrumbó, según fuentes de la Guardia Civil.

Apenas unas horas antes del hallazgo del cuerpo, la familia de la chica había roto su silencio y habló por primera a vez a los medios de comunicación a través de un portavoz, Manuel Olleros, tío abuelo de Laura. El padre de la joven, relató Olleros, aún tenía esperanzas de hallarla con vida. La madre, que estaba recibiendo ayuda psicológica, ya se había resignado a lo peor. Al tener noticia del hallazgo del cadáver, los padres de Laura -hija única- se dirigieron al monte y trataron de acceder al lugar, pero la Guardia Civil se lo impidió. El padre abandonó el lugar poco después en una ambulancia medicalizada.

Laura Alonso desapareció la madrugada del lunes cuando volvía a casa, después de salir con sus amigos por la zona de bares de A Valenzá, una localidad vecina de la ciudad de Ourense y próxima a Toén. A las tres de la madrugada, su actual novio recibió un mensaje en el teléfono móvil procedente del número de la joven, en el que supuestamente ella le avisaba de que ya había llegado a casa. A medianoche, la chica había telefoneado a sus padres para avisarles de que ya estaba de regreso, y a las cuatro, sonó otra vez el móvil del novio. Era de nuevo el número de Laura, pero el chico no llegó a contestar porque se había quedado dormido.

Pasadas 24 horas desde que la familia notó la ausencia de la joven, se organizó el primer grupo de búsqueda, y fue el mismo martes cuando empezaron a aparecer las primeras pistas. En el dormitorio de la chica había un segundo teléfono móvil en el que aparecieron mensajes recientes del ex novio.

Laura, una chica muy familiar, estudiaba un ciclo de Formación Profesional en el instituto orensano de Portovello y, de forma eventual, había trabajado en el hipermercado Carrefour. Su tío abuelo contó que la última vez que la vio con vida fue el domingo a mediodía. "Era una joven dicharachera y ese día estaba tan alegre... Invitó a todas sus amigas, eran unas 15, y además estaba toda la familia. Celebrábamos una pequeña fiesta en la parroquia de Xestosa [en el municipio de Toén], era por San Bartolomé".

Familiares y amigos de Laura Alonso, cerca del lugar donde ayer fue hallado el cadáver de la joven.
Familiares y amigos de Laura Alonso, cerca del lugar donde ayer fue hallado el cadáver de la joven.DIEGO LEMOS

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