Blázquez pide humildad a Jon Sobrino

Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal, aconsejó ayer a Jon Sobrino que "repiense lo que le ha dicho la Santa Sede". "Es mejor caminar humildemente en la unidad y concordia de la fe, que ir como un sublime aislado", dijo. Sobrino, uno de los pensadores más famosos de la Teología de la Liberación, ha sido severamente censurado por el Vaticano en una decisión que suscita las críticas de buena parte de la comunidad teológica mundial.

Blázquez hizo esta "fraternal petición" a Sobrino después de sostener que en la asamblea del episcopado latinoamericano celebrada el mes pasado en Brasil no se habló de la teología de la liberación pese a ser los pobres "una opción preferencial" de la Iglesia católica. El obispo de Bilbao reconoció, en cambio, que sí había salido en algunas conversaciones el caso Jon Sobrino.

"El primero que hizo la opción por los pobres fue Jesús nuestro señor. Pudo haber nacido en Bilbao, rico. Pero nació en Belén, pobre", dijo Blázquez. Antes había ironizado sobre la restauración de la catedral de São Paulo, en Brasil, donde acaba de estar. Dijo: "No ha quedado mejor restaurada que la de Bilbao, pero quedó muy bien también".

Blázquez se muestra plenamente integrado en la sociedad vasca y no se siente "interino" en la diócesis de Bilbao, adonde llegó en 1995 entre desprecios del nacionalismo vasco. Ayer habló desde la tribuna del Fórum Europa-Tribuna Euskadi arropado por los líderes de los principales partidos vascos, entre ellos, el presidente del PNV, Josu Jon Imaz.

Blázquez había sido presentado por el nuncio del Vaticano, Manuel Monteiro. Preguntado por rumores que le colocan al frente del arzobispado de Oviedo, cedió la palabra al embajador papal. "Yo les aseguro que no", dijo éste. Pero no desmintió que el destino de Blázquez sea el arzobispado de Pamplona. "Eso es otra cosa", sostuvo Monteiro.