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Reportaje:

Dietilestilbestrol, el primer producto hormonal catalogado en 1971 como cancerígeno humano

La reciente polémica surgida en toda Europa respecto al uso de hormonas naturales y artificiales en el engorde de ganado para el consumo humano ha traído como consecuencia una profunda revisión de los componentes químicos de estas hormonas, algunas de las cuales tienen caracteres nocivos para la salud Sin embargo, hay una de estas hormonas cuyo consumo a través de la came de ganado, engordado artificialmente podría revestir peligros más serios. Se trata del dietilestilbestrol, comúnmente conocido con el nombre de DES, que forma parte, además, de la composición química de varios productos farmacéuticos comúnmente usados en ginecología. El DES ha sido calificado como el triste heredero de la talidomida por sus efectos cancerígenos. Leonor Taboada ha preparado el siguiente informe sobre la historia, efectos y aplicaciones del DES.

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Anuncio de un producto con DES.

Desde que el pasado día 24 de septiembre se prohibiera en Italia la venta de carne de ternera y se retiraran del mercado los potitos infantiles por haberse encontrado en ellos residuos de dietilestilbestrol, también conocido como DES, stilbestrol, etcétera, el fantasma de las hormonas recorrió Europa velozmente. Sin embargo, ese fantasma no es nuevo. La batalla entre ganaderos, laboratorios, farmacéuticos, consumidores, científicos, feministas y departamentos gubernamentales a causa del Des «heredero» de la talidomida, comenzó a librarse hace años en Estados Unidos.El DES fue el pri mer producto hormonal que se ganó el título de cancerígeno humano y es, posiblemente, el responsable del mayor error científico conocido después de la talidomida. La droga se administró, en principio, a mujeres embarazadas para evitar abortos espontáneos, pero pronto demostró no servir para eso en absoluto y sí para producir adenocarcinoma vaginal y cervical de células claras a algunas hijas de las mujeres que tomaron DES, además de otros problemas de distinta gravedad tanto a las madres como a hijas e hijos de las mismas.

Esta extraña manifestación de cáncer, desconocida hasta entonces en mujeres jóvenes, se manifiesta en hijas de mujeres que tomaron DES durante el embarazo, cuando aquellas se encuentran entre los ocho y los veinticinco aflos de edad. Aunque éste cáncer sólo se desarrolla en un porcentaje muy pequeño de las hijas expuestas in utero (entre un 1,4 por mil y un 1,4 por 10.000), es obvio que todas deben ser estrechamente vigiladas desde la infancia, puesto que sólo con una detección precoz es posible su tratamiento.

Descubrimiento del DES

Sir Charles Doods, bioquímico inglés, descubrió en 1938, de forma accidental, una sustancia sintética que se comporta como una hormona sexual natural. Era el primer producto hormonal efectivo que se podía ingerir por vía oral: el dietil-stil-bestrol. Doods comentó en 1965: «A los pocos meses de la primera publicación de la síntesis del DES, la sustancia estaba a la venta en todo el mundo. Con el DES nunca se hicieron pruebas de toxicidad a largo plazo en animales. Es realmente sorprendente que hasta hace poco hayamos podido escapar a grandes desastres farmacológicos».

Sin embargo, pese a las afirmaciones de sir Charles Doods, sí se habían realizado algunas pruebas con el DES. Los doctores Michael B. Shimkin y Hugh C. Grady, del instituto nacional del cáncer en Estados Unidos, disolvieron la nueva sustancia en aceite de sésamo, mezcla con la que alimentaron a unos ratones machos. Las hembras de esta especie desarrollaron cánceres de mama espontáneamente, aunque los machos, no. No obstante, los ratones machos de estudio alimentados con DES no sólo desarrollaron cánceres de mama, sino severas anormalidades del bazo y órganos sexuales.

La segunda prueba fue realizada en 1940 por unos industriales que descubrieron otro efecto secundario del DES-mucho más interesante desde el punto de vista comercial. Los pollos y pavos a los que se implantaba DES en el cuello crecían -más deprisa, con mayor peso y un notable ahorro de alimentos. En 1941, el doctor George van Siclen, jefe del departamento de ginecología de la escuela de medicina de Harvard, y su esposa Olivia Watkins, licenciada en Bioquímica, observaron los bajos niveles hormonales de las madres que abortan espontáneamente y supusieron que el DES podría hacer aumentar esos niveles y, consecuentemente, ayudar a que los embarazos amenazados finalizaran normalmente. Ambos fueron los primeros en demostrar el funcionamiento de la pituitaria y las hormonas ováricas durante el ciclo menstrual normal y también fueron los primeros que, junto al doctor Pincus, inventor de la píldora anticonceptiva, descubrieron el estradiol como forma natural de estrógeno. Van Siclen y su esposa comenzaron a prescribir DES a las mujeres embarazadas.

Tras la experiencia de los industriales antes descrita, la presión ejercida por estos llevó al Ministerio de Sanidad de EE UU a autorizar en 1947 el uso de tabletas de DES en la alimentación de las aves. Científicos de la Universidad de Iowa informaron poco después que un dedal lleno de esta sustancia vertido en una tonelada de comida hace que el ganado engorde un 15% más aprisa, con un ahorro del 10% de alimento por cada 430 gramos de pienso.

El American Journal of Obstetrics and Ginecology publicó en su número de noviembre de 1948 un estudio del doctor Smith, que concluía: «Se ha visto que el dietilestilbestrol puede, teóricamente, proveer un agente ideal para la deficiencia de progesierona en el embarazo». Su informe se basaba en el estudio de 632 embarazos entre 1943 y la fecha de publicación. Presentaba los resultados de 387 mujeres a las que se había administtado DES durante el embarazo, frente a 550 que no lo habían tomado. Estas últinas no recibieron tratamiento especial, ni siquiera placebos (píldoras falsas), que suelen ser un requisito importante en un estudio formal. Todas las mujeres de ese estudio eran primerizas, sin problemas de salud, y se les dijo que las píldoras eran vitaminas.

Un año después, en 1949, el doctor Ferguson, del Charity Hospital y de la Universidad de Tulane, fue el primero en demostrar mediante un estudio realizado sobre 184 mujeres que tomaron DES durante el embarazo y 198 que recibieron placebos, que las mujeres medicadas con DES abortaban más que las no medicadas, que sus partos eran prematuros con más frecuencia y que tanto las placentas como los hijos de estas mujeres eran más pequeños y menos saludables que las del grupo que no recibió medicación.

Prueba de ineficacia

El doctor Dieckmann, del Chicago Lying-ln Hospital y de la Un¡versidad de Chicago, presentó en esta ciudad, en 1953, un estudio realizado sobre 2.162 madres, de las cuales 840 habían tomado DES durante el embarazo, 806 habían tomado placebos y 516 habían abandonado el estudio. El resultado fue que las madres que tomaron DES presentaron cuadros de hipertensión, tuvieron hijos más pequeños y abortaron el doble que las madres no medicadas. El informe concluía: «El DES favorece el parto prematuro. Pensamos que el número de pacientes estudiadas y los métodos utilizados en el estudio demuestran que el dietilestilbestrol no tiene valor terapéutico en el embarazo».

Este estudio, sin embargo, pasó sin pena ni gloria. La publicidad dada a las excelencias del producto sepultaba cualquier estudio que se hiciera sobre sus consecuencias nocivas. Los laboratorios farmacéuticos siguieron produciendo DES, ya que nadie les exigía una prueba de eficacia del producto. De esta forma, las mujeres consumían DES para evitar abortos o, incluso rutinariamente, para hacer los partos normales aún más normales. La mercancía americana penetró en todos los países a los que llegó: Australia, México, Francia y Espaiía, donde aún hay a la venta compuestos que incluyen DES.

En 1954, cuando ya estaba perfectamente establecido que el DES producía cáncer en animales y se sospechaba que podía producirlo en humanos, se aprobó en Estados Unidos el uso de esta hormona para engorde del ganado. En poco tiempo, la buena noticia se expandió por el mundo, voceada por las multinacionales que lo producían. Su uso se implantó, legal o ilegalmente, en varios países. En 1955 un nuevo método para la detección de residuos descubrió DES en el hígado, riñones y grasa de la piel de los pollos tratados.

En 1966 ingresó en el hospital general de Massachusetts una niña de quince afios aquejada de hemorragias intermenstruales. Con gran asombro del personal médico que la atendía, fue descubierto en su vagina un adenocarcinoma de células claras. Era la primera vez que ese raro tipo de cáncer se localizaba en una mujer menor de treinta años. En los tres años siguientes, otras seis pacientes, entre quince y veintidós años, fueron atendidas en el mismo hospital, con el mismo diagnóstico, por el doctor Herbst, discípulo de Smith, y sus colegas. Gracias a la intuición de una de las madres se estableció la conexión: todas las jóvenes tenían en común el dietilestilbestrol que sus madres habían tomado durante el embarazo.

Cancerígeno humano

El 22 de abril de 1971 los doctores Herbst, Ulfelder y Poskanzer, firmaron un artículo aparecido en el New England Journal of Medicine, que resumía un estudio realizado sobre ocho adenocarcinomas vaginales y de cuello de útero de células claras. Todos los casos, de chicas y mujeres jóvenes, habían sido provocados por el DES que las madre! habían recibido durante el embarazo, excepto uno que lo fue por la ingestión de otro preparado hormonal. El estudio provocó un gran revuelo en los medios científicos internacionales, ya que, por primera vez, quedaba demostrado que los productos estrogénicos pueden producir cáncer en seres humanos, ya que todos los estrógenos tienen una forma similar de comportamiento biológico.

En los años siguientes, las mujeres demostraron con sus cánceres que los estrógenos administrados en la menopausia aumentan catorce veces el riesgo de cáncer de endometrio, que las píldoras anticonceptivas aumentan seis veces el nesgo de cáncer de mama en mujeres con lesiones benignas previas, que las píldoras secuenciales

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El Dietilestilbestrol...

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están vinculadas al cáncer de útero, etcétera. Pronto los casos sumaban 280.

El mismo artículo antes mencionado de Herbst en el New England Journal of Medicine advertía sobre la utilización del DES para el engorde de ganado: «Este cáncer inusual podría evitarse en el futuro si no se prescribe stilbestrol a mujeres embarazadas. Pero más preocupantes son los residuos de DES en la carne. Desde entonces, el DES se prohibió en numerosos países. Sin embargo, en alguno de ellos, como España, donde se prohibió en 1977, existe la ley, pero no los medios adecuados para hacerla cumplir.

En 1972 apareció otro artículo en la revista ya mencionada sobre una investigación realizada a partir de un grupo de mujeres jóvenes tratadas durante cinco años o más con DES de disgenesis (ausencia de ovarios o defectos congénitos de los mismos). Este estudio, realizado por el doctor Cutler, demostró que varias de las pacientes desarrollaron cáncer de endometrio de un tipo especial, «reminiscencia de los adenocarcinomas encontrados en las vaginas y cuellos de útero de las mujeres expuestas al DES en útero». El promedio de edad de esas mujeres era de 31 años. Con este estudio quedó demostrado que el DES es una hormona cancerígena, tanto en fetos como en adultos.

Nuevamente el doctor Herbst, el 13 de febrero de 1975, utilizó el NEJM como tribuna para dar a conocer los resultados de un estudio en el que participaron 110 mujeres entre dieciocho y veinticinco años, cuyas madres habían tomado DES durante el embarazo, comparadas con 82 madres que no habían tomado nada. No se encontró evidencia de cáncer: tanto los genitales externos como los ovarios y el útero eran de apariencia y tamaño normales. Sin embargo, el examen vaginal y cervical mostró diferencias altamente significativas. Las hijas expuestas al dietilestilbestrol presentaban una especie de cordoncillo alrededor del cérvix, partes enrojecidas en el cuello del útero o la vagina, erosiones cervicales, mucosa anormal y adenosis. Cuando se desarrolla un adenocarcinoma suele hacerlo cerca de la adenosis o entremezclado con ella, por lo que a ésta se le considera precursora. Los porcentajes de adenosis estimados en cada estudio van del 30% al 91 %, posiblemente porque no se detecta en un examen pélvico de rutina.

Sin embargo, es posible que la adenosis disminuya a medida que la mujer madura, y más aprisa si se utiliza el diafragma con crema espermicida como método anticonceptivo que ayuda a acidificar la vagina y a controlar la descarga de flujo.

Aunque la población masculina expuesta al DES en el útero materno aún no ha llegado a la edad habitual de la paternidad, se ha hablado de subfertilidad, aunque no hay evidencia de cáncer. Algunas irregularidades presentes son testículos pequeños, disminución de esperma y, en general, «un exceso de anormalidades en el aparato genital y urinario ». Por lo que se refiere a las madres, estudios hechos por el doctor Dieckmann, de la Universidad de Chicago, sobre mujeres que tomaron DES en el embarazo, sugieren una mayor incidencia de cáncer de mama entre las mujeres que tomaron la hormona, mayor velocidad en el desarrollo del mismo y mayor proporción de víctimas menores de cincuenta años. Otros estudios añaden a éste una mayor incidencia de cánceres en cuello de útero, ovarios, endometrio y colon para las mujeres expuestas al riego del DES.

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