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Entrevista:MONA SAHLIN | Ministra de Igualdad de Suecia

"Castigar al cliente ha reducido la prostitución en Suecia"

En Suecia, el principio de igualdad legal entre hombre y mujer no admite excepciones. Tampoco se detiene en la cama. Según la ley de 1999 que prohíbe la compra de servicios sexuales, pagar por obtener relaciones íntimas está penalizado con multa o hasta seis meses de cárcel. Mona Sahlin, ministra sueca de Democracia, Integración y Asuntos de Igualdad de Género, ha visitado Madrid para exponer el modelo de su país contra la explotación sexual. En Suecia la prostitución está considerada como una forma de violencia masculina contra mujeres y menores. No se trata de una cuestión marginal, sino medular, ya que, como afirma la abogada Gunilla Ekberg, asesora del Gobierno que acompaña a la ministra, "no habrá igualdad entre hombres y mujeres mientras los primeros puedan adquirir o explotar a las segundas". Según Ekberg, las despedidas de solteros y los servicios de acompañantes también se incluirán en la legislación.

"Se calcula que el 10% de las suecas ha sufrido algún maltrato en la pareja"
"No aceptamos que un hombre compre los servicios sexuales de una mujer"

Pregunta. La ley de 1999 nació en medio de la polémica. Algunas prostitutas protestaron porque la penalización ahuyentaba a sus clientes. ¿Les han ofrecido ustedes otras alternativas laborales?

Respuesta. Una aclaración: no vemos la prostitución como un trabajo. Es cierto que la ley fue contestada en sus inicios pero, según una encuesta de 2002, ocho de cada diez suecos la respaldan. Ahora ningún personaje público se muestra contrario, y si un político progresista la criticara tendría que dimitir. En cuanto a las mujeres, diversos organismos las ayudan a integrarse y, en muchos casos, a vencer su drogodependencia. En 1999 un grupo de 15 o 20 mujeres crearon una asociación de prostitutas, pero decayó y muchas de ellas no ejercen ya. La mayoría de las prostitutas son extranjeras: por eso luchamos también contra el tráfico de seres humanos.

P. Y los clientes, generalmente hombres, ¿han cambiado de actitud o han canalizado de otro modo la supuesta necesidad de servicios sexuales?

R. Evidentemente, no hemos erradicado aún la prostitución. No soy tan ingenua como para pensarlo. Existe tráfico de mujeres. Y puede comprarse sexo por Internet. Muchos viajan a Tailandia y a Latinoamérica. Mi deseo es que hombres y mujeres se encuentren y satisfagan sus necesidades sin dinero de por medio. No aceptamos que un hombre compre a una mujer. Compartir sexo no es un derecho, es un privilegio. Aunque hay una diferencia: de un estudio elaborado en nuestro país sobre la prostitución en Europa se desprende que en Suecia los clientes representan el 13%, menos que en otros países. Luego hemos constatado que castigar al cliente ha reducido la prostitución.

P. ¿Cree que si España implantara el modelo sueco obtendría frutos similares?

R. Cada país tiene sus propios argumentos para afrontar el problema. Por otra parte, España, como Suecia, tiene que inspirarse en la legislación internacional. En 2002, después de firmar el Protocolo para prevenir, suprimir y castigar el tráfico de personas, especialmente mujeres y menores, el Gobierno sueco aprobó una ley que considera criminal el tráfico de seres humanos con propósitos sexuales. Cada año llegan a Suecia entre 200 y 500 mujeres procedentes de Europa del Este y de Rusia traídas con engaño o a la fuerza. Estamos estudiando conceder permiso de residencia temporal a estas mujeres. La colaboración internacional es crucial y vemos cambios importantes en los países de origen, cara a poder juzgar a los traficantes y ofrecer protección a las mujeres que quieran volver a sus casas, con proyectos de integración.

P. Más allá del sexo, ¿cómo abordan el maltrato y la violencia contra la mujer?

R. Combatir la violencia de género forma parte de mis prioridades. Las estadísticas no son fiables y hay zonas grises, pero se estima que el 10% de las suecas ha sufrido maltrato alguna vez en su vida por parte de las parejas con las que conviven. Cada año se producen 30 muertes de mujeres en el hogar [la población de Suecia es de 9 millones de habitantes]. No hay que olvidar que cualquier tipo de violencia está interrelacionado. Un ejemplo: antes de que tuviéramos una ley que prohíbe el castigo físico, el 60% de los padres pegaba a sus hijos; ahora sólo lo hace el 7%. Si estos niños no son maltratados, no aprenderán a maltratar, y previsiblemente, no serán maltratadores.

P. Suecia encarna un modelo de igualdad, pero ¿en qué terrenos quedan aún déficit?

R. En muchos. En la industria, los directivos son el 90%. Las mujeres ganan aún un 10% menos que los hombres. La imagen que se transmite de un hombre y una mujer es muy distinta. Por ejemplo, ahora se venden braguitas tipo tanga para niñas de 2 años. Hace cinco años esto no existía. Y luego está la escasa participación de los hombres en debates como éste sobre la prostitución: de cada diez asistentes, 9 son mujeres. ¿Dónde están los hombres?

Mona Sahlin, ministra sueca de Igualdad, en Madrid.
Mona Sahlin, ministra sueca de Igualdad, en Madrid.BERNARDO PÉREZ

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