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El Consejo de Seguridad Nuclear eleva el nivel de gravedad del escape en la central de Ascó

El organismo de control afirma que no hay riesgo para la salud, pero está realizando análisis a trabajadores

Fue más grave de lo que se pensaba. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha reclasificado el escape radiactivo ocurrido el pasado 5 de abril en la central nuclear de Ascó (Tarragona) y ha elevado el nivel del mismo hasta el 2 (categoría de "incidente"), de acuerdo a la escala internacional de sucesos internacionales que mide este tipo de incidentes y que va del 0 al 7. Aunque los nuevos datos apuntan que el impacto radiológico sobre la población y sobre los trabajadores de la central nuclear sigue estando por debajo de los límites legales, la empresa va a realizar mediciones de radiactividad a todas las personas que han pasado por el emplazamiento desde el pasado 28 de noviembre (entre 700 y 800 personas).

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El organismo que vela por la seguridad nuclear en España ha insistido no obstante en que no existe riesgo para la población, aunque los datos disponibles indican que el vertido fue superior al inicialmente estimado. La escala internacional INES abarca desde el 0 (sin significación para la seguridad) hasta el 7 (accidente grave), y el 2 está considerado como un "incidente".

Además, el Consejo de Seguridad Nuclear está trabajando en la apertura de un expediente sancionador al titular y le exigirá que se depuren responsabilidades. La reclasificación (estaba en el nivel 1) del suceso, ha informado el CSN, se ha debido al inadecuado control del material radiactivo y por proporcionar información "incompleta y deficiente" al organismo regulador.

Para esclarecer todos los detalles del suceso de vertido de material radiactivo en áreas exteriores a la central, el CSN pidió al titular de la central que presente información detallada de numerosos aspectos. Pidió en concreto información sobre la situación radiológica y operativa del sistema en el que se originó el suceso; el programa previsto para vigilancia de áreas exteriores; el programa de vigilancia de contaminación interna de las personas potencialmente afectadas; y una estimación de la dosis máxima que han podido recibir las personas en el emplazamiento.

Reclamó además un análisis del comportamiento de los sistemas de vigilancia de la radiación; y una estimación de la actividad total vertida. Esta información, que ha llegado hoy a la sede del Consejo, ha confirmado el origen (ventilación del edificio de combustible) y la naturaleza del vertido (partículas metálicas de activación). El CSN ha aclarado que, sin embargo, las estimaciones de la cantidad total del vertido al exterior han resultado superiores a las que se habían comunicado inicialmente. Del análisis de la cronología de los hechos, el CSN ha deducido que el pasado día 9 de abril el titular ya conocía que la información de actividad total vertida no era correcta y no lo comunicó al organismo.

"Poco significativo"

Tampoco informó de ello durante el Comité Local de Información extraordinario que se celebró esa misma tarde en la localidad de Ascó. Según el CSN, el impacto radiológico que se deriva de los nuevos datos sigue siendo "muy poco significativo" para la población en el entorno de la central, y según las nuevas estimaciones, el impacto sobre las personas que han trabajado en la instalación se encuentra, en términos de dosis, "por debajo de los límites legales".

Para verificar esta valoración, la empresa tiene previsto realizar mediciones de radiactividad a todas las personas que han pasado por el emplazamiento desde el pasado 28 de noviembre (entre 700 y 800 personas). Hasta la fecha, según ha comunicado al CSN, ha realizado mediciones a 579 personas, sin encontrar en ningún caso indicios de incorporación de material radiactivo. El Consejo de Seguridad Nuclear va a iniciar "inmediatamente" una campaña de vigilancia radiológica para complementar las medidas que ya realizó el día 5 de abril en el exterior de la instalación con un equipo de inspectores.

Greenpeace pide la paralización cautelar

Greenpeace ha pedido la paralización cautelar de las centrales nucleares de Ascó y Vandellós, ya que, "en los últimos tres años han registrado graves niveles de accidentes nucleares y, además, ambas centrales superan más del 50% de los sucesos notificables de seguridad que ocurren en el parque nuclear español", ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía de esta organización ecologista. "El Consejo de Seguridad Nuclear empieza a reconocer que minimizó la importancia del accidente de la central nuclear de Ascó, que se produjo el pasado 29 de noviembre".

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