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Dinosaurios que cambiaban de aspecto con la edad

El cráneo juvenil de un diplodocus redescubierto en un museo muestra rasgos diferentes de los de los adultos de la especie

El cráneo de un diplodocus joven, un saurópodo de hace 150 millones de años, que estaba almacenado en un museo estadounidense desde hace tiempo, ha dado una pista importante a los paleontólogos acerca de cómo cambiarían estas criaturas con la edad. "Los adultos tenían un morro largo y cuadrado, a diferencia de los rasgos redondeados o puntiagudos de otros saurópodos, y hasta ahora asumíamos que los individuos juveniles serían iguales". Explica Jeffrey Wilson, del Museo de Paleontología de la Universidad de Michigan. Resulta que no, que los ejemplares jóvenes, a la vista del que ahora se ha analizado, tenía los ojos proporcionalmente muy grandes y el morro afilado en lugar de cuadrado.

Es posible, dicen los científicos, que esas diferencias entre diplodocus jóvenes y adultos respondiese a distintos hábitos alimenticios para evitar la competencia por la comida, con los segundos especializados en el consumo de las partes de las plantas de alta calidad, a las que accederían con su morro estrecho.

El Diplodocus carnegii, la especie a la que pertenece el cráneo juvenil redescubierto, era uno de los dinosaurios más grandes que se conocen, alcanzando casi los 30 metros de longitud, sobre todo por su cuello largo y su cola igualmente prolongada. Era un cuadrúpedo y herbívoro que se alimentaba exclusivamente de plantas, en especial coníferas, y viviría en manadas que migrarían siguiendo el rastro de la comida. Los paleontólogos que han estudiado los fósiles han constatado que estos dinosaurios tenían un cerebro realmente pequeño, por lo que tendrían muy poca inteligencia.

"Los cráneos de saurópodos adultos son poco corrientes, pero los juveniles son más raros aún", afirma John Whitlock uno de los científicos que ha estudiado el cráneo juvenil que estaba en la colección del Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburg (EEUU). El fósil en cuestión, cuyo estudio se publica en la revista Journal of Vertebrate Paleontology, fue descubierto en 1921, pero hasta ahora había pasado desapercibida su importancia científica.

Ilustración de dos ejemplares de distinta edad de <i>Diplodocus carnegii</i>
Ilustración de dos ejemplares de distinta edad de Diplodocus carnegiiMARK A.KLINGLER / CARNEGIE MUSEUM OF NATURAL HISTORY
Un esqueleto de <i>Diplodocus carnegii</i>, a la izquierda, y uno de <i>Apatosaurus louisae</i>, expuestos en el Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburg (EEUU)
Un esqueleto de Diplodocus carnegii, a la izquierda, y uno de Apatosaurus louisae, expuestos en el Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburg (EEUU)JOSHUA FRANZOS/CARNEGIE MUSEUM OF NATURAL HISTORY

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