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El 'agujero' en la capa de ozono sobre la Antártida, más grande que nunca

El agujero en la capa de ozono sobre la Antártida ha aumentado un 15% este año y ocupa ya una extensión similar al tamaño de toda América del Norte, según la NASA. El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Godwin Olu Patrick Obasai, dijo ayer en Madrid que este fenómeno ha alcanzado las mayores dimensiones de su historia.

La agencia espacial norteamericana ha señalado que las mediciones efectuadas por el satélite Nimbus 7 muestran que la extensión del agujero en la capa de ozono -en realidad no es un agujero, sino una pérdida sensible de su grosor- ha crecido desde los 20 millones de kilómetros cuadrados en 1991 hasta los 23 millones que marcan las observaciones del pasado mes de septiembre.El aumento ha sido muy rápido en los cinco últimos años y justo ahora está alcanzando su récord. La NASA ya había previsto este aumento, debido, en buena medida, a los efectos retardados de la erupción, en junio de 1991, del volcán Pinatubo (Filipinas).

Los científicos creen además que el principal factor en la formación de este agujero es la incidencia humana a través de la liberación a la atmósfera de clorofluorocarbonos (CFC), presentes en aerosoles, sistemas de refrigeración y aire acondicionado, principalmente. Aunque la producción de CFC se ha reducido drásticamente en el mundo, lo peor de estos gases es que perduran mucho tiempo en la atmósfera, con su devastadora capacidad para comerse las partículas de ozono.

Un estudio que acaba de publicar la revista científica Nature muestra que las concentraciones en la atmósfera de estos gases, llamados halones, están ahora creciendo mucho más lentamente que hace cuatro años. "Esto significa que el Protocolo de Montreal [que prevé la eliminación de los CFC en esta década] está funcionando", ha dicho, optimista, Joe Farman, del equipo británico de investigación de la Antártida, de la Universidad de Cambridge.

El director de la OMM -organismo de las Naciones Unidas-, Obasi, que asistió ayer en Madrid a la clausura de la tercera reunión de directores de los Servicios Meteorológicos Iberoamericanos, recordó los efectos que tendría un creciente debilitamiento del grosor de la capa de ozono -entre ellos, cánceres de piel y cataratas- y pidió la eliminación total de CFC para el año 1996.

Meteorólogos de América

El seguimiento de la capa de ozono y de la evolución de las temperaturas globales de la Tierra han sido dos de los principales asuntos tratados en esta reunión. Los 19 directores de servicios meteorológicos de Latinoamérica, España y Portugal, concentrados esta semana en Madrid, han decidido impulsar la creación de una red regional para una observación más rigurosa y coordinada de ambos fenómenos. Manuel Bautista, director del Instituto Nacional de Meteorología, declaró que el proyecto irá acompañado con una mejora de los servicios de almacenamiento y análisis de los datos, calculó que los costes de poner en marcha esta red serán de 1.000 a 1. 500 millones de pesetas y anunció que pedirán fondos a la CE

Carlos Serrentino, director del Servicio Meteorológico de Uruguay, dijo que una de las grandes preocupaciones es que haya "rigor en las informaciones". "Científicamente", explicó, "debernos tener respuestas más sólidas frente a la capa de ozono y a la evolución del clima para saber si los cambios actuales responden a ciclos naturales o no".

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