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Los curas de EE UU serán perdonados si 'sólo' abusaron una vez de un menor

La propuesta obispal limita la expulsión automática a los casos futuros

Los sacerdotes de EE UU que en el pasado hayan cometido abusos sexuales a menores 'sólo' en una ocasión podrán seguir ejerciendo sometidos tan sólo a ciertas condiciones. Para el futuro, se propone una política de 'tolerancia cero' que implicará la salida del sacerdocio a quien cometa ese delito en una o más ocasiones. Los obispos prometen también actuar con mayor transparencia y comunicar a las autoridades policiales y judiciales los nuevos casos.

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La propuesta, que fue presentada ayer por el arzobispo de Minneapolis y Saint Paul, Harry Flynn, se votará en la cumbre de Dallas de la próxima semana en la que la Iglesia católica estadounidense pretende cerrar el escándalo de los últimos meses.

Lejos de ser tan severa como pedían las víctimas y los críticos, la propuesta de los obispos cubre sus propios errores al permitir que puedan seguir siendo sacerdotes quienes hayan cometido abusos sexuales en una sola ocasión en el pasado. La propuesta se basa en las mismas recomendaciones que ya formuló en 1992 la Conferencia Nacional de Obispos Católicos de Estados Unidos, incumplida en su doctrina y en su esencia.

Según el documento de los obispos, 'a partir de ahora mismo, un solo acto de abuso sexual a un menor conllevará la laicización incluso sin el consentimiento del religioso'.

Se hacen distinciones numéricas a la hora de enfrentarse al pasado: 'En relación a los actos de abusos sexuales a menores cometidos con anterioridad a esta fecha, si el sacerdote es un pederasta o si ha cometido más de un acto de abuso sexual a menores, conllevará su laicización, aunque sea, si es necesario, en contra de su consentimiento'.

La última categoría establecida en el texto de los obispos agrupa a quienes hayan cometido un solo acto de abusos en el pasado: 'Los sacerdotes con delitos en el pasado que hayan sido tratados pero no diagnosticados como pederastas y que no hayan cometido más de un acto de abuso sexual a un menor, verán su situación religiosa sometida a revisión por un comité diocesano'.

Se abre la puerta a que sigan ejerciendo como sacerdotes, aunque se les obligará a desvelar su pasado delictivo allá donde ejerzan; de igual modo, se prohíben las cláusulas de confidencialidad en los acuerdos extrajudiciales con las víctimas de abusos. Si la comisión determina que se trata efectivamente, de una acusación aislada y comprueba que el sacerdote no ha sido diagnosticado como pederasta, se le permitirá seguir ejerciendo aunque se le impedirá celebrar misa en público.

Otras propuestas del borrador forman todo un catálogo de arrepentimiento: los obispos aceptan que 'el secretismo del pasado' ha creado una atmósfera interna que ha permitido la repetición de comportamientos abusivos. 'El daño causado por los abusos sexuales es devastador y duradero', dice el informe en el que aseguran estar 'profundamente arrepentidos' al haber empeorado el dolor de las víctimas por lo que hicieron y lo que dejaron de hacer. 'Les pedimos perdón y les ofrecemos nuestra ayuda en el futuro'.

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