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El médico asesinado en EE UU estaba en la lista negra de Internet de un grupo antiaborto

Siete personas, tres de ellas ginecólogos, han muerto desde 1993 en atentados de radicales

El asesinato de un ginecólogo que practicaba abortos en Buffalo (Nueva York) ha disparado la alarma y ha reabierto el debate político sobre el ejercicio de ese derecho constitucional en EEUU. Bill Clinton se declaró "escandalizado" por la muerte de Barnett A. Slepian, de 52 años, muerto a tiros el pasado viernes en su casa. Slepian, que fue enterrado ayer, es el tercer ginecólogo asesinado en EE UU desde 1993, y su nombre figuraba en una amplia y detallada lista negra que un grupo radical antiaborto alimentaba en Internet con fotos, domicilios y una verdadera lista de cargos.

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"Estamos en guerra"

Los médicos que practican abortos en EEUU son un grupo cada vez más reducido que se enfrenta al acoso 24 horas al día y siete días a la semana, con los manifestantes desfilando y gritando a la puerta de sus clínicas. Desde 1993, siete personas han sido asesinadas en atentados antiabortistas, tres de ellas médicos. Otros cuatro doctores resultaron heridos al ser tiroteados. En los últimos 10 años, el número de centros que practican abortos ha disminuido un 18%.Las autoridades de Buffalo y de la provincia limítrofe de Ontario (Canadá) sospechan que el asesino de Slepian es un francotirador involucrado en otros atentados. Desde 1994, tres ginecólogos de Canadá y uno del norte de Nueva York resultaron heridos al recibir sendos disparos en sus casas a través de la ventana.

El fugitivo aún no identificado está en el centro de la guerra del FBI contra el movimiento radical antiaborto, cuya figura más notoria es Eric Rudolph, sospechoso de colocar bombas en 1997 en una clínica de Atlanta (Georgia), con siete heridos, y en enero de este año en otro centro de planificación familiar en Birmingham (Alabama), en el que murió un policía. El FBI anunció ayer una recompensa de 15 millones de pesetas para todo aquel que aporte datos que permitan la detención del asesino de Slepian. Los investigadores precisaron que sus pesquisas se centraban en la presencia en las proximidades de la casa del médico de un coche blanco con matrícula canadiense.

El "acto de terrorismo" contra el doctor Slepian, según la definición del gobernador de Nueva York, el conservador George Pataki, ha impregnado incluso la campaña electoral en curso para las inminentes elecciones legislativas. En un debate televisado, el aspirante demócrata a fiscal general de Nueva York dijo que el ocupante del cargo, el republicano Dennis Vacco, era culpable en parte por no ofrecer a Slepian la protección adecuada.

"Vacco es el responsable directo de que no se persiga a los que protestan delante de la clínica de Slepian", dijo también una portavoz de la Liga Nacional del Aborto y los Derechos Reproductivos. Vacco se ha defendido de la acusación diciendo que su fiscalía pedirá para el asesino la pena de muerte, recién reinstaurada en Nueva York.

Slepian era objeto desde hace años de un acoso constante en su clínica, y en una ocasión se tuvo que defender de un grupo de manifestantes con un bate de béisbol. El viernes, la administración de su clínica le remitió una carta en la que le indicaba medidas elementales de precaución que debía tomar, como cerrar las cortinas para no ser visto desde fuera.

Pero esa misma noche, al regresar de la sinagoga, Slepian hablaba con su esposa en la cocina cuando una bala entró por la ventana y le atravesó la espalda. Sus dos hijos veían la televisión en la habitación de al lado.

Un editorial publicado ayer por The New York Times exige que "si se necesita a un policía armado en la puerta de la casa y la oficina de cada practicante de abortos 24 horas al día, entonces habrá que hacerlo", porque "esto no es sólo un ataque contra médicos individuales, sino contra los derechos y las libertades de todos los americanos".

Amigos y colaboradores de Slepian, cuya principal actividad era asistir en partos, han dicho que no hacía abortos por una cuestión ideológica, sino por entender que era una práctica ginecológica más. Slepian había explicado que la amenaza de muerte era una realidad cotidiana en su oficio, pero que él era de los que no dejarían de proporcionar un servicio legal por las amenazas. El Constitucional de EE UU legalizó el aborto hace 25 años.

En 1993, el doctor David Gunn fue el primer ginecólogo muerto durante una manifestación a las puertas de una clínica en Florida. El doctor John B. Britton, también en Florida, fue, en 1994, la segunda víctima mortal de esta campaña. Desde entonces hasta el viernes, los militantes antiaborto no han matado a ningún médico, pero se han empleado a fondo con enfermeras y personal administrativo, como ocurrió en el caso de John Salvi, que mató a dos recepcionistas de una clínica de Boston en 1994 y luego se suicidó en la cárcel.

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