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Eluana, condenada a vivir

La clínica de Udine da marcha atrás en su decisión de dejar de alimentarla por las presiones del Gobierno de Berlusconi

La familia de Eluana Englaro, la mujer de 37 años que lleva 17 en coma vegetativo, deberá buscar otra solución para que se cumpla la sentencia del Tribunal Supremo que autoriza a desconectar la sonda que la mantiene con vida. Las presiones del Gobierno de Silvio Berlusconi han podido con la clínica de Udine que se había ofrecido a acogerla y dejar de alimentarla. Ayer, sus responsables anunciaron que han decidido echarse atrás, después de más de un mes de deliberaciones del consejo de administración.

"Consideramos probable que en el caso de que se realizase el protocolo previsto para Englaro, el Ministerio de Sanidad podría adoptar medidas que podrían poner en peligro la actividad del centro y, por tanto, hacer peligrar el puesto de 300 personas", reconocieron en un comunicado. Esta "amarga" decisión tiene que ver con el "enredo de normas administrativas y la posible superposición de competencias entre el Estado y las regiones", añadieron.

"Sanidad podría adoptar medidas y poner en peligro 300 empleos"
El padre "lamenta" que el ministro haya logrado que cambien de opinión

El ministro de Sanidad, Maurizio Sacconi, prohibió hace un mes a todos los hospitales, públicos, privados y concertados, interrumpir la alimentación a pacientes en estado vegetativo, desafiando a la Justicia. Y amenazó a la clínica de Udine con que, si incumplía este mandato, se arriesgaba a perder el acuerdo con el servicio sanitario nacional.

El centro es concertado y, para su supervivencia, depende de los contratos que recibe de la Seguridad Social. Eso es lo que ha llevado a sus responsables a tomar una decisión en contra de su propia voluntad. En la nota, su administrador delegado, Claudio Riccobon, mostraba ayer su "pesar" por no poder "dar a Beppino Englaro el apoyo logístico necesario para acoger la voluntad de su hija, Eluana".

Él entiende a la clínica, a la que agradece su "humanidad, generosidad y disponibilidad hasta el 16 de diciembre", pero se lamenta de que el ministro "haya conseguido cambiar" su decisión. Lo único que espera ahora es una reacción por parte de la sociedad. "Los ciudadanos deben luchar por su libertad, que está seriamente amenazada cuando un ministro decide por ellos". "La libertad no la da el padre eterno, no la regala nadie", añade Beppino Englaro.

Ahora, a la familia le quedan dos posibilidades: el recurso ante el Tribunal Administrativo Regional (TAR) de la Lombardía, para obligar a una estructura sanitaria a respetar la sentencia del Supremo; o buscar una clínica en la región de Emilia Romagna, que se había declarado disponible para acoger a Eluana. Beppino Englaro se muestra "escéptico" ante la segunda opción y cree que ocurriría lo mismo que ha pasado con la clínica de Udine. "Si en Friuli-Venezia (región a la que pertenece Udine), donde cuento con todos los apoyos, no hemos sido capaces de hacer que prevalezcan los derechos fundamentales de Eluana, no tengo mucha confianza en que eso vaya a ocurrir en otra región", se lamenta.

La última batalla judicial está ya en marcha. El abogado de la familia Vittorio Angiolini tiene ultimado el recurso cuyo objeto es obligar a la región de Lombardía (responsable de la paciente) a cumplir la sentencia del Supremo por la fuerza.

El Tribunal recibirá a las partes probablemente el próximo día 22 y la resolución podría tardar 10 días a partir de esa fecha, explica Franca Alessia, abogada y cuidadora especial de Eluana. En el caso de que la región de Lombardía no acatara la decisión del TAR, éste, nombraría un comisario judicial que designaría el centro donde ingresar a Englaro para desconectar la sonda. "Sería un final tremendo, porque supondría que Eluana ingresaría con escolta policial", dice su cuidadora.

Eluana Englaro.
Eluana Englaro.

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