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"Escribí cosas horribles"

Phil Jones admite errores, pero niega haber exagerado el calentamiento

"Obviamente, escribí mensajes electrónicos horribles". Es el único mea culpa entonado ayer por el científico Phil Jones ante la comisión parlamentaria que investiga el pirateo del correo interno de uno de los principales centros de investigación británicos, sitio en la Universidad de East Anglia. Jones, en el centro de la controversia porque alguna de sus misivas sugería la manipulación de datos para avalar la tesis del cambio climático, adujo que se trataba de comentarios personales sacados de contexto, defendió la "solidez" de su trabajo y negó categóricamente haber exagerado sus conclusiones.

"Acabo de completar el truco de Mike (Michael Mann, gurú del calentamiento global)... para ocultar el descenso de las temperaturas", reza uno de los más de mil correos electrónicos colgados por los hackers en la Red el pasado noviembre, estratégicamente en vísperas de la Cumbre de Copenhague sobre el cambio climático. Jones declinó comentar ayer ese texto que lleva su firma ("es del dominio público", se limitó a decir) y que daba alas a los portavoces del sector escéptico, el ex ministro conservador Nigel Lawson y el doctor Benny Peiser, para explayarse ante la comisión sobre las teorías "pseudocientíficas que avala el Gobierno británico".

La ofensiva de los negacionistas, crecidos ante el escándalo del Climagate, han forzado sendas investigaciones y el retiro temporal de Jones como director del centro de Investigación del Clima de East Anglia. El profesor compareció nervioso ante el panel, pero a los pocos minutos se recompuso para defender los datos en los que se sustentó su investigación sobre un rápido calentamiento de la superficie terrestre durante las últimas décadas.

Los diputados le inquirieron sobre uno de los puntos más espinosos del caso, los supuestos errores de medición tomados por las estaciones meteorológicas chinas y que Jones no facilitó a pesar del más de centenar de requerimientos recibidos, la mayoría por parte del sector escéptico. La Ley de Libertad de Información así se lo exige, y la comisión parlamentaria debe determinar si se trató de una omisión deliberada. El profesor admitió que análisis recabados posteriormente propiciaron una revisión de su estudio, en 2008, "pero la diferencia que aportaron fue mínima e insuficiente para alterar la tesis del calentamiento global".

"¿Qué datos no ha difundido y por qué?", le espetó uno de los diputados del panel. Jones aseguró que su departamento ha divulgado "el 80% de los datos y la metodología", quedando excluida la difusión de lo que llamó "material en bruto, necesitado de ajustes", una práctica que, según dijo, es habitual entre la comunidad científica.

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