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España en 2018: más jubilados, menos niños, menos inmigrantes

La llegada de extranjeros se frena y contiene la población total - El INE pronostica una caída de la natalidad a partir del próximo año

Carmen Morán Breña

La crisis no afectará a las cigüeñas en 2009. Este año nacerán más de 500.000 niños, una cifra que no se conocía desde hace 25 años. Pero ahí se acabó la fiesta, porque las siguientes generaciones de mujeres en plena fecundidad serán menos numerosas. A partir de 2010 los nacimientos irán descendiendo año tras año. Y la mortalidad seguirá su crecimiento moderado, a pesar de la mejor esperanza de vida.

En los últimos años, la llegada de inmigrantes salvaba el raquítico crecimiento de la población española. Han sido los responsables casi absolutos de los últimos millones sumados al censo. Pero eso también se ha acabado, por ahora, según la nueva proyección del Instituto Nacional de Estadística (INE) para los próximos 10 años, que estima, además, que en 2018 habrá 49.084.332 habitantes. La población inmigrante sufrirá una "corrección severa, desde casi un millón que se registró en 2007 a los 443.000 que se prevén para 2010. En total, se calcula que el saldo migratorio (los que llegan menos los que se van) dejará 2,93 millones de personas entre 2008 y 2017, casi el mismo saldo que entre 2004 y 2007 (2,5 millones).

La tasa de población no activa será del 53% en una década
Oliver: "El mercado seguirá tirando de foráneos después de la crisis"

La crisis es también, en parte, la culpable del descenso de la natalidad en los próximos 10 años. "Eso afectará al número de niños que nazcan, tanto de madres españolas como extranjeras en los próximos años, y además, habrá menos inmigrantes en ese periodo", explica la demógrafa del CSIC Margarita Delgado, que se alegra de que el INE haya sacado esta proyección a 10 años, una herramienta muy útil. Delgado es aún algo más pesimista con la tasa de fecundidad que la previsión del INE, "aunque ésta es moderada". El instituto calcula que la tasa pasará de 1,39 hijos por mujer a un promedio de 1,46 y esta experta cree que puede ser "incluso menor". La edad media de la maternidad se estabiliza en 31 años, de las más altas de Europa.

Quizá lo más preocupante es la tasa de dependencia, es decir, la de aquellas personas que son sostenidas por la población activa, como las menores de 16 años y las mayores de 64. Eso implica un esfuerzo por parte del sistema sanitario, educativo o de pensiones. Esa población pasará de representar un 47% a un 53% del total. "La pirámide que dibuja la población española sigue siendo preocupante, por la delgadez que muestra por debajo de los 30 años. Hay trabajos que no se pueden hacer a otras edades, por tanto, una vez pasada la crisis, el mercado laboral seguirá necesitando inmigrantes para salvar el problema estructural de la población autóctona", explica Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona. "El mercado seguirá tirando de la población extranjera. Y a partir de 2018 habrá que ver, porque se jubilarán las generaciones de trabajadores más numerosas", añade. Por tanto, este experto cree que, siendo aún considerable la cifra de inmigrantes que prevé el INE, aún pueden necesitarse más a esas edades.

Pero cabe pensar, afirma el catedrático de Sociología de la Complutense Joaquín Arango, que el hecho de que los inmigrantes no lleguen en un número tan elevado como en años anteriores, permita la consolidación de las políticas de integración y "una respuesta de la Administración pública más eficaz y proporcionada". "Quizá", añade, "se articulen estructuras familiares más sólidas y consolidadas y haya un cierto sosiego social". Aunque es cauteloso en su previsión, y recuerda que a pesar de la entrada masiva en años anteriores, "no ha habido en España una proliferación de incidentes ni nada más allá de cierto malestar latente", muy lejos todo ello de las experiencias que se han vivido en otros países.

Este margen para la acomodación de las políticas de integración y las medidas de asistencia públicas tendrá su contrapartida en la necesidad creciente de atender a una población envejecida. La franja que experimenta un mayor crecimiento (19%) es la de mayores de 64 años. Serán 1,4 millones de personas más en los próximos 10 años. En la actualidad, hay 1.400.000 jubilados que viven solos y, con los años, serán dependientes. Pero son millones los que ya necesitan ayuda para las tareas más básicas. La directora del Imserso, Pilar Rodríguez, tiene en cuenta que habrá que atenderlos debidamente. "Pero también proporcionarán puestos de trabajo. Sólo las vacaciones de los jubilados generan 11.700 empleos directos (70.000 indirectos) y el programa de termalismo "ha rescatado un sector entero".

Que la población envejezca significa que se vive más años. "Es una población que ya no valora el éxito laboral sino la solidaridad. Están aportando cada vez más un trabajo desinteresado".

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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