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España acusa a EE UU de apartar a la UE para rebajar el pacto de Copenhague

El sector energético dice no poder planificar inversiones por la vaguedad del texto

La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, hizo ayer un ejercicio de equilibrismo en su primera evaluación del acuerdo de Copenhague. "Les recomiendo que lean el texto despacio para encontrar las luces", explicó a representantes del sector energético reunidos por el Club de la Energía. Ribera, que no aceptó preguntas, criticó la reunión a puerta cerrada sin la UE en la que los líderes de EE UU, China, India, Brasil y Suráfrica cerraron el acuerdo a la baja: "El único sitio al que no se nos invitó fue a aquel en el que se iba a rebajar el acuerdo".

Ribera, que negociará la puesta en marcha del acuerdo en la UE al asumir España la presidencia europea, defendió el papel de los Veintisiete: "Todo lo que hay es fruto directo de la presión constante y del compromiso de la UE. En el texto reconocerán las posiciones más importantes de la UE". Y apuntó a que la rebaja final no es achacable a Europa: "Pertenece a una reunión que sobre la marcha organizaron algunos de los países emergentes con el presidente de EE UU". Por la mañana, la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, sorprendió al afirmar que "la UE ha estado en todo momento en las mesas de reunión en las que se ha elaborado el texto".

Ribera admitió que el acuerdo está "por debajo de las expectativas": "No existe referencia a la reducción de emisiones en 2050 ni un mandato para convertir el acuerdo en un tratado internacional vinculante". Pese a todo, explicó que hay luces en el Acuerdo de Copenhague, como la mención a que la temperatura no debe subir más de dos grados y el "compromiso de los países emergentes" con "un control internacional reforzado respecto al actual".

La jefa de la delegación española pidió "extraer lecciones sobre la forma en que se han llevado a cabo las negociaciones y el nivel de eficacia de la ONU en este proceso". Las críticas a la negociación crecen, ya que en la ONU todo se aprueba por consenso y un gobierno de Hugo Chávez no debe bloquearlo todo, como hizo el último día durante 10 horas.

Los representantes de las empresas energéticas españolas se mostraron defraudados. "Un acuerdo voluntario e impreciso no es la señal más clara para los mercados y los inversores", afirmó Magdalena García, de Acciona. Jesús Abadía, de Endesa, coincidió en que "es muy grave que no aparezca un objetivo de emisiones para 2050, porque las empresas necesitan un horizonte despejado" para planificar. Javier Martín, de Repsol, afirmó: "Asusta la incertidumbre regulatoria".

Mientras, el director de Greenpeace en España, Juan López de Uralde, seguía ayer incomunicado en una prisión danesa por colarse hasta la cena de gala de los jefes de Estado con una pancarta en la que pedía a los politicos que actuaran. Greenpeace espera que hoy el tribunal vea su apelación. De Uralde ha sido visitado dos veces por un diplomático español.

La secretaria de Estado de Medio Ambiente, Teresa Ribera.
La secretaria de Estado de Medio Ambiente, Teresa Ribera.ULY MARTÍN

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