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La conferencia de Copenhague

Espinosa elude la cumbre hasta la recta final

Antepone una cita pesquera a la negociación del clima

La cumbre del clima en Copenhague culminó un día de negociación marcado por la parálisis -no hay avances en lo básico, quién reduce cuánto y cuánto paga quién- y las discusiones estériles. Todo queda para el fin de semana y para que los jefes de Estado firmen el acuerdo. "Ahora rebajan las expectativas para que luego parezca que los presidentes lo arreglan todo", vaticina un experto observador en estas cumbres. Puede ser. Quién sabe.

Lo seguro es que la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, no llegará hasta el miércoles que viene a Copenhague, cuando oficialmente comienza el tramo ministerial. España ocupa un puesto rotatorio en la troika europea al tomar en enero la presidencia de la UE. En el grupo que dirige la negociación de los Veintisiete también están la Comisión Europea y Suecia, presidente de turno. Pese al lugar tan relevante que le corresponde a España -la troika negocia con EE UU y China-, Espinosa acudirá lunes y martes a un Consejo de Pesca de la UE en Bruselas, según confirmó ayer un portavoz. La ministra llegará el miércoles a Dinamarca, cuando también comienzan a llegar los jefes de Estado y de Gobierno, que intervienen a partir del jueves. Zapatero, que ha declarado que el "cambio climático es mucho más devastador que la crisis", llegará sólo un día después que su ministra.

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En su lugar, la negociación la llevará la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, con amplia experiencia y que, al contrario que Espinosa, domina el inglés. Ribera tampoco está todavía en Copenhague y aterrizará el sábado. El enviado de Obama para el clima y jefe de la delegación de EE UU, Todd Stern, llegó el miércoles pasado y el ministro francés de Medio Ambiente, Jean Louis Borloo, ha estado desde el primer día de la conferencia. La representación española la lleva actualmente Alicia Montalvo, una directora general con experiencia e idiomas. Borloo dijo el primer día de la cumbre: "Cuando uno está concienciado está desde el principio al final".

José Antonio Hernández de Toro, de Intermón Oxfam, se mostró ayer sorprendido con "la tardanza" de Espinosa: "Es incomprensible la falta de compromiso y la dejadez de un país de la troika. En las negociaciones previstas en Barcelona no fue Zapatero [sino la vicepresidenta, Fernández de la Vega] y la secretaria de Estado sólo dos días pese a que éramos anfitriones. Esto erosiona la credibilidad de España". Las ONG denuncian que desde la fusión de Agricultura y Medio Ambiente, Espinosa elude los temas ambientales. El resultado es que, ante la multitud de competencias, Ribera actúa como ministra de cambio climático de facto.

En los debates de ayer planeó la acusación de que los países y las industrias comunican a la ONU unas emisiones de gases de efecto invernadero (el CO2 pero también otras sustancias) inferiores a las reales. Lo denunció Ray Weiss, de la Universidad de San Diego, al presentar datos medidos en la atmósfera de estos gases. "El Protocolo de Kioto es como poner al planeta a dieta pero sin poder pesarlo. Ahora lo hemos pesado y tenemos un problema", declaró en afortunado símil.

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