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"El Estado te abandona a tu suerte"

"Nos dimos cuenta de que el Estado te abandona a tu suerte", relata Juan (nombre ficticio). A su mujer le detectaron, cuando llevaba 27 semanas de embarazo, que el feto tenía una gravísima hidrocefalia y espina bífida. "Hasta entonces nos habían dicho que todo iba bien. Cuando descubrieron lo que pasaba, nadie nos informó de nada. Nos quedamos solos. Finalmente, en una clínica nos comentaron la posibilidad de París y fuimos para allá. Nos vimos obligados a salir del país en una situación muy difícil, con todo lo que eso supone". Al volver, ayudó a otras mujeres que estaban pasando por lo mismo. "La gente se vuelve loca llamando a clínicas y hospitales hasta que da con la solución. Es un auténtico calvario".

Clara (nombre supuesto) estaba embarazada de casi ocho meses cuando el médico le dio la noticia. El niño que esperaba sufría malformaciones graves. No se lo podía creer. Había sido un embarazo muy deseado. "Mi pareja y yo salimos de la consulta como zombis", recuerda. En ese momento empezó una larga travesía de especialista en especialista para determinar qué ocurría. "Pensábamos que no había solución. El plazo que marca la ley se había pasado. Creí que iba a volverme loca", cuenta. Clara baja la vista. Le tiembla la voz. Fue en una de esas consultas cuando una psicóloga especialista en planificación familiar le explicó que aún tenía una opción: viajar hasta París para interrumpir allí su embarazo. "Fue un alivio saber que aún había una solución, pero no me entraba en la cabeza que en un caso tan grave tuviese que irme fuera de España", dice.

Después de mucho pensarlo y de exprimir las tarjetas de crédito a base de pruebas, decidió ir a París. "Una amiga que habla francés contactó con el hospital que nos recomendaron. Nos dijeron que necesitaríamos una traductora y el impreso E-111 de la seguridad social para atención en el extranjero", explica. Poco después, Clara, su pareja y la amiga que hablaba francés cogían un tren en dirección a París.

Aún se acuerda como si fuera ayer del día en que entró en el Hospital Robert Debré. "Me hicieron muchas pruebas y me explicaron que un equipo de médicos decidiría sobre mi caso", relata Clara. Ese mismo día le dieron el resultado: el niño tenía malformaciones gravísimas y le aconsejaban interrumpir el embarazo. "Fue un descanso para mí".

Clara y su pareja aceptaron el dictamen de los médicos y decidieron abortar. Estuvo dos días hospitalizada. "Las peores horas de mi vida, es muy duro tener que irte a París a una cosa así", dice. Clara asegura que tuvo suerte, su pareja pudo viajar con ella y en el hospital le pusieron asistencia psicológica e incluso un médico que hablaba algo de español. "Allí te tratan como una persona; me preguntaron qué quería hacer y no supe qué decir", explica. Después de 11 días volvió a casa. Los médicos le comunicaron que las malformaciones habrían provocado la muerte del bebé nada más nacer.

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