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La Eurocámara exige que la aviación entre en el comercio de CO2 en 2011

Todos los vuelos que pisen suelo europeo entrarán en el comercio de emisiones de gases de efecto invernadero en 2011 y con menos derechos asignados de los que proponía Bruselas. El Parlamento Europeo aprobó ayer incluir al sector de la aviación en el comercio de CO2 con cierto endurecimiento de las condiciones respecto a la propuesta de la Comisión Europea. En principio las medidas contra la contaminación causada por los aviones (que afecta a todas las aerolíneas que operan en la Unión Europea y no sólo a las de nacionalidades europeas) se refieren sólo a la emisión de dióxido de carbono, si bien se prevé limitar las de óxido de nitrógeno.

El Ejecutivo comunitario planteó que la directiva entrase en vigor en 2011 para los vuelos dentro de la UE y un año después con terceros países. Bruselas propuso asignar a las compañías el 100% de la media de emisiones contaminantes de los años 2004, 2005 y 2006, pero los europarlmentarios votaron reducirlas al 90%. Además, el Parlamento europeo introdujo la revisión posterior de la cantidad total de derechos de emisión que se asignarán gratuitamente a las aerolíneas. Los que les sobren o falten podrán ser objeto de transacción con otros sectores. Para garantizar que los nuevos operadores tengan acceso a las cuotas, se propone que el 25% se subasten y se reserve una parte para los nuevos. Los europarlamentarios rechazan además la propuesta de la Comisión de excluir los vuelos oficiales de los jefes de Estado y de Gobierno del comercio de emisiones, pero en cambio aprobaron una enmienda que deja al margen los vuelos militares, además de los de extinción de incendios, sanitarios o de formación.

La propuesta aprobada deberá ser ahora analizada por los ejecutivos de los países miembros, que podrán modificar la directiva y someterla a nueva aprobación. En todo caso, las asociaciones de aerolíneas han puesto ya el grito en el cielo. La UE trató sin éxito que la organización de Naciones Unidas para la aviación civil (OACI) adoptase en septiembre pasado un marco mundial para la entrada de la aviación en el comercio de emisiones. Eso dio cierta esperanza a las europeas de que la UE abandonase la idea de imponer esa medida en solitario. Ayer la Asociación Internacional de Transporte Aéreo y la Asociación Europea de Aerolíneas (AEA) volvieron a la carga. Esta última considera que la normativa europea es "un puñetazo a la viabilidad y competitividad de la industria" europea, que no beneficia al medioambiente.

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