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Reportaje:

Gallinas con genes humanos

Los creadores de la oveja 'Dolly' consiguen aves transgénicas para obtener huevos con proteínas curativas

Por ahora son sólo medio millar, pero dentro de poco pueden encargarse de la producción a niveles industriales de proteínas que curen enfermedades tan graves como el cáncer o la esclerosis múltiple, y tan incapacitantes como la artritis. Se trata de gallinas con genes humanos, que el Instituto Roslin de Edimburgo, en Escocia (Reino Unido), ha conseguido crear tras casi siete años de investigaciones. Científicos de este instituto lograron la primera oveja clonada, Dolly, hace ya diez años.

Si bien no es la primera vez que el instituto escocés crea animales con genes humanos -de hecho, varios cientos de ovejas de Nueva Zelanda ya producen proteínas humanas en su leche gracias a los trabajos de Roslin-, sí es el de las gallinas el primer caso en el que tal mutación se transmite por generaciones. Ahora, las gallinas transgénicas no sólo pondrán huevos en cuya clara habrá proteínas humanas con capacidad para curar enfermedades como cáncer e incluso Parkinson, sino que dichos huevos podrán emplearse para dar lugar a una nueva generación de gallinas ponedoras, según sostiene el Instituto.

Las siguientes generaciones de pollos mantienen el ADN humano
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Clonación animal

La especie elegida para el experimento, comandado por la investigadora Helen Sang, es la ISA Browns. Las gallinas de este tipo ponen -cada una- cerca de 300 huevos al año. La edición de ayer del semanario británico The Sunday Times mostraba el optimismo de los científicos de cara a que, en el futuro, estas gallinas puedan producir proteínas humanas a muy bajo coste, lo que abaratará el tratamiento de muchas enfermedades. El resultado del experimento se publica hoy en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences.

Las asociaciones de protección a los animales ya han expresado dudas sobre el procedimiento.

El proceso para introducir los genes humanos en el ADN de las gallinas pasa primero por conseguir embriones de pollo que no sean más que un conjunto de células. Éstos se introducen en huevos que hacen el papel de "madres de alquiler" y que son infectados por un virus, previamente modificado genéticamente para que transporte los genes humanos que se quieren introducir en los futuros pollos. Después, sólo queda incubar esos huevos, de los que saldrán aves con su ADN modificado hasta el punto de que sus hijos y nietos puedan heredar esa modificación, y por tanto, seguir produciendo esas proteínas humanas.

En el experimento, que comenzó hace casi siete años, los pollos nacidos con el ADN modificado crecieron y se convirtieron en los "padres fundadores" de una nueva familia con genes humanos. La sorpresa vino porque, al unirlos -cuando fueron gallos y gallinas adultos, claro- con parejas no modificadas genéticamente, se comprobó que los pollos de la siguiente generación mantenían su ADN modificado. Hasta el momento, los intentos de obtener una línea familiar en pollos transgénicos sólo conseguían mantener la mutación hasta la segunda generación.

"El sistema tiene el potencial de convertirse en una nueva y muy potente forma de producir medicamentos específicos", dijo la doctora Karen Jervis, de la empresa de biotecnología Viragen Scotland que ha colaborado en el experimento de Roslin. "Hemos criado sin problemas cinco generaciones consecutivas de pollos y gallinas", continuó en The Sunday Times, "y todavía siguen produciendo altas concentraciones de proteínas".

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