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Entrevista:MARTÍN REGAÑO | Director general de la central nuclear de Garoña

"Garoña seguiría en los márgenes de seguridad incluso con 60 años"

A Martín Regaño no le gustan los focos ni salir en la prensa. Sin embargo, el director general de Nuclenor, la empresa dueña de Santa María de Garoña (Burgos), sabe que su central está en el epicentro del debate nuclear, ya que el Gobierno debe decidir en menos de dos meses si prorroga o no durante 10 años más su vida más allá de los 40 para los que fue inicialmente diseñada y que cumplirá en 2011. "Cuarenta años es el tiempo mínimo para el que se diseñó, no el final de su vida, porque las condiciones de operación han sido menos severas de lo previsto", relata en su despacho este ingeniero eléctrico bilbaíno nacido en Soria hace 59 años. Por la ventana se ve la frondosa vegetación del valle de Tobalina, al norte de Burgos, muy cerca de Álava. Y es difícil imaginarse todo lo que se juega en este momento en este apacible rincón.

"Cerrar la planta supondría gastar 1.600 millones de euros en diez años"
"Prorrogar la nuclear es necesario para el país por la atadura energética"
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Martín Regaño habla pausado, pensando lo que dice y apoyado en gráficos que señala con un bolígrafo. Cerrar Garoña, apunta, supondría gastar 1.600 millones de euros los próximos 10 años en gas natural para producir la misma electricidad que generaría la planta.

Pregunta. ¿Por qué es necesaria Garoña?

Respuesta. Tenemos una dependencia energética muy fuerte del exterior, que afecta a la competitividad de nuestras empresas. La mayoría de los países apuestan por la energía nuclear y creo que debería tener un papel. Prorrogar la vida de la central es bueno y necesario para este país.

P. ¿Y es segura? Los ecologistas la llaman la central de las mil grietas.

R. Respeto que cada uno esté en su papel, pero hemos propuesto, sin que nos lo hubieran pedido, cumplir en Garoña la normativa más exigente, la que se aplica a las nuevas centrales que se van a construir en Estados Unidos. Pedimos inspecciones voluntarias al OIEA [Organismo Internacional de la Energía Atómica]. Tenemos un 93% de factor de carga, que está muy por encima de la media de las centrales del mundo porque llevamos muchísimos años invirtiendo.

P. ¿Pero se podría cerrar?

R. Confiamos en el trabajo que hemos realizado y nos miramos en EE UU, donde plantas como Garoña ya han recibido permiso para operar hasta los 60 años. Y nuestro proyecto es de más alcance, más estricto. EE UU lo ha hecho. Allí, 52 de sus 104 reactores tienen permiso para operar 60 años. Y el Consejo de Seguridad Nuclear ha sido mucho más exigente que la autoridad de EE UU.

P. Garoña se acerca al final de su vida útil y el PSOE se comprometió a cerrar las centrales al alcanzar ese momento.

R. No existe un tiempo máximo de vida de una nuclear. Existe una vida de diseño [los 40 años que cumple Garoña] que es el tiempo mínimo para el que se diseñan los equipos, pero luego está la vida útil, que es mayor. Hemos visto que el diseño era mejor y que el desgaste de la operación de la central no era tan grande.

P. ¿Cuándo se alcanzará ese momento en el que la planta no cumpla las exigencias de diseño?

R. Nuestros análisis de los materiales nos demuestran que incluso al cumplir los 60 años de vida [algo que ocurriría en el año 2031] seguiríamos dentro de los márgenes.

P. ¿Está hablando de operar hasta los 60 años?

R. Si nos dieran permiso tendríamos que plantearnos qué proyecto tenemos para seguir funcionando hasta entonces. Pero queremos tener la puerta abierta a cualquier posibilidad.

P. En un mes, el Consejo de Seguridad Nuclear opinará sobre la extensión de la licencia. Seguro que ya les han dicho algo.

R. Con el CSN llevamos tres años trabajando pero no sabemos qué dirán. Cuando en 1999 nos dieron la prórroga para 10 años más no lo supimos hasta el mismo día que lo anunciaron. El día anterior no teníamos ni idea.

P. Pero diga lo que diga el CSN, ¿no teme que la decisión sea política? El cierre de Zorita se decidió en 2002 con el PP en el Gobierno y fue una decisión política. Así se dijo abiertamente.

R. No sé lo que ocurrió en otras centrales. Pero nosotros estamos tranquilos porque el trabajo está hecho. Los políticos tienen la tarea de consensuar el programa energético para que la demanda se cubra con garantías, prevenir el efecto invernadero y que logremos tener una industria competitiva.

P. Sabe que en Garoña el sector nuclear se juega mucho, que puede abrir un camino para el resto de nucleares.

R. Hombre, es lógico que la decisión pueda tener efecto en el sector nuclear.

P. La decisión llega con la opinión pública cada vez menos reacia a la energía nuclear. ¿Cómo les afecta?

R. Aunque parece que es lenta, hay una evolución de la opinión pública en el tema de la energía nuclear. Está poco a poco cambiando. En Europa, países que habían decidido no continuar con la nuclear se están planteando retomarla. Un ejemplo sería Suecia, el paradigma de la paralización nuclear, pero también Italia o Suiza.

P. La central es al 50% de Endesa e Iberdrola, que han invertido decenas de millones de euros para alargar la vida.

R. Nuestros dueños siempre nos han apoyado de forma muy decidida y no han puesto ninguna pega a la inversión. Ninguna. Absolutamente nada.

P. Pero en su publicidad estas empresas nunca hablan de Garoña y sí de sus molinos de viento.

R. Sólo puedo decir que nos han apoyado al 100%.

Martín Regaño, en su despacho de la central de Garoña.
Martín Regaño, en su despacho de la central de Garoña.GORKA LEJARCEGI

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