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Google culpa a Microsoft de agitar las demandas que le acosan

La batalla entre los grandes de la Red se recrudece en todos los frentes

Una nueva batalla ha reavivado la gran guerra de Internet. Google acusa a Microsoft de orquestar una serie de demandas que diversas pequeñas empresas de Internet han interpuesto en su contra por supuesto abuso de poder de mercado. En respuesta, Microsoft niega estar detrás pero se muestra más que comprensiva con las batallas legales en Europa y EE UU contra el que ya es su principal competidor en el mercado de las búsquedas (el pasado mes de febrero el Gobierno de EE UU le dio vía libre para culminar una alianza publicitaria con el segundo buscador de la Red, Yahoo!). Google y Microsoft han entrado así en un insólito y duro cruce de acusaciones, una verdadera guerra fría comercial.

Una empresa de Ohio inicia otro proceso por monopolio
Microsoft dice que no es raro que anime a presentar "quejas legítimas"

"Está claro que nuestros competidores buscan ansiosamente en los tribunales de todo el mundo quejas contra Google a las que se puedan añadir, para aprender más sobre nuestras prácticas de negocio y utilizar esa información para ampliar todavía más las demandas por supuestas prácticas poco competitivas", afirmaba ayer el portavoz de Google Adam Kovacevich.

Microsoft, a través de su portavoz, Jack Evans, respondió: "Es de dominio público que un creciente número de consumidores, empresas y gobiernos manifiestan preocupaciones por el comportamiento de Google y por su posición dominante en el mercado, y no es ningún secreto que compartimos esas preocupaciones. No debería sorprenderle a nadie que, con frecuencia, aparezcan entidades que creen haber sido perjudicadas por Google o que animemos a cualquiera que tenga una queja legítima a que se ponga en contacto con las autoridades pertinentes".

Operación de acoso

Google ha querido ver en las recientes demandas en su contra una guerra de guerrillas que es, en realidad, una operación masiva de acoso tras la que se esconde Microsoft. El Departamento de Justicia de EE UU autorizó el pasado 18 de febrero a Microsoft a ultimar un acuerdo según el cual utilizará la tecnología del buscador Yahoo!, una alianza virtual para plantarle cara a Google. Hasta la fecha, Google mantiene el 65% del mercado de búsquedas en EE UU, según datos de ComScore. En todo el mundo, según datos de StatCounter, Google mantiene el 90% del mercado. Yahoo! y Bing (el buscador de Microsoft) combinados apenas alcanzan el 7%.

Esa situación de dominio inquieta a muchos competidores. Algunos, pequeños en comparación de volumen de búsquedas, han demandado a Google. La semana pasada, la Comisión Europea reveló que había abierto una investigación preliminar tras haber recibido tres quejas por supuestas prácticas monopolísticas en la forma en que Google gestiona su buscador. Fue esta empresa, en un blog corporativo, quien reveló los nombres de esas tres compañías que la han acusado. Además, afirmó que dos de ellas están estrechamente relacionadas con Microsoft.

Una de ellas, Ciao!, es un comparador de precios alemán que Microsoft adquirió en 2008. Foundem es otro buscador y comparador de precios, británico, fundado en 2005. Pertenece a una alianza llamada ICOMP, dedicada a fomentar la competitividad en el mercado online. En su página web revela que recibe "financiación de los miembros contribuyentes y fondos de Microsoft".

El pasado mes de enero, la misma empresa presentó una queja ante la Comisión Federal de Comercio de EE UU porque Google mezcla anuncios publicitarios de sus distintas divisiones comerciales en los resultados de sus búsquedas. "La colocación preferente de Google Maps en los primeros puestos del resultado de las búsquedas de Google, que comenzó en mayo de 2007, tuvo un papel significativo en eliminar a MapQuest de su posición como el servicio de mapas líder en EE UU", argumenta como ejemplo.

Foundem concluye: "El mecanismo universal de búsqueda de Google representa una amenaza inmediata a la competitividad y la innovación libres". Y añade: "Existe una necesidad urgente de constreñir el dominio de Google, bien sea a través de competitividad o de regulación".

Ayer, el diario neoyorquino The Wall Street Journal reveló, además, que una pequeña empresa de Ohio ha demandado a Google por supuesta posición monopolística. El abogado que les representa es Charles Rick Rule, que ha colaborado con Microsoft desde los años noventa. Rule, en un artículo de 1997 publicado en la revista Slate, escribió: "No es un crimen que una empresa sea exitosa. Las leyes antimonopolio han sido diseñadas para complementar, y no para desplazar, a las fuerzas del mercado". Lo mismo defiende, en este momento, Google.

Algoritmo secreto

En el centro de las quejas contra Google está su motor de búsqueda y el sistema de "búsqueda universal", introducido en 2007, a través del cual combina todo tipo de contenidos (noticias, mapas, vídeos y anuncios, por ejemplo) en los resultados. Este motor se sustenta en un complejo entramado de algoritmos secretos que, dicen sus detractores, siempre juega a favor de Google. Si un resultado le da beneficio económico a Google, aparecerá más arriba, aseguran. Aquellas páginas que puedan robarle publicidad, como los buscadores de Foundem o Ciao!, aparecerán más abajo, en tierra de nadie online. Esos algoritmos son el mayor secreto de la empresa, la clave de su éxito, el sustento de su negocio. Sobre ellos, los ingenieros construyeron su buscador a finales de los noventa, y los empresarios erigieron todo su negocio. Con ellos se responde a cientos de millones de búsquedas diarias. Un 20% de ellas son totalmente nuevas, retos antes nunca vistos para Google. Los algoritmos están tan bien guardados que se los compara a la receta de la Coca-cola, muchas veces imitada y nunca revelada. Ese secretismo encoleriza a sus críticos, que acusan a la empresa de jugar con ellos y con su visibilidad con una total falta de transparencia. Google niega que esa manipulación exista.

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