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El rector que cerró la universidad de Valladolid

José Ramón del Sol Fernández, catedrático de ginecología de la acultad de Medicina y rector de la universidad de Valladolid en el curso 1974-1975, cuando se produjo el cierre de la universidad, "fue un fiel ejecutor de la política diseñada por el Gobierno y el ministerio", según opina Pilar García Santos, que en aquel entonces era estudiante de cuarto de filosofía y representante de los alumnos de su facultad, y que mantuvo junto con los restantes representantes estudiantiles un protagonismo especial en los su cesos que originaron la insólita decisión del Gobierno de clausurar una universidad.García Santos considera que el ministerio que dirigía Cruz Martínez Esteruelas eligió la universidad de Valladolid como cabeza de turco para dar un "escarmiento ejemplarizante" al movimiento estudiantil.

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El problema se inició por una petición bien elemental: que el proceso electoral que se había iniciado con la elección de los representantes de los alumnos se extendiera al rectorado.

La 'huevada'

La respuesta fue de una dureza extrema, y las posturas se polarizaron. Un grupo de estudiantes de medicina lanzó un día huevos podridos al rector. La huevada, como se conoció inmediatamente la acción, tuvo una respuesta fulminante. Se pidió a los representantes de los alumnos que reprobaran el hecho: "Nos negamos a hacerlo si no se contemplaba la totalidad de lo ocurrido: la falta de diálogo, la dureza de la respuesta de las autoridades académicas...".

A partir de ahí se inicia un proceso de endurecimiento en la actitud del ministerio y el rectorado, y la respuesta estudiantil se hace más atrevida: manifestaciones, asambleas, huelgas... Se producen los primeros cierres de facultad, que culminan con la orden de clausura de la universidad el 8 de febrero de 1975.

Todos los centros universitarios vallisoletanos permanecen cerrados hasta el 26 de mayo. Los alumnos, en contra de lo que pensaban el rector y el ministerio, se organizan e intentan con ayuda de algunos profesores dar clases paralelas en iglesias, buhardillas, bares... Las asambleas continúan.

La reapertura de la universidad encuentra un movimiento estudiantil más curtido y organizado. La elección de rector es inevitable. El movimiento estudiantil tiene su candidato: el profesor Arias Bonet. Inesperadamente, algunas voces vuelven a proponer a José Ramón del Sol para la reelección. Pero, tras un proceso de negociación con los alumnos, Juan Ramón del Sol, el rector del cerrojazo, se traslada a Madrid.

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