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Los investigadores alemanes vuelven a la pista del pepino

Un ejemplar contaminado con la variante letal de 'E. coli' ha aparecido en la basura de una familia afectada

Una nueva pista en la busca del brote infeccioso que ha matado a 26 personas en Alemania. Los investigadores han dado con la bacteria E.coli enterohemorrágica (EHEC) del serotipo O104 en restos de pepino encontrados en el cubo de basura de una familia afectada en Magdeburgo, la capital de Sajonia-Anhalt. Así lo ha confirmado hoy a este periódico el portavoz del ministerio de Sanidad del land oriental, Holger Paech, quien sin embargo ha advertido de que "no se puede estar aún del todo seguros de que sea exactamente la misma cepa" que causó la ola infecciosa. Es la primera vez que estas bacterias aparecen fuera de las pruebas de origen humano. Paech insiste en tratar la noticia con "gran cautela", puesto que "es posible que los pepinos se contaminaran en la casa de la familia". Es decir, que las bacterias podrían haber pasado al pepino durante su manipulación en el hogar. También podrían provenir de otros restos con los que compartieron el cubo de desperdicios. Por ejemplo, de un pañuelo usado por un miembro enfermo de la familia.

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Se compone ésta de tres personas. El padre, de 50 años, superó la infección sin tener que ingresar en el hospital. Su mujer y su hija, en cambio, tuvieron que permanecer hospitalizadas durante varios días por culpa de la bacteria. La hija llegó a desarrollar el peligroso síndrome urémico hemolítico (HUS), por lo que continúa en tratamiento "con buen pronóstico". Según Paech, los tres son "las únicas tres personas infectadas por EHEC en todo Magdeburgo". El portavoz dice que no han encontrado "ningún resto de brotes de soja en la basura". Queda todavía por tipificar si las bacterias encontradas en los restos de pepino son exactamente las mismas que afectaron a la familia. ¿Era pepino español, holandés, alemán...? Paech sólo ha podido decir "sin lugar a dudas" que se trataba "de un pepino normal y corriente, verde y sin pasaporte".

Entre tanto, los investigadores federales consideran que "se va afianzando" la principal pista que siguen para dar con el posible origen de la bacteria: los brotes de soja y otras leguminosas procedentes de una pequeña explotación agrícola en Bienenbüttel (Baja Sajonia). Gert Hahne, portavoz del ministerio de consumo de ese land, ha informado de que la plantación de soja había vendido sus productos a una cantina de la localidad de Cuxhaven donde "al menos 18 clientes han caído enfermos". Además, se sabe que otra empleada de la plantación sufrió una fuerte diarrea en mayo. Es la tercera trabajadora con síntomas relacionados con la bacteria. Una de ellas llegó a ser hospitalizada. No obstante estos nuevos indicios, ninguna de las cientos pruebas recogidas directamente en la empresa ha dado aún positivo en las pruebas de laboratorio.

Dado que las tres empleadas cayeron enfermas al principio de la ola infecciosa, no se descarta que los brotes de soja fueran un simple multiplicador de la bacteria, quizá proveniente de una de las tres empleadas. Se sabe que unas 100 personas enfermaron tras comer en siete cantinas y tres restaurantes que compraban brotes vegetales en la explotación agrícola sospechosa de Bienenbüttel.

En total, el brote de bacterias originado en el norte de Alemania afecta ya a más de 2.700 personas, de las cuales unas 700 han desarrollado el síndrome urémico hemolítico HUS.

En paralelo a la detectivesca búsqueda del origen del brote infeccioso, discurre en Alemania un debate sobre las deficiencias de la gestión de crisis. El ministro federal de Sanidad, el liberal Daniel Bahr (FDP), insistió ayer en que "la situación está bajo control". Ayer admitió, sin embargo, que "la percepción y la comunicación" del desarrollo del brote infeccioso "debería mejorar". El reputado Instituto Max Planck de Biología Infecciosa ha pedido al Gobierno federal que organice un centro de coordinación para evitar la sensación de desorden que se ha extendido durante la presente crisis de EHEC. Según los expertos, no es raro que nunca lleguen a conocerse las causas de un brote así. Tanto más sorprende que las instituciones hayan señalado sin pruebas definitivas al pepino y a la soja, provocando alarma y cuantiosas pérdidas económicas a los agricultores. Bahr y su colega de Consumo, la socialcristiana bávara Ilse Aigner (CSU), se enfrentan ahora al fuego amigo del buque insignia del populismo conservador en Alemania. La artillería pesada del diario Bild los puso ayer enb su punto de mira, por segundo día consecutivo.

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