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Iberoamérica se une para salir de su histórico retraso educativo

Los 21 países de Iberoamérica, a pesar de las diversas ideologías políticas de sus líderes, han logrado llegar a un acuerdo en un tema: la educación. Ésta es la situación que les ha impulsado a hacerlo: 34 millones de analfabetos (uno de cada 10 habitantes), 79 millones de indigentes, 213 millones de pobres, un 40% de población que no ha acabado ni siquiera la educación primaria y un 7,2% de menores de cinco años (cuatro millones de niños) que, si llegan a ir al colegio, lo hacen desnutridos.

Si Iberoamérica quiere ser una región competitiva a medio plazo tiene que apostar ya por la educación. Lo han visto así de claro los ministros de esta área, que han elaborado un gran plan para sacar a estas naciones de su retraso educativo histórico. El proyecto está basado en la solidaridad: los países más ricos se comprometen a financiar parte del presupuesto que necesitan los más pobres.

El proyecto se acaba de materializar en el documento Metas educativas 2021. La educación que queremos para la generación de los Bicentenarios, que hace una dura radiografía de la situación, concreta las metas a alcanzar y establece los programas para lograrlas. La Organización de Estados Iberoamericanos hará hoy público el texto y lo presentará al secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias.

2.000 millones de euros

Detalla el panorama actual y establece las metas para el futuro, entre las que se encuentra el compromiso de invertir 2.000 millones de euros en ese periodo. Aún está por decidir quién aportará más y cómo se distribuirán. Este documento se presentará a los presidentes de los gobiernos el próximo 29 de octubre en la XVIII Cumbre Iberoamericana de El Salvador.

Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Paraguay y República Dominicana son los ocho países que van a necesitar más apoyos. Así se desprende de los datos que presenta el documento. Hay otros países que, aunque tienen una mejor situación educativa general, precisan de un apoyo extraordinario para regiones concretas. Así ocurre, por ejemplo, con el norte de Brasil y de Argentina o las zonas de la selva de Perú. Las ayudas a colectivos de mayor riesgo de exclusión, la primera infancia, la formación profesional o al desarrollo profesional de los profesores están entre las prioridades.

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