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Reportaje:vida&artes

Internet como paraíso fiscal

Muchas empresas españolas que operan en la Red tributan en el extranjero, ante la impotencia de Hacienda - EE UU e Irlanda compiten por atraerlas - España, en cambio, grava con un IVA del 4% el libro tradicional y con un 18% el electrónico

Alicia González

El comercio electrónico se ha convertido en la tabla de salvación de muchos negocios. Es una de las áreas de mayor crecimiento de la economía y de las que más beneficios generan. Pero no para las arcas públicas. Internet cambia el escenario en el que tradicionalmente se venían desarrollando las transacciones comerciales, lo que dificulta su gravamen y la recaudación de los impuestos correspondientes por parte de las Haciendas nacionales. En un momento de dificultades y recortes presupuestarios como el actual, ¿puede permitirse la Hacienda pública perder esos ingresos, en cuantías que ya empiezan a ser significativas? Es más, si el comercio online es el futuro, ¿qué cambios deben abordarse para afrontar esa nueva realidad?

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Lo cierto es que, a día de hoy, muchas de las empresas que operan online en España no tributan por sus ventas en territorio español, ya que lo hacen a través de una filial extranjera. Uno de los últimos casos conocidos es el de Inditex, que canaliza las ventas de todas las marcas del grupo (Zara, Zara Home, Utuerqüe, Stradivarius, Massimo Dutti, Pull&Bear, Bershka y Oysho) a través de la sociedad irlandesa ITX E-Commerce Ireland Limited. Las compañías que operan en Irlanda soportan un tipo único del 12,5% sobre sus actividades, a lo que cabe añadir varias desgravaciones fiscales por inversiones en I+D, formación y tecnología, entre otras. La Hacienda española grava los beneficios de las grandes empresas, como sería el caso de Inditex, con un tipo teórico del 30%, aunque el tipo efectivo real sea significativamente menor, aproximadamente entre el 24% y el 18%, según los casos.

Eso puede generar situaciones un tanto paradójicas. Por ejemplo, dos clientes que coinciden en el mostrador de una tienda de Inditex y que se llevan el mismo producto a casa pueden estar pagando, sin saberlo, impuestos muy dispares por la compra del mismo producto. Al cliente que ha acudido al establecimiento y paga su producto en caja, se le habrá cargado el IVA correspondiente por la operación (18%) y la empresa deberá tributar en el impuesto sobre sociedades (teóricamente, el 30%). El cliente que ha hecho la compra por Internet, sin embargo, aunque haya recogido su compra en tienda, solo pagará el IVA en España si es una persona física, mientras que si es una persona jurídica (si lo compra para una empresa, pongamos por caso) pagará el IVA correspondiente en Irlanda. En ambos casos, Inditex facturará esa operación a través de la sociedad irlandesa, por lo que la Hacienda española puede que no llegue a ver ni un céntimo de esa compra.

"Con el comercio electrónico caen las fronteras y los beneficios tradicionales de la soberanía nacional. Eso tiene ventajas e inconvenientes a la hora de delimitar la fiscalidad, con las consiguientes consecuencias para las arcas públicas", asegura Agustín Madrid, catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla. Jesús Ramos, profesor de derecho financiero y tributario de la misma universidad reconoce que "existe un convencimiento bastante generalizado de que el comercio electrónico se ha convertido en un agujero negro de defraudación de muy difícil control para las Administraciones fiscales nacionales. Las operaciones realizadas en este campo estarían escapando a la tributación efectiva por el IVA, con el consiguiente daño a los ingresos públicos de la Hacienda pública".

La empresa de Arteixo ha anunciado que a partir del 1 de enero de 2012 cambiará la sede fiscal y las actividades de sus tiendas online pasarán a tributar en España.

Pero el caso de Inditex no es el primero ni el último en aprovechar las ventajas fiscales que ofrecen determinados países en Europa. Apple, el gigante de la electrónica de consumo, apenas factura ingresos en España ya que, según justifica la compañía, su principal filial española, Apple Marketing Iberia, solo actúa como mera comisionista por las ventas obtenidas para el grupo, que también se facturan desde Irlanda. Apple Marketing Iberia explicaba que "la sociedad actúa como soporte de ventas y proveedor de servicios de publicidad, de modo que (...) recibe una comisión del 1% por las ventas obtenidas para el grupo, excluyendo las ventas por Internet", lo que supone que el 99% de las ventas generadas en España se facturan en Irlanda. Más recientemente, el gigante mundial del comercio online Amazon acaba de abrir tienda en España y facturará todas sus ventas desde Luxemburgo, conocido paraíso fiscal.

"Hay cierta competencia para atraer a las empresas dedicadas al comercio electrónico. En Europa, Irlanda es el ejemplo más recurrente por el tipo de su impuesto sobre sociedades (12,5%), aplicable a todo tipo de actividad, no solo de comercio electrónico. Aunque no es su única ventaja, porque el inglés juega claramente a su favor. Pero es que, además, Estados Unidos declara periódicamente una moratoria fiscal sobre el comercio electrónico y eso sí que supone, en cierta medida, una competencia difícil de igualar", asevera Manuel de Vicente-Tutor, socio director de la consultora Equipo Económico.

El potencial del sector es abrumador y los datos, contundentes. En 2010, este tipo de transacciones facturó en España alrededor de 9.100 millones de euros, lo que supone un 17,3% más que en 2009, según datos del informe La sociedad en red elaborado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información. En total, 10,9 millones de internautas realizaron algún tipo de compra a través de la Red, medio millón más que en el ejercicio anterior.

Y los datos de este ejercicio apuntan a que el comercio electrónico en España "progresa adecuadamente". En el primer trimestre de este año, el comercio online arroja un volumen de negocio de 2.055 millones de euros, lo que supone un 23% más que en el mismo periodo del año anterior, con 30,2 millones de operaciones. Por transacciones, el turismo (billetes de avión, tren y reservas hoteleras), educación, prendas de vestir y artículos de regalo son los bienes que mayoritariamente adquieren los consumidores españoles a través de Internet.

El juego online también es uno de los sectores que más atraen a los consumidores españoles, una actividad que, esta vez sí, Hacienda se ha apresurado a regular. Una vez que se autoriza la actividad de estas empresas, los ingresos íntegros de las mismas, menos los premios, se gravan con una tasa del 25% que van a parar a las arcas de las comunidades autónomas. Aunque eso no soluciona todos los problemas a efectos tributarios porque muchas de estas empresas están radicadas en paraísos fiscales.

"Las compras de bienes y servicios online son un reto para las administraciones tributarias en todo el mundo. No solo para recaudar los impuestos de sociedades, sino incluso en algunos casos para recaudar los impuestos sobre el consumo, IVA o sus equivalentes. Muchas transacciones electrónicas no soportan en la práctica ningún tipo de impuesto, lo que puede explicar -junto con la revolución tecnológica- su espectacular crecimiento en los últimos 10 años", apunta Catalina Rams, socia de Terraalta Asociados.

Según un informe de Boston Consulting Group (BCG) publicado el pasado mes de abril, Internet aporta ya 23.400 millones de euros al PIB español, y sus cálculos apuntan a que para 2015 esa contribución se elevará hasta los 63.000 millones. El consumo privado asociado a Internet (comercio electrónico, banda ancha y dispositivos asociados a la Red) aportó 14.000 millones de euros en 2009 y es, de lejos, la contribución al PIB que más crecerá en los próximos cuatro años. Pero la aportación del comercio online al PIB podría ser significativamente mayor.

"Uno de los retos que afronta la economía española es alcanzar un mayor equilibrio en la balanza de exportaciones e importaciones asociada a Internet. Esa balanza comercial online arrojó en 2009 un saldo negativo de 4.900 millones de euros. Los españoles gastamos en webs extranjeros una cifra 3,9 veces superior a lo que los webs españoles venden en el extranjero", señala BCG en su informe.

En este ámbito, España no está aprovechando todas sus hipotéticas ventajas. "Somos el cuarto editor de libros a nivel mundial, pero no aprovechamos todo el potencial de la lengua. En España se gravan los libros con un IVA del 4%. Sin embargo, el libro electrónico, que se está demostrando como el potencial de futuro para el sector, está gravado con un IVA del 18%, porque a través de una interpretación administrativa se calificó el libro electrónico como programa informático", recuerda Tutor. Con la lengua como ventaja diferencial, España podría aprovechar su posible papel como plataforma de venta a Latinoamérica, con lo que la balanza comercial de Internet se equilibraría. La Asociación Española de la Economía Digital pedía esta semana al próximo Gobierno que salga de las urnas el 20 de noviembre una batería de medidas para convertir a España en "paraíso digital". Entre ellas, establecer beneficios fiscales a la inversión privada en nuevos proyectos online, cambios en la gestión del IVA, incentivos a la internacionalización o aligerar las cargas administrativas que soportan las empresas.

Uno de los principales problemas para gravar la actividad económica online es determinar el lugar donde se produce la transacción. Se suele tomar como referencia el lugar donde está el servidor, que puede ser distinto al país que alberga la página web o desde el que se envían los productos o se efectúa el servicio. El concepto fiscal de residencia queda así totalmente desdibujado: las transacciones se producen en la nube, lo que genera dudas sobre el lugar de tributación y, por tanto, sobre cuál es la Administración que debe recaudar.

"Salta a la vista que urge un acuerdo internacional para encauzar el reparto de potestades tributarias entre el Estado de residencia y el Estado de la fuente. A falta del mismo, el comercio electrónico seguirá su evolución y aparecerán pronunciamientos administrativos o judiciales contradictorios acerca de la existencia o no de un establecimiento permanente en los supuestos de páginas web o de servidores, dada la disparidad de opiniones que se detecta actualmente", advierte el profesor Ramos.

Desde hace varios años hay un grupo de trabajo al respecto en la OCDE, pero otras urgencias económicas han relegado el debate internacional al respecto. "Este entorno es campo abonado tanto para la evasión como para la competencia fiscal entre países. Conscientes de ello, los Estados desplegaron una actividad de coordinación en materia de fiscalidad del comercio online bastante intensa a principios de la década anterior. Pero desde entonces el tema ha ido perdiendo peso en la agenda de fiscalidad internacional. Es importante recuperar el liderazgo y la dinámica de debate de entonces. Adaptar las normas tributarias a una realidad que ha cambiado sustancialmente en los últimos años. Ir a definiciones de localización de los intercambios más razonables y, sobre todo, más concretas. Y realizar una coordinación efectiva de las autoridades fiscales para que no se produzcan quebrantos importantes a las arcas públicas", señala Catalina Rams.

Una chica observa el catálogo de compra por la web de Zara.
Una chica observa el catálogo de compra por la web de Zara.SAMUEL SÁNCHEZ

El sector se cita en Madrid

Madrid acoge este jueves la quinta edición de la European E-commerce Conference, donde se presentará un informe sobre la situación del sector, realizado por el Grupo Correos y la agencia consultora de social media marketing, Territorio creativo.

- En el primer trimestre de 2011, el volumen de negocio del sector en España alcanzó los 2.055 millones, un 23% más que en el primer trimestre de 2010.

- La balanza comercial española online se resiente: en el primer trimestre ha registrado un saldo negativo de 613,6 millones.

- Electrodomésticos (9,4%), juegos de azar (6,6%) y agencias de viaje (6,5%) han sido los sectores con mayor volumen de negocio por Internet en el arranque del año.

- Los hombres hacen mayor uso del comercio electrónico que las mujeres, con una diferencia de cuatro puntos entre ambos.

- Ceuta es la región donde más ha crecido el uso del comercio electrónico entre la población desde 2007. Madrid, Baleares y Cataluña son, por este orden, las comunidades que más utilizan Internet con fines comerciales.

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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