_
_
_
_
_

El Papa quiere pedir perdón al mundo por los errores cometidos por la Iglesia en 20 siglos

Juan Pablo II envía a los cardenales un polémico documento para su estudio

Juan Arias

El papa Juan Pablo II, antes de ser hospitalizado por su reciente rotura de fémur, convocó a los. 140 cardenales a una reunión para los días 9 y 10 de mayo, y les envió un documento en el que les propone que, con motivo del gran jubileo del año 2000, la Iglesia tenga el coraje de pedir perdón al mundo por todas las atrocidades que ha cometido a lo largo de su historia. En él cita la necesidad de hacer "un examen de conciencia" por los errores cometidos en temas como "los tribunales de la Inquisición" las "guerras de relígión", o las "violaciones de derechos humanos".

Más información
Un innovador

En el documento, de 23 páginas, y aún secreto, aunque ha sido revelado en parte por la agencia de prensa italiana ADN-Kronos, entre los errores cometidos por la Iglesia, se hace referencia también, a "las persecuciones a científicos" como Galileo Galilei y, en general, "a todos los aspectos oscuros de su historia", analizados a la luz del Evangelio, al que se habría traicionado con dichos pecados. Errores y pecados que, según el documento papal, fueron cometidos "por sus hombres y de algún modo en nombre de la Iglesia".Consciente de que su decisión podría alborotar a la parte más conservadora de la teología tradicional, que nunca ha admitido que la Iglesia haya podido equivocarse, Juan Pablo II sale al paso subrayando que tal reconocimiento de los fallos de la Iglesia "no dañará el prestigio moral de la misma, sino que, al revés, se verá reforzado al tener el coraje de reconocer los errores cometidos". Y añade: "La Iglesia es santa como profesamos en el Credo,. pero es también pecadora como comunidad hecha de hombres pecadores".

Juan Pablo II les dice a los cardenales que el próximo año santo del 2000 -que sustancialmente debería ser idéntico a los demás años santos que se celebran cada- 25 años, pero que al mismo tiempo va a ser "más grande" por coincidir con un nuevo siglo- es una buena ocasión para que la Iglesia "tome conciencia, con lucidez, de lo mucho que sus fieles han sido infieles a lo largo de la historia pecando contra Cristo y su Evangelio".

Partiendo del caso de la condena de Galileo, del que se dice que "los órganos jerárquicos de la Iglesia sobrepasaron sus competencias", afirma el documento que "una mirada atenta a la historia del siglo que acaba puede permitirnos evidenciar otros errores semejantes, e incluso pecados, en el campo del respeto a la justa autonomía de la ciencia".

Nunca un Papa había sido tan explícito en condenar errores y pecados de la Iglesia. Hasta el punto que, según informaciones recogidas por EL PAÍS en Roma, ya hay cardenales que se han adelantado a decir que se trata sólo de "un borrador" de documento y que "tendrá que ser discutido". Y en privado, más de un cardenal de la Curia piensa que el Papa, en su afán de preparar el gran jubileo del 2000, ha podido "pasarse un poco".

En el documento se proyecta también un viaje espectacular de Juan Pablo II, nada menos que al monte Sinaí, lugar en el que Yahvé entregó a los judíos las Tablas de la Ley con los diez mandamientos, y donde desearía encontrarse con exponentes de las otras dos grandes religiones, hebraísmo e islamismo, que reconocen, como los cristianos, a Abraham como padre de todos los creyentes.

Y acaba con una propuesta no menos singular: que la Iglesia, antes del 2000, actualice su martirologio, introduciendo en él a "mártires desconocidos", y no sólo católicos, sino también ortodoxos y protestantes", p1ra dar a dicho martirologio "una elocuencia ecuménica". Según el Papa polaco, "los mártires han vuelto a aparecer en nuestro siglo", y suelen ser, añade, "soldados ignorados de la gran causa de Dios". Por eso pide que cada Iglesia local revise el catálogo de sus santos e incluya en ellos a los posibles mártires desconocidos, aunque no sean católicos. Con esta decisión, cree que podría lograrse, escribe, "un ecumenismo más elocuente y real".

Fin del Sínodo africano

El papa Wojtyla quiere hacerpues del 2000, como ha dicho él mismo, una especie de "encuentro pancristiano", una idea que debería, sin embargo, consultarse, afirma, con el Consejo Mundial de las Iglesias y con exponentes del gran concilio de las Iglesias ortodoxas que está en preparación. Y, por supuesto, dicha decisión deberá debatirse antes con los 140 cardenales convocados en Roma.

Ayer, desde su habitación del Policlínico Gemelli de Roma, donde se repone de su fractura de fémur, el Papa puso, con un mensaje grabado, punto final a los traba os del Sínodo de Obispos africanos. Juan Pablo II hizo un llamamiento para que se detenga la sangría en Ruanda "en nombre de Dios". "Que se depongan inmediatamente los odios y las armas que ya tanta sangre han hecho correr en aquella martirizada región. Ruanda y África necesitan la paz", pidió el Papa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_