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RELIGION

Presentación de la bula pontificia del año santo de la Redención

Juan Arias

"Si el Papa ha dicho que el nuevo año santo extraordinario es un desafío lanzado al hombre de hoy llamado a descubrir el sentido de la redención, esto quiere decir que estamos muy lejos de las interpretaciones inexactas que hablan de un 'año santo financiero' como una buena ocasión para cubrir las deudas del Vaticano". Estas palabras las pronunció ayer el presidente del comité central para el año santo, el arzobispo Mario Schierano.El gran jubileo que empezará el 25 de marzo próximo y acabará el día de Pentecostés de 1984, convocado por Juan Pablo II con motivo del 1.950º aniversario del año de la redención cristiana, fue oficialmente proclamado ayer con la presentación de la bula pontificia firmada por el Papa y que lleva como título "Abrir las puertas a Cristo".

El arzobispo Schierano negó rotundamente que el Vaticano vaya a ganar dinero con el año santo. Más aún, es muy posible, dijo, que pueda incluso perder dinero a pesar de que, según las intenciones del Papa, se va a tratar de un año jubilar "lo más sencillo y monacal posible". Por otra parte, añadió, es la primera vez que el año santo se podrá ganar simultáneamente en todas las iglesias del mundo y, por tanto, esto tendrá como consecuencia que "vendrán menos peregrinos a Roma y por tanto serán menores las entradas".

A quien le preguntó si una de las condiciones para ganar el jubileo, que es "hacer una obra de misericordia", podría significar cómo se hacía antiguamente en estas ocasiones, tener que dar una limosna a la Iglesia, el presidente del año santo respondió que, puesto que no se especifica, es evidente que se puede tratar de cualquier otra obra de misericordia, y no sólo de una limosna. Y que, aun en caso de querer dar una limosna, no es necesario que sea a la Iglesia, ya que puede también ser dada a un necesitado.

Indulgencia plenaria

Según la bula del Papa, las condiciones imprescindibles para ganar la indulgencia plenaria del año santo, que casualmente se celebra en el centenario del nacimiento de Lutero, que fue el gran fustigador de las indulgencias, son "la confesión personal e íntegra" y la comunión eucarística "dignamente recibida". Nada, pues, de "confesión comunitaria" ni de comunión hecha por "rutina" o sólo por el interés de ganar la indulgencia.Y, por lo que se refiere a los métodos para poder ganar el jubileo, el Papa propone tres modos para escoger. O participar en un acto litúrgico, organizado en la diócesis a este fin; o asistir a la administración pública de un sacramento como por ejemplo un bautismo; o hacer un viacrucis público o bien visitar una de las cuatro basílicas de Roma. Para quien no pueda venir a Roma bastará visitar una de las iglesias indicadas en cada diócesis por los obispos.

Parece ser que habrá normas especiales para que puedan ganar también el jubileo los católicos que viven en circunstancias irregulares, como, por ejemplo, los divorciados. Y, por último, deberá tratarse de un año santo con profundo significado "social y ecuménico".

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