_
_
_
_
_
Reportaje:

El 'señor de los leones' descansa en Kenia

El conservacionista británico George Adamson, nueva víctima de los furtivos

"Kenia es La Meca de la soledad, de miles de animales salvajes que conquistarían el corazón de Noé, y del sabor del peligro. Hoy, de estas tres cosas, este país africano únicamente nos muestra el peligro", escribía el viejo Adamson en su autobiografía, My Pride and Joy (1986). Amaba esa tierra y conocía los riesgos que esconde la inhóspita selva africana. Pero, finalmente, no se libró de la esencia rnisma de Kenia. Adamson descansa para siempre en un río seco, cerca de su hermano Terence y no muy lejos de la tumba de Boy, su león preferido. En el corazón de Kenia.Los shifta (bandidos armados) que asesinaron al conservacionista habían asaltado previamente al conductor de Adamson, cuando éste conducía a un huésped hasta la pista de aterrizaje cercana a Nairobi, situada a unos 250 kilómetros de Kampi ya Simba (Campo del león), la remota base de Adamson. Los bandidos le instaron a entregar dinero y otras pertenencias. El conductor ofreció resistencia, pero no le sirvió de mucho: los asaltantes le rompieron las dos piernas con una barra de hierro. Adamson oyó disparos y saltó a su Land Rover con tres de sus empleados para auxiliar al compañero.

"Cuando vimos el vehículo parado en medio de la carretera, le grité para que redujera la velocidad", cuenta Mohamed Maru, uno de los empleados, "pero Adamson prefirió seguir adelante, así que decidí saltar en marcha". Los cuerpos del naturalista y de sus dos empleados, Angala Solala y Ongetha Dikayo, aparecieron cosidos a balazos en el interior del Land Rover. Los bandidos, aparentemente un grupo de cazadores furtivos somalíes, se dieron a la fuga.

El viejo conservacionista no ha sido la primera víctima de este verano keniano. Durante los meses de junio y julio, cinco excursionistas han sido asesinados en las vastas áreas salvajes de Kenia, país cuyos recursos provienen, en buena medida, del turismo. Además, la tensión había crecido últimamente entre las tribus somalíes y George Adamson. Varios indígenas habían atravesado los límites territoriales, adentrándose en el Parque Nacional de Kora, en Kenia, para dar de comer a su ganado.

Tres detenciones

Tras el asesinato, el Gobierno keniano, que ha descartado móviles políticos en la muerte de Adamson, envió 350 hombres armados para que rastreen la zona en busca de los bandidos. Aparentemente, los shifta formaban parte de un grupo de cazadores furtivos que ha recorrido los parques de Meru y el Tsavo. La policía detuvo a tres personas, entre ellas al súbdito somalí Abdi Osman Sheuri. "Nos está ayudando en la investigación, pero no hay ninguna evidencia que lo involucre en el asesinato", ha afirmado el comisario de policía Elijah Sumbaiywo, responsable de las labores de investigación.George Adamson nació en la India en 1906, fue educado en el Reino Unido y llegó a Kenia en 1924, cuando todavía era una colonia británica. Allí se dedicó a construir carreteras, extraer oro y comerciar con machos cabríos, leche y botellas de whisky, hasta convertirse en un cazador profesional de los safaris kenianos en 1935. Una especie de aventurero que tres años después entró en el Departamento de la Naturaleza en calidad de guarda forestal.

En 1939 se casó con la zoóloga Joy Geffner, una australiana, natural de Troppau, que emigró a Kenia ese mismo año. En una de sus incursiones por la selva africana, Adamson mató a una leona, dejando huérfanas a tres crías. Dos de ellas fueros enviadas al zoo, pero bautizaron a la tercera con el nombre de Elsa. "El niño que nunca tuvimos", según afirmó en una ocasión el propio naturalista. La leona Elsa fue la protagonista de la novela de Joy, Nacida Libre, un éxito de ventas traducido a 11 idiomas y llevado finalmente a la pantalla. En 1961, Adamson abandonó el Departamento de la Naturaleza de Kenia, dos años antes de que Elsa falleciera a causa de una fiebre por garrapatas. Pero la leona y el matrimonio eran ya una leyenda en todo el mundo gracias al libro y a la película, protagonizada por Bill Travers en 1964.

Hombre galante

Durante el rodaje, los Adamson y los Travers se hicieron grandes amigos. "Era una persona maravillosa y un hombre muy galante", ha asegurado con voz lacónica Bill Travers tras conocer el fatal desenlace. "Las circunstancias de su muerte no me sorprenden nada. Era muy típico de él salir en ayuda de sus amigos".La pasión de George Adamson durante muchos años había sido cuidar a los leones y devolverlos a su estado natural salvaje, sobre todo a partir de 1964, fecha en que se trasladó al Parque Nacional de Meru. A pesar de que en una ocasión fue atacado por uno de ellos, equiparaba la vida de un animal con la de los humanos: "Pueden mostrarse impresionados, maravillosos, curiosos, feos o sencillos, como nosotros. Sin embargo, esta. especie, el resto de los grandes felinos y los elefantes están siendo aprisionados en unas reservas cada vez más pequeñas y menos numerosas. Algunos están asustados, otros ya han desaparecido".

El señor de los leones ha unido de nuevo su destino, años después, al de su compañera Joy, asesinada por un empleado a los 69 años, cuando se había divorciado de Adamson, y ya había sido picada por el amor hacia los leopardos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_