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El Vaticano anuncia oficialmente la excomunión de Marcel Lefebvre

Juan Arias

El Vaticano anunció ayer oficialmente la excomunión al arzobispo cismático Marcel Lefebvre, al obispo Antonio de Castro Mayer, que concelebró con él, y a los cuatro obispos por ellos ordenados. Al mismo tiempo, anunció la ampliación del permiso para celebrar la misa en el rito preconciliar, hasta ahora limitado a "casos particulares".

Se trata evidentemente de una medida de benevolencia conservadora para atraer a la fidelidad a Roma a los posibles secuaces de Lefebvre a quienes, en el decreto oficial, se les comunica que si ahora no se alejan del arzobispo cismático incurrirán ellos también automáticamente en excomunión.Por su parte la Congregación para los Obispos, presidida por el cardenal africano Bernardin Gandin, ha comunicado a Lefebvre que está excomulgado no una sino dos veces según los canónes 1364 y 1382 del nuevo código de Derecho Canónigo, es decir por haber ordenado obispos sin el consentimiento del Papa y por haber dado vida a un nuevo cisma en la Iglesia.

En cuanto al permiso para los sacerdotes católicos de poder celebrar en adelante sin ninguna cortapisa la misa según el viejo rito de antes del Concilio, se ha sabido ahora que esta concesión figuraba ya en el acuerdo entre el Vaticano y Lefebvre, para toda su Fraternidad. Ahora que dicha Fraternidad ha roto con la Iglesia de Roma, el Papa ha extendido este privilegio a toda la Iglesia para intentar de este modo aislar al arzobispo cismático.

La celebración de la misa con arreglo al rito latino preconciliar había sido expresamente prohibida por la Iglesia. Juan Pablo II, pensando precisamente en Lefebvre, lo había autorizado, aunque sólo en "circunstancias particulares".

Ha sido creada también la comisión pontificia que colaborará con los obispos para ayudar a todos los sacerdotes, seminaristas y religiosos que hasta ahora estaban unidos a Lefebvre y que seguirían excomulgados si continuasen a su lado, a permanecer en la unidad de la Iglesia.

L'Obsservatore Romano, órgano oficioso de la Santa Sede, calificó ayer de "pecado de soberbia" la actitud cismática del arzobispo Lefebvre, mientras afirrila que a pesar de todo la Iglessia "seguirá sacando cosas nuevas y antiguas de su patrimonio sin necesidad de rupturas".

Acto cismático

El decreto de la Congregación para los Obispos dice textualmente: "Monseñor Marcel Lefebvre, arzobispo emérito de Tulle, habiendo (pese a a la admonición formal del pasado 17 de junio y a las repetidas intervenciones para que desistiera de su intento) cumplido un acto de naturaleza cismática mediante la consagración episcopal de cuatro presbíteros, sin mandato pontificio y contra la voluntad del Sumo Ponífice, incurrió en la pena prevista por el canon 1364, párrafo 1 ["El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae"] y por el canon 1382 ["El obispo que confiere a alguien la consagración episcopal sin mandato pontificio, así como el que recibe de él la consagración, incurren en excomunión latae sententiae"] del códico de derecho canónico".

"Declaro a todos los efectos jurídicos", sigue diciendo el cardenal Gantin, "que tanto monseñor Marçel Lefebvre, como Bernardo Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Wiliamson y Alfonso de Galarreta [los cuatro obispos oconsagrados en Econe] incurrieron ipso facto, por el mismo hecho, en la excomunión latae sententiae reservada a la sede apostólica. Declaro además que monseñor Antonio de Castro Mayer, obispo emérito de Campos, habiendo participado directamente en la celebración litúrgica como coconsagrante y habiendose públicamente adherido al acto cismático, incurrió en la excomunión latae sententiae prevista por el canon 1364. Párrafo 1".

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