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Reportaje:

Lincoln no habría muerto en 2007

Un congreso médico asegura que el presidente de EE UU hubiera sobrevivido a su asesinato con la tecnología actual

El mítico presidente de EE UU Abraham Lincoln podría haber sobrevivido a su asesinato si la tecnología médica de hoy hubiera existido en 1865. Cómo habría afectado a la historia está menos claro, según ha explicado el historiador y médico Thomas Scalea, en el marco de la conferencia anual sobre la muerte de personajes históricos celebrada en la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland.

Aunque la conferencia analiza habitualmente la muerte de personajes históricos para determinar si el diagnóstico de la época era correcto, la reunión de este año se centra si Lincoln (12 de febrero de 1809 - 15 de abril de 1865) se podría haber salvado y el impacto que su supervivencia hubiera tenido en la política de EE UU. Lincoln, de formación abogado y primer presidente republicano del país, murió el 15 de abril de 1865, tras haber sido tiroteado la noche anterior por el actor John Wilkes Booth. Poco antes de su toma de posesión, Lincoln sí sobrevivió a una tentativa de asesinato en Baltimore (Maryland), lo que le llevó a viajar en secreto y disfrazado a Washington.

Pero murió en el segundo intento. El 14 de abril de 1865, Lincoln, propulsor del "gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo", se reunió por última vez con el general Grant, que declinó su invitación de ir con él y su esposa a un evento social aquella tarde. Lincoln y su esposa acudieron al teatro de Ford para ver Nuestro Primo Americano, una comedia musical. Cuando Lincoln se sentó en el balcón, Wilkes Booth, del sur de Virginia, disparó un único tiro con una pistola de bala redonda a la cabeza del presidente. El asesino gritó en latín Sic semper tyrannis! ("Así siempre a los tiranos", lema del Estado de Virginia). Booth saltó desde el balcón al escenario, rompiéndose una pierna, mientras Lincoln agonizaba. El asesino alcanzó cojeando su caballo y se fugó pero fue capturado y ahorcado.

Sobrevivió a la viruela

Scalea, responsable del Centro de Shock y Trauma de la citada universidad, ha señalado que las heridas cerebrales causadas por el disparo que le pudieran haber quedado son imprevisibles, pero Lincoln podría haber tenido posibilidades de sobrevivir. "Es un poco difícil de saber, pero creo que es justo decir que no es una herida necesariamente fatal, no tiene por qué morir", ha precisado. Además de salvar al 16º presidente de Estados Unidos, los métodos actuales también podrían haber mantenido sus habilidades cognitivas porque el disparo fatal no hirió los lóbulos frontales del cerebro de Lincoln, que son responsables del lenguaje, emoción y resolución de problemas, ha manifestado Scalea. Sin embargo, tendría que haber pasado meses de recuperación y se desconoce si hubiera podido volver a hablar, ha añadido.

En el mismo congreso, los investigadores han revelado que la muerte rondó a Lincoln en forma de viruela antes del atentado. Tras dar un discurso de la guerra de secesión, Lincoln cayó enfermo con todos los síntomas de la viruela: fiebre alta, debilidad, dolor intenso en la cabeza y la espalda, fatiga extrema y las erupciones de la piel, que le afectaron durante tres semanas a finales de 1863. Al principio, sus médicos pensaron que eran unas fiebres antes de que otro doctor le dijera que él tenía una forma suave de viruela. Esta enfermedad, que no fue erradicada en EE UU hasta 1979, se extendió en 1800 y mató al 30%de sus víctimas. Armond Goldman, profesor emérito de medicina en la Universidad de Tejas, asegura que si la viruela se hubiera llevado al político "indudablemente habría cambiado la historia del país".

"Al menos, los objetivos logrados durante el resto de la Presidencia Lincoln habrían sido obtenidos menos rápidamente y quizá de forma menos completa", ha añadido. Porque al político le quedaba mucho por hacer. En noviembre de 1863, Lincoln lanzó su famoso discurso de Gettysburg en un cementerio de Pensylvania. En 1864, bajo el mando de Lincoln, sus Ejércitos emprendieron campañas decisivas contra las fuerzas confederadas que llevaron al derrumbamiento de la rebelión en los estados del sur en la primavera de 1865.

El Lincoln Memorial, en Washington.
El Lincoln Memorial, en Washington.

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