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La oposición de la Iglesia a la campaña 'Póntelo, pónselo' propició su éxito, según un estudio oficial

La campaña Póntelo, pónselo, realizada por los ministerios de Sanidad y Asuntos Sociales hace un año para potenciar el uso del preservativo entre los jóvenes, generó una mayor preocupación por las enfermedades de transmisión sexual como el sida, siendo "la polémica surgida en torno a ella el principal transmisor de esa iniciativa", según las conclusiones de una investigación realizada por encargo de Sanidad. En esa polémica desempeñó un papel determinante la oposición frontal de la Iglesia y colectivos católicos a la campana, que llegaron a presentar un demanda.

Esta oposición, planteada desde días antes de iniciarse la campaña, dio lugar a una larga serie de artículos de prensa y programas de debate en radio y televisión, propiciando que la campaña llegara, "con porcentajes importantes, a sectores de la población que han estado siempre al margen de este tipo de campañas-mensaje: población de mayor edad, bajo nivel de estudios, situación socioeconómica baja y núcleos de población pequeños" según se dice en el informe.El estudio señala que el 81% del total entrevistado y el 87%, en el caso de los jóvenes, recuerdan la campaña. El 71% a través de la publicidad directa, pero también por otros elementos que a rodearon, como la polémica cogida en programas de radio y televisión. Un 59% de los encuestados afirma que siguió la campaña a través de debates televisivos y un 15,2% en la radio.

De todos los anuncios, el de mayor impacto fue el emitido en televisión: un profesor interrogaba a varios jóvenes sobre la posesión de un preservativo encontrado en el vestuario de un gimnasio. Tras éste, se sitúan los carteles de vallas y cabinas telefónicas.

En líneas generales, lo que más ha gustado de la campaña ha sido la "claridad" y "naturalidad" del mensaje. Sólo un 9,7% dice que no ha habido nada que le haya gustado, frente al 39% que opina lo contrario. Un 57% afirma que le gustaría volver a ver los anuncios y sólo un 4,8% percibió cierta inmoralidad -incitación a la sexualidad de los jóvenes- en ellos.

Objetivos

El estudio destaca también que el mensaje percibido con mayor claridad se refiere a los contenidos -usar perservativo- más que a los objetivos de la campaña: prevención de enfermedades de transmisión sexual (40%) o evitar embarazos no deseados (37%). Perder la vergüenza frente al preservativo es, quizá, lo menos percibido, incluso por los jóvenes. Aún así, las tres cuartas partes reconocen que después de la campaña se sienten con más capacidad para "facilitar información", "prevenir problemas" y "desmitificar el preservativo".

Métodos anticonceptivos

El estudio, realizado por la empresa Cuanter, revela que el 99% de la población sabe que el sida es una enfermedad de transmisión sexual. La sífilis aparece identificada también como enfermedad sexual (94%), aunque no ocurre lo mismo con la hepatitis B (87%), gonorrea (82%) y herpes (51%).

En cuanto al conocimiento de los métodos anticonceptivos entre los jóvenes, especialmente la píldora y el preservativo, el informe considera que es "muy elevado". El 78% menciona espontáneamente esos métodos y un 79% afirma que el preservativo es el método más utilizado entre los jóvenes. Este porcentaje se eleva al 85,5% en las respuestas del colectivo masculino.

Destaca que sólo un 8,7% de los jóvenes menciona el coitus interruptus, segundo método utilizado por la población en edad fértil. El 12% de los jóvenes entre 15 y 19 años considera que en su círculo no se utiliza ningún método; de igual modo opina el 2,4% de los comprendidos entre 20 y 24 años. El uso de condones en situaciones en las que no se conoce al individuo parece compartida por la mayoría.

Estos datos son significativos, 3i se tiene en cuenta que el 80% de los jóvenes reconoce que la mayor parte de sus amigos comprendidos entre 20 y 24 años mantienen relaciones sexuales. Éstas son esporádicas entre los menores, de 19 años. Sólo el 46% de ambos colectivos cree que esas relaciones son siempre con la misma pareja. Es decir, el 54% no tienen pareja estable, siendo esta característica la que convierte a los jóvenes en un colectivo de riesgo frente al sida, según Gerardo Clavero, secretario general del Plan Nacional del Sida.

Con respecto a la actitud de los padres, las personas de 25 a 54 años se muestran más liberales de lo que perciben los jóvenes, ante la posibilidad de que sus hijos mantengan relaciones sexuales. Jóvenes y adultos coinciden en que los primeros se "están tomando a la ligera los embarazos no deseados".

Planteada como una iniciativa enfocada especialmente a los jóvenes, los mayores de 35 años consideran, en cambio, que la campaña Póntelo. Pónselo es "útil para los padres".

Esta opinión es mayoritaria entre aquellos que tienen hijos mayores de 15 años. Curiosamente, quienes tienen hijos menores de esa edad y quienes se confiesan católicos practicantes aluden a la "utilidad de la campaña para los fabricantes, de preservativos".

El estudio, realizado el pasado junio, incide en el objetivo de la campaña: los jóvenes. Por ello, en la encuesta, realizada con una muestra de 1.262 individuos de 15 años a 54, el 70% (783) son menores de 24 años.

Da vergüenza comprarlos y manipularlos

La campaña Póntelo, pónselo contribuyó a poner sobre la mesa del comedor como tema de conversación las relaciones sexuales y los preservativos, según se desprende del informe realizado por encargo del Ministerio de Sanidad. Así, un 36% de los entrevistados dice haber hablado en su casa sobre la eficacia de los condones. Ese porcentaje sube cinco puntos en los individuos de 25 a 54 años con hijos menores de 15 años. De todas maneras, los jóvenes reconocen que comentaron con mayor profusión la campaña con sus amigos que con sus progenitores.Algunos de esos comentarios se reflejan, sin duda, en el extenso apartado que destina el informe a analizar el conocimiento que tienen los españoles sobre las enfermedades de transmisión sexual, los métodos anticonceptivos y su concepción sobre el preservativo.

Así, por ejemplo, un 56% se muestra de acuerdo con la frase "a la gente le suele dar vergüenza ponerse o que su pareja se ponga un preservativo". Ese porcentaje es similar a los que piensan (55%) que "da vergüenza comprarlos", y un 48% cree que los condones "quitan placer a la relación sexual". En conjunto, un 92% los considera seguros para prevenir las enfermedades venéreas, y un 64% los considera también como anticonceptivo eficaz.

Con respecto a éstos, hasta los 34 años no hay nadie que no conozca algún método de planificación familiar, situación que sí se da en el 3,7% de los encuestados mayores de 45 años. En cuanto a la seguridad, los métodos considerados como más seguros por los españoles son la píldora (32%) y el preservativo (27%), por delante incluso de las esterilizaciones, masculina (14%) o femenina (13%). Esa percepción cambia según la edad, siendo los más jóvenes -entre 15 y 19 años- los que piensan mayoritariamente (48%) que el preservativo es, con diferencia, el método más seguro. El 52% de ese grupo considera, además, que es el más cómodo de utilizar. Entre los argumentos a favor del preservativo sitúan también "que es seguro y eficaz" (15%). En cuanto al nivel de formación, el uso de condones, situado globalmente entre los jóvenes en el 79%, desciende entre aquellos que han terminado los estudios de EGB hasta el 63%.

"Curiosamente", señala el informe, "sólo un 7% considera que la gente no usa ningún método anticonceptivo, y otro 5% manifiesta que utiliza el coito interrumpido. Estos resultados no se corresponden con la gran incidencia de embarazos entre las jóvenes".

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