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Alerta sanitaria

México vuelve a la normalidad, a los atascos y los 'cuidacoches'

Salvador Camarena

¿Vuelta a la normalidad? Llega uno al edificio donde trabaja y hay que untarse gel antibacteriano en las manos, además de ponerse una mascarilla. O no entra. ¿Vuelta a la normalidad? No hay ni cines ni teatros abiertos. Y los que quieran abrir en el resto del país deben dejar dos butacas vacías por cada una que se ocupe, hacia los cuatro lados. ¿Normalidad? Los restaurantes cancelaron la mitad de su aforo para dejar más espacio entre comensales, y los bares siguen cerrados. ¿Normalidad, cuando han aumentado a 42 los decesos oficiales por H1N1 y la cuenta de contagiados, dicen, seguirá creciendo? Pues sí, a pesar de todo eso, ayer la ciudad de México parecía, finalmente, la misma de siempre.

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"Me da gusto porque ya tengo pasaje, hubo dos o tres días que no saqué nada", dice el taxista José Luis. "Pero no me da gusto porque, mire, no nos movemos". En efecto, adiós a las calles y avenidas vacías, libres de atascos.

Doce días sin propinas

Los coches mueven la economía. Si no, que le pregunten a Fernando Cisneros, que los cuida. Se les llama "viene-viene", la palabra que más pronuncian cuando ayudan a alguien a aparcar. Fernando está en el estacionamiento de un banco. Y los 12 días pasados le representaron pérdidas. "Es que yo voy al día", explica. De los 10 euros que suele obtener de propinas en cada jornada, en las pasadas sólo ganaba unos cuarenta pesos (menos de tres euros).

Normalidad es también ahora ver siempre en los medios al ministro de Salud, José Ángel Córdova, quien por decimotercer día consecutivo salió ayer por la mañana a informar: 42 decesos de 1.112 casos confirmados. El presidente Felipe Calderón mandó señales cruzadas: en tono triunfalista dijo que los mexicanos salvan a la humanidad, pero unas pocas horas después pidió a la población no bajar la guardia.

El mediático columnista del Excelsior Leo Zuckerman pedía no enjuiciar aún a las autoridades por lo que hicieron, o no, en la contingencia, sino por lo que no hicieron antes de ella, como dotar a México de laboratorios que puedan detectar virus como el H1N1.

"A estas alturas yo no me atrevo a hacer un juicio sobre si los Gobiernos en México han actuado bien o mal en esta crisis epidémica. Lo que sí me atrevo a afirmar es que fracasaron para detectarla a tiempo y medirla en su justa dimensión", decía el periodista.

Una camarera con mascarilla, ayer en un restaurante de México DF.
Una camarera con mascarilla, ayer en un restaurante de México DF.AFP

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