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Entrevista:

"Muchos especialistas extirpan lesiones de colon sin saber si son cancerosas"

Hace 15 años Yutaka Saito, de 42 años, hacía su doctorado de Medicina Interna en la Universidad de Gunma (Japón). Allí supo de la existencia de una técnica endoscópica que permitía diagnosticar a la vez que tratar el cáncer digestivo. Desde ese momento su objetivo fue claro: especializarse en esta materia y trabajar en el National Cancer Center Hospital de Tokio. Hoy es jefe de servicio de la unidad de Endoscopia de colon del hospital japonés, pionero y el mayor experto en disección endoscópica submucosa (DES) en cáncer de colon. Este procedimiento, indicado en cánceres precoces, permite tomar muestras y extirpar lesiones planas enteras de hasta unos 10 centímetros mientras que con las técnicas endoscópicas convencionales sólo se resecan hasta dos. Con esta técnica se mejoran los resultados de curación y se mantiene intacta la calidad de vida del paciente.

La DES es poco conocida en los países occidentales donde los cánceres digestivos precoces, los que afectan a la mucosa (capa más superficial del tejido) se tratan con técnicas endoscópicas de succión (capuchas plásticas, o también ligadura con bandas elásticas), o mucosectomía digestiva, una resección endoscópica de la lesiones planas de la mucosa. El uso de ambas está limitado al tamaño de la lesión. La primera, elimina en bloque hasta 1,5 centímetros y, la segunda, hasta dos. Si las lesiones son mayores se recurre a la cirugía tradicional donde ya se atraviesan las cuatro paredes del área afectada del colon.

Japón es el país con mayor incidencia de cáncer de estómago en todo el mundo, lo que le ha conducido a investigar y trabajar intensamente en el diagnóstico y tratamiento precoz de este cáncer. Saito explica que esta técnica consiste en hacer una disección de la submucosa para resecar una lesión que se encuentra en la mucosa."Así", subraya, "se pueden extirpar lesiones superficiales de mayor tamaño en bloque y mantener las capas internas del órgano lesionado".

El primer paso de este procedimiento consiste en hacer una cromoendoscopia amplificada, prueba que aumenta hasta 100 veces la imagen de la mucosa y tiñe la lesión con un contraste conocido como índigo carmín. Luego, se delimita el tamaño y los bordes de la lesión, después se marca y, finalmente, se corta con un bisturí endoscópico llamado IT knife, herramienta básica para hacer este tipo de intervención y que fue desarrollada por los doctores Ono y Hosokawa, del Nacional Cancer Institute en 1994. No se requiere anestesia, el paciente no sufre dolor después de la operación, y tampoco aparecen adherencias como ocurre en la cirugía convencional.

Saito, pionero en la implantación de esta técnica y con la mayor casuística en cáncer de colon, viajó al Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón, de Cáceres para participar en un curso de formación en el que también participaron Adolfo Parra, del hospital Central de Asturias, introductor de esta técnica en España, y Akiko Ono, del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. Ambos expertos se entrenaron en el National Cancer Center Hospital.

Durante su intervención, Saito presentó los resultados de 375 casos de cáncer de colon. Los datos revelan que el 84% de las lesiones tratadas fueron curativas, esto es, que por donde se cortó la mucosa estaba sana y el cáncer no se extendió; que el 86% de los tumores se diseccionaron de una sola pieza, lo que significa que estos pacientes no sufrirán una recaída; y que las perforaciones que se produjeron (3,7%) se resolvieron de forma endoscópica. Resultados similares se obtuvieron en las primeras 200 intervenciones, publicadas en el volumen 66 de la revista Gastrointestinal Endoscopy en noviembre de 2007.

"Hemos demostrado que esta técnica puede ser curativa en cánceres precoces de gran tamaño que, habitualmente, hubieran requerido una cirugía convencional y, además, mantiene intacta la calidad de vida del paciente. Esto es especialmente relevante en los pacientes con cáncer de recto que con la cirugía tradicional tienen una calidad de vida muy mala; no sólo por el hecho de la colectomía, extirpación completa del recto y del ano que luego les obliga a llevar una bolsa para defecar, sino que, también sufren otros cambios en los hábitos defecatorios e incontinencia", apunta el endoscopista.

Saito insiste en la importancia de diagnosticar el estadio del cáncer antes de intervenir. "Hace unos años se primaba el diagnóstico y el uso de la mejor técnica y ahora muchos especialistas tienden a extirpar las lesiones porque son grandes sin diagnosticar que el cáncer es precoz. Así, puede suceder que este avanzado y la intervención no sea curativa".

Este experto también hace hincapié en la complejidad de la técnica y la necesidad de un aprendizaje progresivo, de menor a mayor dificultad, tanto en el entrenamiento en modelo animal como en la práctica clínica por tipo de órgano intervenido: primero el estómago, luego el esófago, y después, el colon.

"El desarrollo reciente de otros bisturíes y accesorios técnicos al igual que la aparición de nuevas sustancias que se mantienen más tiempo en la submucosa para facilitar una disección completa han hecho posible que esta técnica se extienda a órganos complejos y se estandarice pero es necesario continuar la investigación tanto diagnóstica como terapéutica y la formación para conseguir una resección segura, eficaz, y pueda ser utilizada por profesionales experimentados de todo el mundo", agrega el especialista, que también presentó este abordaje en la Semana Europea de Gastroenterología de 2008 celebrada en Viena (Austria).

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