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SANIDAD

132 personas han muerto en España contagiadas de SIDA por transfusiones y derivados de la sangre

En España han fallecido hasta el 30 de junio de este año, fecha de los últimos datos actualizados por el Ministerio de Sanidad y Consumo, 33 personas infectadas por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) tras recibir una transfusión de sangre contaminada con el virus VIH y otras 99 que recibieron tratamiento con hemoderivados. Estas cifras no son consideradas alarmantes por Rafael Nájera, director del Instituto Carlos III. Sanidad ha reconocido la existencia de 3.384 casos declarados de SIDA, de los que han muerto 1.364.

"La cifra de receptores de transfusiones y hemoderivados que han fallecido por SIDA es similar a la de otros países importadores, como España, de plasma procedente de Estados Unidos", afirma Rafael Nájera, coordinador de un grupo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para investigar sobre el virus VIH, causante del SIDA.Las transfusiones de sangre fueron una de las principales fuentes de contagio antes de que se regulara en España, en febrero de 1987, la obligatoriedad de analizar todas las donaciones para comprobar que no estaban contagiadas. En total, 54 personas han desarrollado el SIDA tras recibir una transfusión sanguínea a consecuencia de un accidente o intervención quirúrgica y 33 de ellos han fallecido. Cinco de éstos (cuatro varones y una hembra) eran menores de 12 años. La distribución por sexos en los otros 28 fallecidos está más igualada: 15 hombres y 13 mujeres.

"Estas cifras hablan de una realidad retrospectiva que poco a poco va disminuyendo", dice Nájera, "porque actualmente tanto la sangre que se dona como la que importamos pasa unos severos controles". Precisamente uno de los problemas que se han planteado recientemente en el mercado común ha sido la necesidad de unificar la normativa existente sobre las donaciones de sangre. En algunos países, como Alemania Occidental, donde tienen mucho peso los laboratorios, están admitidas las donaciones retribuidas. Éstas están contaminadas con mucha más frecuencia que las donaciones altruistas. Para solventar este problema, el Consejo de Ministros de Mercado Interior de la Comunidad Europea (CE) aprobó recientemente una directiva que establece un sistema riguroso de control de fabricación y de condiciones de calidad de los medicamentos derivados de plasma y sangre humana, cuyo objetivo es garantizar la libre circulación de estos productos farmacéuticos en la CE e impedir la transmisión de enfermedades infecciosas, como el SIDA o la hepatitis.

Demandas

El miedo a ser rechazados por su entorno social al reconocerse como enfermos de SIDA ha hecho que muy pocos de estos afectados se hayan decidido a presentar una demanda solicitando una indemnización a los responsables de los centros sanitarios. En la residencia del Valle de Hebrón, de Barcelona, una paciente de 43 años de edad presentó hace un año una querella contra los responsables del hospital por haber recibido una transfusión contaminada, el 14 de mayo de 1986, en una operación ginecológica.Pero el incidente con mayor impacto público se produjo en la residencia Príncipes de España, en Bellvitge (Barcelona), en otoño de 1986, cuando se descubrió la existencia de anticuerpos del SIDA en el banco de sangre del hospital. Las transfusiones practicadas durante aquellos meses provocaron que dos pacientes sean en la actualidad portadores del anticuerpo. Un tercer interno que recibió sangre contaminada falleció a causa de otra enfermedad.

A consecuencia de este hecho, la Audiencia de Barcelona procesó a Fortunato Frías, ex gerente de la residencia; Josep Maria Capdevila, ex director, y a los médicos Carme Ferran Camps y Antoni Rubió Baget, responsables del banco de sangre. El fiscal ha pedido la pena de un año de prisión para todos ellos. La acusación pública también pide al Instituto Catalán de la Salud como responsable civil subsidiario, una indemnización de 10 millones de pesetas para cada afectado.

En España hay, aproximadamente, 2.500 hemofílicos (enfermedad transmitida por las mujeres y que afecta exclusivamente a los hombres). Estos enfermos están en riesgo constante de sufrir graves hemorragias, ya que carecen de uno de los 12 factores de coagulación. Necesitan tratamiento de por vida con hemoderivados, siendo el producto más frecuente el denominado Factor VIII. La Comisión de Política Social y Empleo del Congreso de los Diputados se opuso, el 28 de junio pasado, a indemnizar los fallecimientos de hemofílicos a causa del SIDA. La proposición no de ley de Izquierda Unida fue apoyada por todos los grupos parlamentarios excepto el socialista.

Discriminación

El portavoz socialista en el debate, José Correas, explicó entonces su voto negativo aduciendo que "las angustias, los sufrimientos físicos y psíquicos no pueden interpretarse de forma diferente en función de un distinto factor de riesgo de los infectados por el virus del SIDA. Sería atentatorio contra la equidad el establecer indemnizaciones para un tipo de infectados y no para otros. Además, introduciría una forma de estigmatización para los pacientes con otros factores de riesgo, porque significaría que hay personas que contraen la infección de manera más involuntaria".

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