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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Nuclear sí, pero subvencionada

El Reino Unido ha lanzado un programa para que si alguna empresa privada quiere, pueda construir nuevas centrales nucleares. Los detalles son importantes. Si alguna empresa privada quiere significa que no habrá dinero público para construir las plantas. Ni para tratar los residuos, radiactivos durante decenas de miles de años.

Cuando el lobby nuclear pide planes para construir centrales suele pensar en un proyecto de inversión a largo plazo con ayuda pública. Es cierto que la planificación energética es de interés nacional, no sólo de Endesa o Iberdrola. Pero a menudo los mismos que critican las primas a las energías renovables apuestan por subvencionar la energía nuclear. Conviene tenerlo en cuenta.

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La energía nuclear tiene ventajas evidentes: es estable y predecible. En España produce un 20% de la electricidad y basta que un año las plantas funcionen mal para que las emisiones de CO2 se disparen y el país se aleje aún más del Protocolo de Kioto y de su compromiso contra el cambio climático. Conviene recordarlo.

Pero a la vez, un atentado terrorista sería una catástrofe, los residuos siguen sin solución y queda la duda de la proliferación. "A ver si todos los pronucleares que han surgido en España apoyarían una central rusa en Tánger", sostiene un alto cargo español contrario a esta energía.

Esos son problemas ciertos, aunque lo que realmente ha lastrado la energía nuclear es que una central se sabe cuándo se empieza pero difícilmente se puede predecir cuándo se acabará. Los costes y el tiempo de construcción se suelen disparar,como demuestra el ejemplo finlandés, al que toda Europa mira con lupa. Ante esto, ¿qué eléctrica está dispuesta a arriesgar sus balances en una obra que no sabe cuándo acabará? ¿Qué ejecutivo se presentaría ante sus accionistas con ese proyecto si no cuenta con dinero público? En España parece que ninguno. Alargar la vida de las centrales existentes sí que sería un negocio. Y en eso están.

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