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El PNV exige avisar del aborto de las menores a sus familias

Supedita a diez enmiendas su apoyo a la reforma legal

El PNV presentó ayer los requisitos que planteará al Gobierno para sumarse a la reforma legal del aborto. Un polémico apoyo que, anunciado para la primera votación del texto, ya ha motivado críticas entre algunos veteranos militantes y en el seno de la Iglesia católica, que incluso instó al partido a "recapacitar". La llave de los seis votos nacionalistas en el Congreso la tiene un conjunto de diez enmiendas a las que se supedita el visto bueno.

Pese a que en un documento aprobado la semana pasada el partido apoyó las grandes líneas del proyecto del Gobierno y el derecho a la "confidencialidad" de las menores, ahora en su enmienda exige la "necesaria" comunicación de la interrupción voluntaria del embarazo a los familiares de las jóvenes de 16 y 17 años, a quienes la nueva ley facultará abortar sin el permiso paterno.

El partido no hizo público el detalle de la propuesta, pero fuentes del mismo indicaron su disposición a establecer excepciones a esta regla para situaciones de malos tratos, familias desestructuradas, mujeres emancipadas o similares, informa Fernando Garea.

No es la única cuestión de peso que presenta el PNV en sus mejoras parciales de la reforma legal. En consonancia con el resto de los grupos de izquierda de la Cámara baja, el partido nacionalista plantea también el reconocimiento de la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios a la práctica del aborto y encomienda al Gobierno la elaboración, "en un plazo de seis meses", de un proyecto de ley para su regulación. "Se trata de salvaguardar las garantías de participación de los médicos con arreglo a sus creencias personales", explicó ayer en Bilbao el portavoz peneuvista en el Congreso, Josu Erkoreka. Del resto de enmiendas, cuatro persiguen "salvaguardar" las competencias de las autonomías en materia de sanidad. Otras dos exigen que el aborto sólo se pueda practicar por "especialistas" y en centros "sanitarios". La restante aboga por suprimir del texto las expresiones retóricas que conllevan una "carga ideológica" y causan "controversias".

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, reconoció ayer que las enmiendas "aún no han sido objeto de negociación" con el Gobierno. El debate de totalidad se celebrará el día 19 y las enmiendas se abordarán semanas después. El dirigente insistió en que la posición del partido se ha adoptado "con absoluta normalidad", tras meses de reflexión, y recordó que "no estamos ante un debate sobre la vida o la muerte", sino ante un intento por mejorar la regulación de una práctica que "no por ser un fracaso se aleja de la realidad social". El PP, sin embargo, se definió ayer como el único partido "humanista" que queda, después de que el PNV se haya "ido", en su opinión, "para otro lado".

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