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Escritores y académicos defienden en un volumen el precio fijo de los libros

Temen la desaparición de las pequeñas librerías

La defensa del precio fijo del libro es el motivo común de los 21 artículos periodísticos que recoge En defensa del lector. Precio fijo del libro. ¿Por qué?, un documento editado por la Federación Española de Cámaras del Libro que ayer fue presentado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El texto recoge la opinión de académicos como Antonio Muñoz Molina y Luis María Ansón, y escritores como Antonio Gala, Juan José Millás, Javier Marías, Vicente Molina Foix o Juan Manuel de Prada. Todos ellos comparten el temor de que la medida haga desaparecer las pequeñas librerías.

Ayudas a los institutos

El "otoño caliente" en defensa del precio fijo del libro que anunciaron el pasado mes de junio editores, distribuidores, libreros y escritores ha comenzado. La liberalización de los descuentos de los libros de texto, aprobada por el Gobierno del PP el pasado mes de junio, y el temor a que la liberalización se extienda a otro tipo de volúmenes (una posibilidad que estudia el Ministerio de Cultura), ha provocado en los últimos meses numerosas protestas de los representantes del sector, respaldadas por académicos, intelectuales y por los últimos implicados, los lectores.En defensa del lector. Precio fijo del libro. ¿Por qué? recoge 21 artículos sobre el tema publicados en diarios como Abc, El Mundo, La Razón, La Vanguardia y EL PAÍS. La presentación del libro sirvió como excusa para reunir a intelectuales, editores y representantes de los libreros en defensa del precio fijo. Entre los participantes en el acto, moderado por la periodista Concha García Campoy, figuraban Elvira Lindo, Emilio Lledó y Josefina Aldecoa. También asistieron editores como Francisco Pérez González y Jorge Herralde, y escritores como Antonio Muñoz Molina y Manuel de Lope.

La escritora y guionista Elvira Lindo pidió en su intervención que el Estado conceda ayudas a los institutos para que adquieran libros de texto y los pongan a disposición de las familias. Lindo elogió el papel del librero tradicional y dijo que la mejor forma de aficionar a un niño a la lectura es "enseñarle el camino de la librería". La autora de la serie de Manolito Gafotas dijo que entristece que desaparezcan libros simplemente porque no están de moda, y añadió su deseo de que los lectores también puedan comprar aquellas de sus obras que son menos leídas.El libro presentado ayer incluye cartas al director y recoge viñetas de humoristas como El Roto, Forges y Romeu. La mayor parte de los artículos muestran la preocupación que despertó la reciente liberalización de los descuentos en los libros de texto. Días antes de ser aprobada, Juan José Millás decía en EL PAÍS: "Su desaparición significaría la condena a muerte del librero vocacional, del editor raro, del lector insobornable, del distribuidor heroico y de géneros minoritarios como la poesía o el ensayo. Y esto es así porque ninguna librería pequeña podría competir en precios con las grandes superficies".

Muñoz Molina opinaba en El País semanal en julio: "Es mentira que la libertad de precios abarate los libros: abarata, desde luego, unos cuantos títulos, los de venta masiva, y a los otros, los minoritarios, los que se venden más despacio, simplemente los hace desaparecer". Y Juan Manuel de Prada lamentaba la medida en Abc: "Esta medida abyecta sólo servirá para arruinar a unos cientos de miles de libreros incapaces de competir con esos hangares comerciales que venden libros como si fuesen condones o salchichas".

Javier Marías hacía una advertencia en EL PAÍS en julio: "A la vez que las pequeñas librerías, desaparecerán muchas pequeñas editoriales, pues no tendrán donde poner a la venta sus libros modestos que van despacio".

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