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El Parlamento británico investigará el espionaje por la prensa amarilla

Los medios de Murdoch, en la picota por pinchar teléfonos de políticos y famosos - El escándalo salpica a un estrecho colaborador de David Cameron

El escándalo de los métodos ilegales utilizados sistemáticamente por los tabloides británicos News of the World y The Sun para obtener exclusivas se agrava por momentos. El Parlamento británico anunció ayer que abrirá una investigación sobre el caso, mientras crece la lista de famosos, víctimas de las prácticas delictivas de periódicos que alcanzan una difusión millonaria. La sociedad británica y la clase política se han visto arrastradas por un debate que pone en entredicho a la profesión periodística, pero que salpica también al líder conservador, David Cameron, cuyo portavoz, Andy Coulson, dirigió el News of the World hasta febrero de 2007.

Coulson se vió obligado a dimitir cuando, en 2006, se descubrió que el corresponsal real del tabloide, Clive Goodman, había pinchado el móvil del Príncipe de Gales, con ayuda de un detective, Glenn Mulcaire, lo que le procuraba jugosas exclusivas. La investigación policial acabó con una sentencia condenatoria de cuatro meses de cárcel para el periodista, y seis para el detective. El director del News of the World aseguró entonces desconocer las prácticas delictivas de su subordinado.

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Pero aquel caso quedó sólo aparentemente cerrado. El diario The Guardian destapó el jueves la segunda parte de la historia. News Group Newspaper, filial de prensa británica del imperio Murdoch, había pagado 1,2 millones de euros para cerrar acuerdos extrajudiciales con tres afectados más por las mismas prácticas y asegurarse su silencio. El diario londinense reveló también que la policía y la comisión que vigila las buenas prácticas en la información, habían tenido acceso, en el domicilio del detective Mulcaire, a listas de miles de teléfonos controlados. Además, la red de espionaje de News of the World, llegó a controlar los mensajes de móvil de muchos famosos más, en 2006. Entre ellos, el entrenador del Manchester United, Alex Ferguson, la actriz Gwyneth Paltrow, la modelo Elle Macpherson, el diputado liberal demócrata Simon Hughes, que se había declarado homosexual, el alcalde de Londres, Boris Johnson, el cantante pop George Michael y la ex ministra de Cultura Tessa Jowell. Ésta última, una presa apetitosa porque su marido, David Mills, era el abogado británico del primer ministro italiano Silvio Berlusconi. También el que fuera número dos del Gobierno laborista, John Prescott, fue víctima, según The Guardian de la persecución del tabloide. Algo que niega Scotland Yard, cuyo subcomisario, John Yates, ha señalado que no hay elementos suficientes para reabrir el caso.

Pero las comisiones, principal salvaguarda del establishment británico, no faltarán. Keir Starmer, director de la fiscalía, anunció ayer que su oficina procederá a un examen urgente del material nuevo publicado por The Guardian. También el organismo que regula las buenas prácticas de la prensa (Press Complain Comission) estudiará un caso cuyo primer capítulo tuvo ya ocasión de examinar en 2006, sin sacar demasiadas conclusiones al respecto.

Abogados de famosos que aparecen en las listas encontradas en el domicilio de otro detective que trabajaba para el periódico de Murdoch anunciaron que sus clientes están estudiando querellarse.

News Group Newspaper ha rechazado las acusaciones, aunque se ha negado a entrar en materia para desmentirlas. El caso ha permitido a las cabeceras rivales lanzar una andanada brutal contra las prácticas de un grupo que ha puesto contra las cuerdas a toda la profesión periodística en el Reino Unido. The Daily Telegraph acompañaba su información con declaraciones anónimas de antiguos redactores de News of the World, que hacían hincapie en lo rutinario de estos métodos denunciadas ahora públicamente. "Lo importante era conseguir la historia, a cualquier precio, y por los medios que fuese", dice uno de los entrevistados.

News of the World y The Sun se han mantenido a flote pese a la crisis feroz que ha diezmado las redacciones de los periódicos británicos, pero el coste ha sido elevado. Mantener un nivel de interés en sus lectores se hacía cada vez más difícil. "Tenemos la prensa más competitiva de Europa y, probablemente, del mundo", declaraba ayer Steven Barnett, profesor de Comunicación de la Universidad de Westminster a la agencia Reuters. De ahí el "todo vale" para triunfar.

Rupert Murdoch, el pasado jueves, en un congreso de medios de comunicación en Idaho (EE UU).
Rupert Murdoch, el pasado jueves, en un congreso de medios de comunicación en Idaho (EE UU).REUTERS

La rodilla del príncipe Guillermo

El caso que ahora ocupa las portadas de los diarios internacionales arranca en el otoño de 2005, según contaba ayer el diario británico The Daily Telegraph. El príncipe Guillermo, hijo mayor de Carlos de Inglaterra, se lesionó en una rodilla, lo que le impidió acudir a un cursillo de rescate en la montaña.

Aunque sólo habló del tema con su padre y con un secretario privado, la noticia apareció en el News of the World

, lo que levantó sospechas que culminaron con la detención de Clive Goodman, corresponsal real del tabloide.

La policía se encontró entonces con la sorpresa de que Goodman tenía acceso a los mensajes del móvil del príncipe Carlos, y a muchos otros más. Cuando el buzón de correo

atacado tenía un código de acceso, Goodman llamaba a la compañía haciéndose pasar por el titular del número, y alegaba haber olvidado o perdido la clave.

Goodman reconoció en el juicio que le condenó a la cárcel, en enero de 2007, que había hecho 487 llamadas en ocho meses de trabajo.

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